Temores oníricos

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Qué difícil y angustioso es despertar una mañana con el temor producido por un sueño convertido en pesadilla. Intentaré ser más explícito.

En mi labor como redactor de la revista HOJAS SUELTAS, leo numerosas aportaciones de colaboradores. Reseñas, informaciones remitidas, artículos de opinión. En fin, una serie de textos surgidos de las mentes y manos de esos excelentes, a veces extraños, aunque interesantes seres, que confiesan algo inherente al ser humano: Dar cuenta de sus esfuerzos intelectuales, a mayor honra de cuanto representan: creatividad. No puedo por menos que gritar en silencio: ¡Benditos y Bienvenidos sean esos atributos creativos!

Ellos no lo saben, quizás lo intuyan o imaginen, no obstante, quiero confirmalo. Me provocan una maravillosa sensación de bienestar. Un placer semejante, tal vez superior, al escuchar con deleite una obra musical de mis autores preferidos, Mozart, Beethoven, Mahler, y tantos otros creadores. Es una fuerte sacudida a mi cerebro, un enérgico deseo, que demasiadas ocasiones suelen forzar se asomen en mis ojos ciertas lágrimas de emoción. Leerlos supera el incontestable premio que supone situar la oportunidad de ser un elemento más para dar a conocer su creatividad a través del medio.

Escuchar una obra musical es accesible en cualquier momento del día, dispongo de los medios necesarios para hacerlo una y otra vez, para, en una palabra: disfrutarla. ¿Una razón? Por supuesto, grabaciones, las poseo como el célebre avaro Mr. Scrooge en el Cuento de Navidad de Charles Dickens. Nadie puede eliminarlas. Sus autores carecen de la posibilidad de regresar para en un hipotético ejercicio negativo, cancelar, nadie lo quisiera, que otros ciudadanos, yo incluido, fuéramos impedidos de escuchar sus obras.

¿A que viene esta disquisición previa? A un tormentoso sueño. Un desquiciado momento en el que Morfeo dejó pasearse en mi cerebro ciertas imágenes oníricas nacidas como consecuencia de un escondido temor: Los colaboradores dejan de aportar sus creaciones literarias. Me someten a un tormento difícil de comprender: olvidar sus aportaciones, eliminar sin posibilidad de continuidad el envío de sus textos. Impedir la excelsitud de sus comunicaciones. Una inquietud permanente se sostiene apenas con débiles grapas. Un dolor incomprensible es sometido por los hipotéticos resultados negativos.

Mi primera acción es intentar eliminar la pesadumbre del sueño. Abrir el correo y leer con la misma emoción, posiblemente mayor, las reseñas de Jaime, Txema, José Luis. Los artículos de Lucía, Maria del Mar. Escuchar los audios de José Antonio y Gerardo. Las poesías de Ivonne y Juan Carlos. Ver los vídeos dedicados a las bellas artes de Jorge e Ivonne. Leer los relatos del resto de colaboradores,noi por menos importantes: Pedro, Antoñeta, Ana, Carmen, Francisca, Ana, Víctor, así como de otros escritores, muchos de ellos ya consagrados en el difícil mundo de la literatura.

¡Uff! ¡Menos mal que sólo fueron sueños! No permitáis que vuelva a suceder.

Gracias a todos por vuestro esfuerzo.

© Anxo do Rego. Marzo 2023. Todos los derechos reservados. 

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Narrador. Fundador, director y editor de la extinta editorial PG Ediciones. Actualmente asesora y colabora en las editoriales: Editorial Skytale y Aldo Ediciones, del Grupo Editorial Regina Exlibris. Director y redactor del diario cultural Hojas Sueltas. Fundador en 2014 de una de las primeras revistas digitales del género negro y policial «Solo Novela Negra». Participa en numerosas instituciones culturales. Su narrativa se sustenta principalmente en la novela policíaca con dieciséis títulos del comisario del CNP, Roberto H.C. como protagonista, aunque realiza incursiones en otros géneros literarios, tales como la ficción histórica, ciencia ficción, suspense y sentimentales. Mantiene su creatividad literaria con novelas, relatos, artículos, reseñas literarias y ensayos.

2 COMENTARIOS

  1. Se me ocurre algo que ya no hacemos nadie,y es imprimir y almacenar.Y tendremos menos pesadillas.
    En efecto estas iniciativas son un acicate,la bujía que prende la cámara de combustión de tantos encefálos yermos.

  2. Como dijo Bram Stoker: “Hay pesadillas para aquellos que duermen imprudentemente”. Así que duerme con prudencia. Bueno, hay que perdonarle la cita al autor irlandés ya que escribió su “Drácula” debido a una pesadilla, tras una indigestión de langosta. Espero que tu pesadilla tuviera la misma deliciosa causa.
    Un abrazo fuerte.

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