Publicada en 1774, revisada en 1787, Las penas del joven Werther es quizá una de las obras más influyentes de la literatura universal. El «efecto Werther» no sólo creó tendencias literarias y modas en el vestir, sino también una peculiar oleada de suicidios. Fue libro de cabecera de Napoleón? y también del monstruo de Frankenstein. Todos ?clásicos y románticos? quisieron apropiarse de él: fue icono del sentimentalismo y héroe de la exaltación revolucionaria; también fue, como dijo Thomas Mann, «el horror y el espanto de los moralistas». Al final de su vida, Goethe lamentaba que la mayoría de los jóvenes que peregrinaban a Weimar para visitarlo sólo conocieran esa obra suya. Hoy leer las desventuras de este joven artista burgués que, a raíz de un amor prohibido, descubre su insospechada comunidad con los locos, los humildes, los desdichados y hasta los asesinos no anula ni el distanciamiento ni la identificación. Werther sigue preguntándonos si pactar es una necesidad o una rendición. Sigue apuntando a nuestro yo, y lo que significa conservarlo. Sigue hablando de nosotros mismos.
Este volumen incluye las clásicas ilustraciones de Daniel Nikolaus Chodowiecki para las primeras ediciones del libro.
En definitiva, Las penas del joven Werther es una novela clásica muy recomendable para los no iniciados en Goethe, que emociona y que además incita a seguir leyendo el resto de la obra de este genio de la literatura, por su maestría y atemporalidad.
Sobre el autor:
Un viaje a Italia (1786-1788), durante el cual versificó su Ifigenia en Táuride (1787), y la amistad con Schiller moderaron su ímpetu juvenil, asentando el ideal humanista del clasicismo de Weimar que constituye una de las cumbres de la literatura alemana. Pero su curiosidad abarcó también la geología, la biología, la botánica, la anatomía y la mineralogía, como se ve en obras como La metamorfosis de las plantas (1790) o Teoría de los colores (1810). Su obra maestra en dos partes, Fausto (1772-1831), aglutina espléndidamente todas las etapas de su carrera. En Poesía y Verdad (1811-1830; ALBA CLÁSICA MAIOR núm. III) dejó testimonio de su juventud. Alba ha publicado también, a modo de crónica de su vejez, El hombre de cincuenta años/Elegía de Marienbad (1807; ALBA CLÁSICA núm. LVI) y su delicioso libro bocacciano Conversaciones de emigrados alemanes.
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