Ni Mata Haris, ni James Bonds – Maria Sanz

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Texto: María Sanz

Si pensamos en una espía, es fácil que nombremos a una bailarina neerlandesa: Mata Hari. Pero lejos de este mito, otras mujeres con nombres mucho menos conocidos tradujeron su compromiso político en arriesgadas tareas de información con el fin de desbaratar a países enemigos.

—Cierra la puerta, camarada. Desconfía y acertarás. Te hemos escogido para llevar unos pasaportes a Berlín, será tu primera misión. Tu contacto habla inglés y alemán. Sales mañana.

Con estas secas órdenes, Yelena Stásova, jefa del Socorro Rojo Internacional, se dirige a la fotógrafa italiana Tina Modotti para encomendarle su primer trabajo como espía al servicio del Partido Comunista soviético, según narra Elena Poniatowska en su biografía novelada Tinísima. Modotti era fotógrafa y militaba en el Partido Comunista Mexicano cuando en 1929 asesinaron a su pareja. Aunque tenía un móvil político, el caso se etiquetó como “crimen pasional”, y Modotti fue interrogada, acosada por la prensa, encarcelada y finalmente expulsada del país en 1930.

Exiliada en la Unión Soviética, se integró al Socorro Rojo Internacional, organización que ofrecía ayuda humanitaria a prisioneros comunistas. En 1934, Modotti llegó a Asturias en apoyo de la huelga de los mineros. Y se quedó en el Estado español durante toda la Guerra Civil, trabajando como enfermera en hospitales y facilitando el exilio de personas republicanas. Pese a su compromiso político y su carrera artística, con frecuencia aparece representada en relación a un hombre: amante de Diego Rivera, discípula y pareja del fotógrafo Edward Weston o compañera del dirigente comunista Vittorio Vidali.

En muchos relatos aún se resaltan los mismos rasgos que, según el libro de Poniatowska, utilizaba la prensa mexicana de finales de los años 20 para vincularla con el asesinato del que era su pareja: belleza, misterio y un aura de femme fatale, de mujer temible, incluso sanguinaria. En la sociedad de la época, una mujer extranjera, que había posado desnuda para artistas y de ideas comunistas era un blanco perfecto para críticas misóginas.

Estos adjetivos se repiten en las presentaciones de otras espías. Una búsqueda de información sobre Mata Hari, posiblemente la más famosa de todas las épocas, arroja resultados como “legendaria femme fatale”, “una espía con demasiados amantes”, o “la stripper que jugó a ser espía”. Incluso se define la expresión “ser una matahari” como una “mujer de mala vida, mujer fatal y ambiciosa”.

Su leyenda se relaciona con la sensualidad y el exotismo de las danzas que puso de moda por media Europa, mientras se omiten otros aspectos de su biografía. Por ejemplo, que sufrió abuso sexual por parte del director de la escuela cuando era adolescente. O que sobrevivió a la violencia machista ejercida por su esposo. O el hecho de que, pese a que fue condenada a muerte y ejecutada por espionaje, nunca se presentaron pruebas sólidas que demostraran esta acusación. Algunos de estos detalles aparecen en el libro Mata Hari. Espía, víctima, mito, de Pat Shipman. La autora …SEGUIR LEYENDO

© Pikara Magazine. Febrero 2024

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