El faraón Ramsés III (ca. 1184-1153 a.C) fue el primer patrón de la historia que sufrío una huelga de sus trabajadores. Fue allá por el año 29 de su reinado y tuvo lugar en Deir El Medina entre los obreros que construían las tumbas reales en el Valle de los Reyes y de las Reinas y que no habían cobrado.
Con Ramsés III se inició la decadencia de Egipto. Las guerras habían sido permanentes durante su reinado, amenazado por todos los flancos: los libios al oeste, las tribus del norte que penetraban a través del Delta, los guerreros mashaouash que se instalarían en Egipto por el oeste, y los nubios al sur. La administración estaba corrompida, la corona se había empobrecido y las tierras productivas pertenecían en su mayoría a los templos. El hambre y el descontento social se propagaban y la administración real, la encargada de pagar a los obreros los sueldos en especie, era incapaz de atender las necesidades del pueblo. En este contexto aparecen las primeras huelgas de la historia.
El día 10 del segundo mes de peret del año 29 del reinado del faraón Ramsés III estalló una importante revuelta entre los trabajadores de la ciudad obrera de Deir El Medina, en la ribera occidental de Tebas. Estos obreros eran los encargados de construir las tumbas del rey, sus reinas y los hijos reales en las necrópolis del Valle de los Reyes y del Valle de las Reinas. Se habían producido retrasos en la entrega de los salarios de los obreros que cobraban en especie (cereales, aceite, cerveza y otras materias primas). El hambre se propagó y las gentes de la ciudad acudieron al templo del rey, en Medinet Habu. La administración local fue incapaz de atender a los obreros, pero esto solo era un reflejo de la situación general del país. Los disturbios continuaron durante todo el reinado, que finalizó en el año 32 en que el faraón fue asesinado por una conjura palaciega encabezada por una de sus esposas, la reina Tiy y su hijo Pen-ta-Ur.
© Ana Morilla. Octubre 2023. Todos los derechos reservados.