Granada, con su historia compleja y la mezcla de culturas, ha sido escenario de manifestaciones que desafían la razón. La casa Horno de Oro, un palacete morisco rehabilitado cuya historia trasciende lo arquitectónico para envolvernos en un enigma ancestral. Al estar situada en el interior del bajo Albaicin en el barrio de Axares —cuya traducción es "el lugar del deleite"—, ha estado siempre asociada a un bienestar espiritual, pero también a un aspecto algo más oscuro, un equilibrio inestable entre fuerzas de luz y sombra. La casa Horno de Oro, está ligada al taumaturgo y alquimista Al Shamsi, sabio sufí del siglo XV y ha sido testigo de eventos inexplicables que aún resuenan en los antiguos habitantes del barrio. La figura de Al Shamsi, a veces comparada con la de Ibn Arabi por sus profundos conocimientos en sufismo, teúrgia y alquimia, dejó un legado que no solo influenció a su tiempo, sino que marcó el lugar que alguna vez fue su hogar. Entre sus enseñanzas, el maestro se dedicó a la transmutación, no solo de metales sino del propio espíritu humano. Como alquimista del barrio de joyeros y orfebres acudían a él para determinar la calidad de los metales preciosos que...