Durante la Guerra Civil llegaron a España numerosas extranjeras voluntarias, ya fuera como observadoras políticas, combatientes y activistas, o como enfermeras, organizadoras de la ayuda médica y asistencia social a la República; pero también intelectuales, escritoras, periodistas y poetas. Dentro de todos estos grupos, muchas de ellas escribieron sus experiencias en nuestro país, desde los dos bandos, y sus testimonios añaden una nueva perspectiva a un conflicto no bien cicatrizado y que todavía plantea interrogantes.
Algunas de estas mujeres entraron en España a partir de septiembre del 36, cuando empezaron a acudir los combatientes de las Brigadas Internacionales. Pertenecían la mayoría al Partido Comunista, algunas incluso eran parlamentarias o formaban parte de distintas organizaciones anarquistas. Pero otras llegaron a contracorriente, a partir de septiembre del 38, tras el Pacto de Munich y la retirada de los brigadistas, ya desvinculadas de toda ideología y con un fin simplemente era humanitario.
Ya lo habían hecho antes
La I Guerra Mundial no solo movilizó un importante cuerpo de enfermeras, sino que con la mayoría de los hombres en las trincheras se creó un vacío profesional en todas las facetas y necesidades de la vida diaria que fueron llenando las mujeres. Nuestras antepasadas, especialmente en Inglaterra, se incorporaron masivamente a la vida laboral en puestos que antes habían ocupado los hombres, incluida la fabricación a gran escala de armamento y munición. Pero al final de la Gran Guerra para facilitar la reincorporación de los hombres al trabajo, las autoridades lanzaron una campaña propagandística invitando a las mujeres a volver a las tareas domésticas, cuando no las obligaron. La depresión de los años 30 y el aumento del desempleo en los varones significó la expulsión femenina del mercado laboral. Pero el estallido de la Guerra Civil española supuso, para las británicas y norteamericanas principalmente, ideologías aparte, ser personas útiles de nuevo, como lo habían sido durante la primera Gran Guerra, tanto en la ayuda médica y humanitaria como combatientes.
Las escritoras
De esta forma llegaron numerosas enfermeras a la España republicana. Muchas escribieron desde el frente cartas, diarios y memorias que relataban los avances de la medicina de la época tales como las transfusiones de sangre y el hospital de campaña móvil en el frente por primera vez en la historia.
Las mujeres relacionadas con la política que vinieron a la España republicana son un grupo muy numeroso y es imposible recoger todos los testimonios. Sirva esto solo de ejemplo. Así tenemos a la parlamentaria laborista Leah Manning, que escribió A Life for Education. An Autobiography donde cuenta cómo llegó en el 36 con un cometido diplomático al principio de la sublevación, y llevó a su vuelta al Parlamento inglés información de primera mano sobre el levantamiento militar, y aunque no logró como pretendía la intervención militar británica si contribuyó a la organización de la ayuda a la España republicana. La duquesa de Atholl era una parlamentaria conservadora que encabezó más de cien organizaciones de ayuda médica y humanitaria a la República, publicó Searchlight on Spain, un análisis de la Guerra Civil. Charlotte Haldane, miembro del Partido Comunista, estuvo al comienzo de la contienda encargada de recibir a los voluntarios ingleses que llegaban clandestinamente a Francia para ser trasladados al frente español, y escribió Truth Will Out, de gran interés por sus detalles de la organización de las brigadas, y muy crítica con el comunismo español. La socióloga francesa Simone Weil escribió una conocida carta donde relataba cómo había acudido en ayuda de la España republicana y cómo volvió a su país meses después desilusionada de la política por los crímenes de guerra que había presenciado. Otra escritora crítica fue también Vera Brittain. La anarquista Ethel Mannin escribió denunciando el estalinismo. Otra anarquista, Emma Goldman atacó el trato que recibían las mujeres por parte de los anarquistas. Por otra parte, una de las primeras combatientes voluntarias que cayó en el frente fue la escultora y escritora Felicia Brown. La poetisa anarquista australiana Mary Low relató su estancia en España en Ted Spanish Notebook. The First Six Month of the Revolution and the Civil War, que relata entre otras cosas las dificultades de las voluntarias españolas.
Pero también hubo escritoras profesionales (instaladas en el famoso Hotel Florida donde se hospedaron Ernest Hemingway y John Dos Passos) como la dramaturga Lilian Hellman (que habla de su estancia en España en su autobiografía An Unfinished Woman), Dorothy Parker (que escribió Soldados de la República), las corresponsales de guerra Martha Gellhorn (una de las más destacadas especialistas en el reportaje bélico y quizá la más importante reportera de guerra, que estuvo en numerosos conflictos, y que se casó con Hemingway durante la Guerra Civil), y Josephine Herbst (que escribió sobre el sacrifico de las campesinas españolas), las poetas Susan Townsend Warner y Valentine Ackland (ambas fueron las primeras voluntarias en llegar a España y conducían una ambulancia), la poeta modernista Muriel Rukeyser, y otras poetas como Edna Saint Vincent Millay, Dorothy Livesa o Genviève Taggard. Algunas escritoras extranjeras ya vivían en España como Gamel Woolsey (esposa de Gerald Brenan) que narró sus impresiones de la guerra en Death’s Other Kingdom) o Helen Nicholson.
Mención aparte merecen las escritoras extranjeras en el frente franquista como Florence Farmboroug (que era institutriz en Rusia durante la Revolución y los horrores de esta guerra le llevaron a hacerse enfermera de la Cruz Roja y activista contra el comunismo; escribió Life and People in National Spain) o Priscila Scott-Ellis (una aristócrata amiga de muchos nobles españoles, y cuyo diario, The Chances of Death. A Diary of de Spanish Civil War, contiene importante documentación).
Los textos de todas estas mujeres extranjeras, estuvieran en el bando que fuera, que vivieron de primera mano la Guerra Civil española añaden otra perspectiva a la contienda, informan, completan y matizan lo sucedido en ambos bandos desde un punto de vista político pero también social.
Imagen
A partir de una foto de la conocida reportera de guerra Martha Gellhorn.
Para saber más
Aránzazu Usandizaga, “Escritoras extranjeras en la Guerra Civil”, en Historia 16, núm. 299, marzo 2001, pp. 50-65
Aránzazu Usandizaga, Ve y cuenta lo que pasó en España, Planeta, 2000.
© Ana Morilla. Octubre 2023. Todos los derechos reservados.
Felicidades, Ana, por los artículos tan buenos que escribes, y por visibilizar el nombre de muchas escritoras (la mayoría ni las conocía ni se estudiaban en mi época en los institutos. Una pena). Besos 🌷🌷
Gracias, Ana. Un abrazo!