Poema de Gabriela Mistral
Como escuchase un llanto, me paré en el repecho
y me acerqué a la puerta del rancho del camino.
Un niño de ojos dulces me miró desde el lecho
¡y una ternura inmensa me embriagó como un vino!…
La madre se tardó,curvada en el barbecho;
el niño, al despertar, buscóel pezón de rosa
yrompió en llanto…Yo lo estreche contra el pecho,
yuna canción de cuna me subió, temblorosa…
Por la ventana abierta, la luna nos miraba.
El niño ya dormía, y la canción bañaba,
como otro resplandor, mi pecho eneriquecido…
Ycuando la mujer, trémula, abrió la puerta,
me vería en el rostro tanta venturacierta,
¡que me dejóal infante en los brazos dormido!
Gabriela Mistal. (1884-1956)
Su verdadero nombre era Lucila Godoy Alcoyaga. En 1945 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura.
Su original temperamento, extraña fusión de fuerza y de ternura; la nota patética y la nota delicada que vibran en su poesía, hacen de la maestra chilena una de las más excepcionantes figuras no ya de la literatura hispano-americana, sino de toda la poesía en lengua castellana.