Primeros Pasos

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¡Bienvenidos a la VENTANA MORADA!

Me llamo BEATRIZ CASTAÑO, Inspectora del C.N.P. y Jefa de la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y la Mujer) en la Comisaría de  de Xirivella, Aldaia y Alaquas (Valencia).

A partir de hoy, dedicaré parte de mi tiempo libre, a informar y apoyar a quienes sufren o puedan sufrir maltrato de género.

Mi primeros pasos será este artículo como introducción. En cada publicación que se realice, aparecerá un formulario para solicitar información que atenderé personalmente.

Y recordar, SI ALGUIEN CERCANO O CONOCIDO SE ENCUENTRA EN ALGUNA SITUACIÓN ANÓMALA O PELIGROSA, NO LO DEJES PASAR, CONTACTA INMEDIATAMENTE CON LA POLICÍA O GUARDIA CIVIL.  GRACIAS.


PRIMEROS PASOS

Si nos remontamos a la prehistoria, recuerdo que en los libros de texto la figura del cavernícola era la de un hombre rudo y fuerte, vestido con pieles, portando en una de sus manos un palo grueso y con la otra mano arrastrando del pelo a la que era su pareja o compañera. A partir de esta imagen se puede deducir que la violencia de género existe desde los albores de la humanidad. Lo único que ha cambiado hasta hoy, entre otras cosas, es el avance de las tecnologías, la educación y el desarrollo de la persona como tal, pero eso no impide; a pesar de todos los progresos a través de la historia, que la violencia de género haya desaparecido.

Tenemos ante nosotros una «lacra social» muy difícil de solucionar, y para poder conseguirlo es necesario que se cumplan una serie de factores dentro de los cuales, el más importante es:  la voluntad o decisión de la mujer que está siendo víctima de violencia de género, para salir del infierno particular que está viviendo.

Existen hombres controladores que quieren saber dónde van su mujer o pareja, con quien se encuentra en cada momento. No permiten que vistan de una manera concreta por considerarla «provocadora», que se maquillen por el mismo motivo. Controlan el teléfono móvil, las redes sociales, intentan separarlas del entorno social, para que poco a poco dejen de tener amistades, incluso impiden visitar y ver a los familiares. Tratan poco a poco de obtener el control total y absoluto sobre ellas, y sin que se den cuenta, con el paso del tiempo él lo consigue, y cuando llega el momento de abrir los ojos, advierten que se encuentran en el interior de un pozo sin fondo, totalmente sometidas psicológicamente a la pareja y estarán tan sumamente bloqueadas, que no podrán ver salida a las respectivas situaciones.

Ellos preparan y lanzan una red, y ellas poco a poco se enredan cada vez más en ella. Su objetivo, como he señalado anteriormente, es controlaros, someteros, dominaros. Si no lo logran, no lo consiguen en algún momento por el motivo que sea, los llevará indefectiblemente a intentarlo con un hecho violento que pueden ejercer de varias maneras:

  • Psicológica. Con el paso del tiempo os mermará, anulará como persona y como mujer.
  • Físicamente. Con agresiones constantes.
  • Forzándoos a mantener relaciones sexuales e incluso a realizar actos que no deseáis
  • Y por último también puede ejercer una violencia económica, controlando vuestros gastos, no permitiendo que tengáis en vuestro poder una tarjeta de crédito y proporcionando únicamente el dinero justo para poder comprar los alimentos necesarios para el sustento familiar.

Hay casos en los que se puede dar uno de estos supuestos, varios de ellos o todos en su conjunto.

La violencia de género tiene varias fases incluidas en un ciclo, las cuales con el paso del tiempo se van agravando. Bajo mi opinión existen cuatro fases que forman un circulo:

La primera de ellas la denominaríamos «Fase de calma» en la que la pareja vive una situación de normalidad, no existiendo hasta el momento problema alguno entre ambos. Seguidamente se inicia la segunda fase denominada «Fase de acumulación de tensión». Donde surgen las primeras fricciones entre la pareja. El agresor va acumulando tensión, y de manera repentina cambia su estado de ánimo que va en aumento. La mujer trata de evitar que se enfurezca, de calmarlo, pero su esfuerzo es inútil. Es en esta fase cuando debe procederse a la denuncia, ya que no hacerlo irremediablemente se pasa a la “Fase de explosión de violencia o agresión» Aquí estalla la violencia que puede ejercerse según he mencionado antes de diferentes maneras. Directamente contra la mujer e incluso contra los hijos. En la mayoría de los casos es después de esta tercera cuando la mujer decide denunciar.

