Kika Sureda –
Realmente las jornadas de este año dieron inicio oficialmente ayer, en el Centro Penitenciario de Sangonera (Murcia). se reunió el Club de Lectura de la prisión con Blas Ruíz Grau y El Quebrantahuesos. Fue un éxito, los internos de este centro son grandes lectores y lanzaron muchas preguntas al autor.
El Nuevo Teatro Circo de Cartagena será el espacio del que disfrutaremos durante toda la semana de Cartagena Negra.
Iniciamos la tarde con la proyección del cortometraje «La fianza» del director Eduardo Cubillo. La curiosa historia de una pareja que parece perfecta y a la que su casero quiere liquidarles el contrato de alquiler después de veintisiete años. Ellos ocultan un horrible secreto y una afición muy criminal. En el Ambigú del Nuevo Teatro, se reunió el Club de Lectura de la mano de Ana Ballabriga y David Zaplana comentando su obra La ley del hambre.
Mientras tanto daba comienzo la charla con los finalistas de Icue Negro interrogados por Francisco Marín. Se ha obsequiado a los finalistas con una botella de buen vino por cortesía de Bodegas Juan Gil.
Anna Rodríguez Bernabé con Sabemos que fuiste tú
Comenzó a escribir desde muy temprana edad. Amante de la poesía y del género policíaco se dedica ahora mismo sólo a escribir. Es su pasión. No le gusta hacerlo en el ordenador, en eso se parece a mí. Primero tiene que escribir en un cuaderno y después de muchos garabatos y pósits es cuando lo pasa todo a ordenador. Esta es su primera novela. Un día tuvo una pesadilla y al día siguiente se repitió, así surgió la novela.
Pensando que al plasmar en papel aquello la pesadilla desaparecería. El final era lo único que no iba a ser parte de la novela. Conforme iba escribiendo los personajes «le iban diciendo» lo que no encajaba. Se dejó llevar por la historia. Entre sus autores favoritos están Pedrolo y Javi Marín. En general todo lo que sea novela negra, thriller, policial e histórica.
Antonio Domínguez Muñoz con 1854, El métodos Marsh. Autor sevillano que actualmente trabaja como consultor de Recursos Humanos especializado en administración pública. Ha estado ligado muchos años a medios de comunicación y esta es su primera novela. Escribir es su pasión. Le gustaría poder dedicarse a ello pero lamentablemente «hay que comer todos los días» y a veces la escritura es difícil que te dé para ello. Anteriormente había escrito relato corto y poesía. Para escribir su novela ha llevado a cabo un largo proceso de documentación. La historia nace de la lectura de la autobiografía del cirujano Federico Rubio y Galí. Sólo pudo llegar a escribirla hasta los veinticinco años, ya que comenzó en su senectud. Antonio reconoce que la curiosidad lo llevó a investigar qué ocurrió después de sus veinticinco años. La historia se centra en un Jueves Santo sevillano en un momento muy convulso y atractivo de la historia entre 1850-1860. Conspiraciones, sociedad muy profunda, divisones claras entre nobleza y los bajos fondos o la gente de baja estofa momento en que la burguesía empieza a despuntar. En Sevilla esa burguesía en vez de progresar hacia la industria empieza a comprar tierras. En el terruño y las propiedades siempre hay disquisiciones que hacer. Le pareció un motivo muy oportuno. El setenta por cien de los personajes están basados en personajes reales el resto evidentemente no. El orden de los pasos de Semana Santa, las calles, las personas que estuvieron en ese momento allí eran protagonistas reales, la trama es ficción. Para dar forma a la obra empezó a documentarse y al final hizo la historia suya. Reconoce que su mujer tiene que empujarlo a escibir porque se sumerge en la investigación con demasiado ahínco y se olvida que hay que darle a las teclas. No le gusta escribir en cuaderno porque tiene una letra nefasta. Será como yo, que cuando tomo notas y no las paso a limpio en el mismo día no entiendo mi propia letra.
1854, El método Marsh hace referencia a la infancia, en su forma más cruel, en los estratos más bajos de la sociedad. Pequeños bandoleros que se dedican a sobrevivir en la Sevilla de la mitad del siglo XIX.
Entre sus autores favoritos figuran dos que han dejado huella en Cartagena Negra y que ahora nos siguen desde el cielo: Alexis Ravelo y Domingo Villar. Otros como César Pérez Gellida, Benito Olmo, Marto Pariente, Daniel Fopiani. Y como referentes internacionales Jim Thompson, Dashiell Hammett, Jo Nesbø y Pierre Lemaitre.
