El Museo del Prado en Madrid alberga una singular obra del maestro holandés Rembrandt van Rijn: «Judith en el banquete de Holofernes», pintada en 1634. Durante mucho tiempo, esta pintura fue conocida como «Artemisa», ya que se creía que representaba a la reina Artemisia de Caria bebiendo las cenizas de su esposo Mausolo. Sin embargo, estudios recientes han identificado correctamente a la figura como Judith, la heroína bíblica que salvó a su pueblo al decapitar al general asirio Holofernes.
La obra muestra a Judith vestida con ropas lujosas, sosteniendo una copa, mientras su sirvienta espera en segundo plano con un saco para recoger la cabeza de Holofernes. El uso magistral del claroscuro por parte de Rembrandt resalta la tensión y el dramatismo de la escena. Se cree que la modelo para Judith fue Saskia van Uylenburgh, esposa del pintor, quien posiblemente estaba embarazada en el momento de la pintura.
Esta pintura es la única obra de Rembrandt en la colección permanente del Prado, lo que la convierte en una pieza destacada para los amantes del arte barroco. Su presencia en el museo permite a los visitantes apreciar la maestría de Rembrandt en el contexto de la pintura europea del siglo XVII.
REDACCIÓN