El último peldaño es la “Fase de luna de miel”. El agresor se arrepiente, pide perdón, realiza falsas promesas: No volverá a ocurrir nunca más. Muestra un falso arrepentimiento, llega incluso a chantajear psicológicamente a su pareja diciéndole: Eres lo único que tengo en la vida, sin ti no soy nadie. Te necesito, no puedo vivir sin ti. La mujer llega a creerlo, incluso suele culparse de que es ella quien provoca los episodios de violencia y siente lástima por su agresor, llegando a justificarlo ante los demás diciendo que no podrían vivir el uno sin el otro.

Con todo lo expuesto, quiero hacer ver que todas estas fases forman un círculo que únicamente la mujer puede romper. No hacerlo y con el paso del tiempo, la primera fase desaparece y las restantes se repetirán con mayor frecuencia hasta que únicamente se produzca de manera continuada la de explosión o agresión.

Seguramente hoy, alguna mujer viva alguna de las situaciones que acabo de exponer. Puede que se encuentre perdida y no vea una salida. Pues debo decir, que sí hay salida.  Si esa mujer lo desea puede alejarse de su maltratador, y si tuviera hijos también, ya que seguramente son testigos y víctimas directa o indirectamente de los episodios de violencia.

Existe un gran abanico de lugares y personal al que se puede recurrir y solicitar ayuda. Puedo asegurar que donde acudan serán atendidas por personal especializado en la materia, que asesorarán e incluso si lo desean, pueden acompañar en parte del proceso.

Procedimiento:

  • Realizar una llamada al 016 donde asesorarán de los pasos a dar.
  • También personarse en la «Casa de la mujer» de vuestra demarcación para ser atendidas por una trabajadora social y dado el caso, incluso por una psicóloga que también informará de lo que se debe hacer.
  • Por último, personarse en la Comisaría de Policía Nacional, concretamente en las Unidades de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM), o en el cuartel de la Guardia Civil, dónde el personal de la Unidad del menor y la mujer (EMUME) atenderán e informarán de los pasos a seguir una vez tomada la decisión de denunciar.

Derechos.

Una vez aclarada la decisión de formular la denuncia contra el agresor, la denunciante tiene derecho a que en la sede policial esté presente un abogado especializado en violencia de género, que la acompañará durante todo el proceso. La asistencia del abogado puede solicitarse para que esté presente en comisaría o en sede judicial. Al finalizar el proceso de denuncia, el agente que atiende realizará una valoración policial de riesgo, a través del programa VIOGEN, que consiste en contestar una serie de preguntas. En virtud de las respuestas dadas el programa emite un resultado, de menor a mayor gravedad: No apreciado, bajo, medio, Alto o Extremo.  En el caso de que el nivel de riesgo sea alto, conllevará a que un vehículo policial realice pasadas frecuentes por el domicilio o lugar de trabajo. El agente le entrevistará para comprobar que todo está bien. En el caso de un nivel de riesgo extremo, un vehículo policial permanecerá las 24h del día custodiando el domicilio y acompañando a la denunciante donde quiera que vaya hasta que el agresor sea detenido.

La denunciante puede solicitar una orden de alejamiento. ¿Qué significa? Una vez solicitada el Juez y este la concede, implica que el agresor no puede acercarse a la denunciante, ni comunicarse por ningún medio, haciéndose extensible en ocasiones a los hijos, dependiendo de cada caso concreto. Una vez que el Juzgado concede la orden de alejamiento, si el agresor intenta acercarse o comunicarse de alguna manera, comete un delito de quebrantamiento. Además, los agentes protectores, se mantendrán en contacto telefónico y llevarán un control para comprobar que la situación se mantiene bien, pudiendo comunicarse con el agente caso de necesitarlo.

Dependiendo de cada caso, a propuesta de UFAM o EMUME, y tras ser valorado por el Fiscal, se puede portar el dispositivo ATENPRO. Dispositivo de telefonía móvil y telecomunicación con el que se puede comunicar los 365 días del año y a cualquier hora, para dar respuesta a vuestra situación.

Quedo a disposición de quien pueda necesitar más detalles e información.

© Beatriz Castaño. Todos los derechos reservados.

Inspectora del C.N.P. Jefa de la UFAM – Xirivella (Valencia)

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