Jorge Quer Ramiro con El secreto Rosselló. Es médico de familia. Este valenciano empezó a escribir porque sintió la necesidad de sentirse en el lado contrario del lector y llegó un momento que necesitaba escapar y manejar los hilos de sus propias historias. Siente la necesidad de navegar en otros géneros literarios para poder crear novela negra. La simiente de la historia surgió de diferentes historias en su imaginación y eso lo adornó con la magia de Gaudí, con esas piezas empezó a esbozar un borrador hasta que se atascó y un día leyendo Muerte en el Nilo de Agatha Christie le surgió la pieza que le faltaba, aunque la historia no tenga nada que ver. Los personajes de la novela llevan algo de él mismo y de sus experiencias en la vida. La psicología de los personajes y las situaciones que viven pueden ser circunstancias en las que cualquier lector puede sentirse identificado en momentos vitales. Jorge opina que «la magia de escribir te permite ser tú el personaje, cada vez que creas un personaje te puedes perder en él, mimetizarte». Muchas de sus características no aparecen en la novela pero el autor sabe como es cada uno. Esos detalles le permiten volar dentro de su propia obra y evadirse del día a día.
Sus autores favoritos son Julia Navarro, Paloma Sánchez-Garnica, Arturo Pérez-Reverte, Ken Follet, Noah Gordon, Kate Morton, entre otros.
Silvia Rodríguez con Bosquesanto. Es codirectora del jardín botánico de Excelencia Internacional del Pazo de La Saleta. El jardín abre en temporada alta y el resto del año se dedica a escribir. Ha colaborado en otros medios y en una editorial. Para ella escribir es una necesidad. Es un chollo de vida, pero no económico y la hace feliz. Cree que a sus 53 años, por fin, después de su extenso curriculum ha encontrado su vocación en la escritura. Su experiencia laboral y todas las lecturas que ha hecho han sido fundamentales para tener un estilo propio y original. Reconoce que no lee mucha novela negra para evitar el copieteo inconsciente. Esta elegante mujer abandonó la gran ciudad para marcharse a una aldea desconectada del mundo. Ya a los once años escribía relatos muy negros: «de pequeña ya me iba la marcha», se ríe. Empezó a escribir Bosquesanto porque en la zona rural donde vivía surgieron un montón de problemas que la tenían harta y afloró la necesidad de acabar con unos cuantos vecinos. «Me voy a poner a escribir y me los voy a cargar a todos. Ya en el primer capítulo me sentí aliviada». Los capítulos impares son en primera persona y los pares en tercera persona narrando lo que está pasando en el pueblo. Todo empieza por un problema ecologista. Cuando se fue a vivir a la aldea pensaba que la gente de campo eran más ecologistas y se equivocó. Además en Galicia en los pueblos pequeños no les gustan los forasteros. La casa donde se fue a vivir tenía un jardín maravilloso y entraban cuando querían. Al irse ella allí esto se acabó, lo que provocó que algunos vecinos la emprendieran contra ella. Este fue el detonante para escribir Bosquesanto. Una de sus autoras favoritas de la infancia es Agatha Christie, se ha sentido muy influenciada por sus pistas falsas, el lector tiene que descubrir quien es el asesino y la estructura de su obra. Con el paso de los años reconoce que ahora pueden parecerle algo infantiles pero «yo me siento muy Agatha Christie, con todas las distancias, claro». A Silvia lo que más le divierte es crear personajes, porque puedes ser lo que quieras. Sus favoritos de Bosquesanto son la asesina y el alcalde corrupto.
«Creando personajes eres como un pequeño Dios que vas dirigiento sus vidas y pienso que las dirijo yo. Crear personajes es una de las grandezas de escribir y todos llevan algo nuestro».
Sobre sus autores y obras favoritas ha destacado Esta noche moriré de Fernando Marías. De todas las lecturas se aprende. Es una lectora de casi todo tipo de géneros.
Todos ellos están de acuerdo en lo díficil que es acceder al mercado editorial si no eres famoso o influencer. Gracias a Cartagena Negra y al premio Icue Negro, muchos autores noveles han podido dar a conocer su obra. Al ser preguntados por premios nacionales con dotación económica piensan que no son accesibles sin una carrera literaria detrás y que a veces no se premia lo mejor sino lo más comercial.
Francisco Marín tiene mucho interés en las manías de cada uno, de hecho tiene recogidas más de cuatrocientas. Anna no puede escribir directamente a ordenador, tiene siempre la libreta en el bolso y escribe en cualquier sitio: cuaderno, estuche, goma, lápiz y pósits son sus herramientas. Antonio nunca escribe en papel siempre en el ordenador, dice que aprendió mecanografía con doce años y eso le salvó la vida. Escribe en cualquier lado. Jorge «escribo cuando corro y tecleo cuando me siento», sale a correr todos los días y las buenas ideas surgen mientras hace deporte y cuando llega a casa lo plasma en el ordenador. Silvia usa la aplicación de notas del móvil y allí apunta todo; otra de sus manías es la necesidad de tener primero el título de su obra para poderla escribir, igual puede tardar tres días en esa tarea y el título debe ir acompañado de una imagen.
© Kika Sureda. Septiembre 2023. Todos los derechos reservados.