Jean-Yves Delitte –
EL ACORAZADO QUE FUE EL GRAN ORGULLO DEL TERCER REICH
Con el fin de la Primera Guerra Mundial, las grandes potencias toman conciencia de que es necesario regular la desenfrenada carrera armamentística para evitar consecuencias aún más devastadoras en un nuevo conflicto. Las naciones intentarán lavar su conciencia participando en conferencias sobre la limitación del armamento. Pero con la llegada al poder de un Adolf Hitler convertido en Führer, los convenios no son más que pedazos de papel con los que la Alemania nazi se limpia los pies impunemente, una Alemania que se aprovecha de la debilidad política de Francia e Inglaterra para esconder programas de construcción de nuevas armas, como el titánico buque de guerra Bismarck, que durante la guerra tendrá la misión de derrotar a las fuerzas navales aliadas que cometan la imprudencia de aventurarse en el mar.