Los términos Criminología–Criminalística pueden sonar a algo que “mi organización o institución no necesita”, esta terminología está asociada al esclarecimiento de delitos, crímenes, etc…, si bien las organizaciones también son víctimas de un robo, de un siniestro por incendio, de un accidente laboral, de una conducta desviada de algún empleado, etc…. Los que han tenido el infortunio de verse inmersos en alguno de estos incidentes, han vivido la visita de la policía judicial con la intención de investigar y comprobar la veracidad de los hechos, esclarecer sus circunstancias, reconstruirlos, precisar la intervención e identificación de los sujetos responsables mediante un informe de criminalística. Si los anteriores eventos se han visto favorecidos o agravados cuando hay falta de medidas de prevención, la legislación actual hace recaer la responsabilidad sobre los órganos directivos con importantísimas sanciones penales y pecuniarias. Cumplir el expediente ya no vale.
Quizá ahora sí se pueda pensar que la Criminología Preventiva está más vinculada a una organización o institución de lo que podía imaginar, pues al ser multidisciplinar puede ayudar a toda la estructura de la empresa en todos sus procesos de prevención de riesgos aumentando la seguridad independientemente del ámbito en el que se actúe. Los sistemas inteligentes de análisis y gestión del riesgos son, por sí mismos, capaces de medir la exposición y mostrarla objetivamente, en tiempo real, de una forma visual, clara e integradora de todos los diferentes procesos para controlar con efectividad las medidas de prevención tanto internas como externas adoptadas por la organización y comprobar su grado de cumplimiento, permitiendo una política preventiva global con mayor efectividad sobre sus riesgos de extremo a extremo que eliminen incertidumbres, que ahorren costes y las hagan sostenibles.
Estos protocolos de prevención requieren un conocimiento multidisciplinar (análisis de procedimientos, prevención de riesgo, análisis de conductas, sociología, psicología, criminalística, derecho-civil, derecho-penal, derecho-procesal, etc…) que sea capaz de abordar el análisis de las consecuencias de la materialización del riesgo y las actuaciones que la organización deberá adoptar en cada caso para investigar adecuadamente lo ocurrido y exponerlo de la forma apropiada frente a posibles sanciones o procedimientos judiciales, y como no, evitar los posibles daños en la imagen corporativa.
Además, como ya se ha indicado, permite evitar dos de los problemas que actualmente presentan las instituciones y organizaciones: el primero, las medidas preventivas existentes no están coordinadas entre sí, incurriendo en un gasto poco efectivo a la hora de la verdad, es decir, cuando estas medidas no ofrecen una respuesta satisfactoria; el segundo, el no crear respuestas proactivas eficaces capaces de evitar la exposición al riesgo en tiempo real. En esta línea, la implantación de estos sistemas inteligentes requiere un análisis profundo de los procesos productivos de la organización, de las políticas preventivas existentes para el control de los riesgos derivados de estos procesos y su análisis, así como el estudio de las políticas de transferencia que puedan afectar al proceso en particular o a la organización en general. Una visión 360º permite coordinar todas las medidas y políticas que existen en relación con todos nuestros riesgos permitiendo un modelo eficiente y más económico.
© Dr. Sergio A. Fernández Moreno. Diciembre 2023. Todos los derechos reservados.