Ciberataque al Museo del Louvre

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Ciberataque al Museo del Louvre paraliza sus archivos digitales y genera alarma en el sector cultural europeo

París, Francia | 17 abril 2025 | Fuente: France Info, Le Monde, Euronews

El Museo del Louvre de París, una de las instituciones culturales más importantes del mundo, ha sido objeto de un ciberataque masivo que ha provocado el bloqueo total de sus sistemas digitales internos, incluyendo la plataforma de archivo, la base de datos de colecciones y el acceso al catálogo en línea. El ataque, detectado en la madrugada del 15 de abril, ha sido confirmado oficialmente por la dirección del museo y por el Ministerio de Cultura de Francia, que ya ha abierto una investigación conjunta con la Oficina Central de Lucha contra la Criminalidad Relacionada con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (OCLCTIC).

Aunque el Louvre continúa abierto al público y su funcionamiento presencial no se ha visto interrumpido, la parálisis digital ha afectado de forma crítica a investigadores, restauradores, estudiantes y público general que accede a diario a las bases de datos para consultar obras, expedientes históricos, catálogos y publicaciones digitales.

Un ataque planificado y de gran escala

Según los primeros informes técnicos proporcionados por la Agencia Nacional de Seguridad de los Sistemas de Información (ANSSI), el ciberataque fue “altamente sofisticado” y empleó técnicas de infiltración mediante ransomware combinado con ingeniería social avanzada, lo que hace suponer una actuación organizada por un grupo con motivaciones políticas o económicas.

Los atacantes encriptaron el acceso a más de 4,5 millones de registros digitalizados, incluyendo documentación interna, metadatos de las obras expuestas y reservadas, expedientes de préstamo interinstitucional y correspondencia confidencial. Además, solicitaron un rescate en criptomonedas para restituir el acceso a los sistemas, algo que el Louvre y el Gobierno francés han rechazado de plano.

La directora del museo, Laurence des Cars, ha comparecido en rueda de prensa para declarar que “se trata de un ataque contra el conocimiento compartido y la memoria cultural de la humanidad. El Louvre no cederá al chantaje de quienes quieren convertir el arte y la historia en rehén”. Ha añadido que se están aplicando protocolos de contingencia, pero que “la recuperación completa de los sistemas puede tardar semanas o incluso meses”.

Consecuencias inmediatas en el ámbito cultural

El ataque ha dejado sin acceso temporal a uno de los fondos documentales más consultados del mundo, lo que ha provocado la suspensión de actividades académicas y procesos curatoriales en curso. La Universidad de la Sorbona ha anunciado la paralización de varios proyectos de investigación, y la Biblioteca Nacional de Francia ha expresado su solidaridad ante lo que consideran un ataque “no solo a un museo, sino al sistema europeo de preservación digital del patrimonio”.

Además, museos como el Museo del Prado, el British Museum y el Rijksmuseum han iniciado revisiones preventivas de sus sistemas, y se ha convocado de urgencia una reunión de expertos en ciberseguridad cultural en el marco de Europa Creativa. Según datos del Observatorio Europeo de Patrimonio Digital, este sería el ataque más grave registrado en una institución cultural europea desde el sabotaje a los archivos del Museo Nacional de Cracovia en 2022.

¿Quién está detrás del ataque?

Aunque por el momento no se ha atribuido oficialmente la autoría, medios especializados como Le Monde Informatique y Politico Europe apuntan a la posible implicación de grupos de ciberdelincuencia vinculados a intereses geopolíticos, como BlackCat o LockBit, activos en Europa oriental y con antecedentes de ataques a instituciones públicas y culturales.

Sin embargo, otras hipótesis manejadas por la fiscalía francesa apuntan a una operación de activismo digital radical (“hacktivismo”) contra el sistema de gestión museística, en protesta por la comercialización del arte o el patrocinio de empresas petroleras en exposiciones recientes. Cabe recordar que el Louvre ha sido objeto de protestas por su relación con grupos como TotalEnergies.

La ministra de Cultura, Rachida Dati, ha descartado esta última hipótesis por el momento, aunque ha subrayado que “en cualquier caso, se trata de una agresión intolerable contra el acceso democrático al conocimiento y la historia del arte”.

Un modelo de gestión en crisis

El incidente ha reabierto el debate sobre la vulnerabilidad de los sistemas digitales museísticos, especialmente en una era donde la digitalización del patrimonio se presenta como un objetivo estratégico. El Louvre fue pionero en Europa en la creación de un sistema de acceso abierto a sus colecciones, que ahora queda comprometido por una brecha de seguridad.

Diversas voces del sector han señalado que muchos museos y centros culturales carecen de los recursos técnicos y humanos necesarios para proteger sus sistemas frente a ataques sofisticados, y piden que la ciberseguridad cultural sea parte de los presupuestos de protección del patrimonio.

El presidente de ICOM Europa (Consejo Internacional de Museos), Jean-Luc Martinez, ha pedido una respuesta coordinada desde Bruselas y una mayor inversión en protocolos digitales. “Estamos digitalizando todo el patrimonio europeo, pero sin defensas adecuadas. El resultado es una Europa culta, pero desprotegida”, ha advertido.

Cultura como objetivo estratégico

Más allá del daño operativo, el ataque al Louvre tiene una carga simbólica que no puede ser ignorada: el mayor museo del mundo, custodio de obras clave del canon artístico occidental, ha sido vulnerado. Esta situación recuerda que la cultura no solo es objeto de debates simbólicos, sino también blanco real de guerras informáticas y conflictos globales.

Como señala el ensayista francés Didier Eribon en una columna reciente:

Atacar el Louvre es atacar nuestra memoria, nuestra manera de mirar el mundo. El arte está en el centro de nuestras luchas por el sentido”.

El ciberataque al Museo del Louvre no es solo un episodio técnico: es una advertencia cultural en un mundo donde la memoria digital se ha convertido en frontera vulnerable de los valores democráticos. Restaurar el sistema será importante, pero restaurar la conciencia de su fragilidad será aún más urgente.

Equipo redactor de HOJAS SUELTAS
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