Toda la historia transcurre en la casa de la familia. Bernarda es una mujer autoritaria, tanto con sus sirvientas como con sus hijas, a las que obliga a guardar un estricto luto por la muerte de su padre. A pesar de educarlas en sumisión, ya se empieza a ver que va a encontrarse con la desobediencia de sus hijas, especialmente de Adela, la más pequeña pero también la más rebelde.
Bajo esta premisa, se niega en un primer momento a que la mayor, Angustias, se casa con un pretendiente, Pepe el Romano. Sin embargo, termina accediendo porque Angustias es hija de un marido anterior, no del que acaba de morir.
La familia empieza los preparativos, y al mismo tiempo surgen sospechas sobre si Adela mantiene una relación en secreto con Pepe el Romano. Aunque Adela, siempre lo niega, se entreve que es todo verdad. Sin embargo, Bernarda parece no enterarse, o no querer enterarse, de lo que está ocurriendo, a pesar de que Poncia intenta abrirle los ojos. La realidad pues es que existen comflictos entre sus hijas, a las que el luto y las normas sociales les oprimen cada vez más.
Una noche Martirio, que también está enamorada de Pepe el Romano, escucha como su hermana Adela sale hacia el corral. La sigue y descubre que efectivamentees la amante de Pepe el Romano, que está con ella dentro del corral. Martirio grita para despertar a su madre y al resto de sus hermanas, que acuden a su llamada.
Bernarda entonces se da cuenta de todo lo que ha ocurrido a sus espaldas y, con una escopeta, entra al corral, dispara y sale diciendo que ha matado a Pepe el Romano. La realidad es que al hombre le ha dado tiempo a escapar mientras todas discutían fuera, por lo que no está muerto. Adela sin embargo se cree la historia de su madre y de su disparo, así que corre a su habitación y allí se encierra. Consiguen finalmente abrir la puerta y la encuentran muerta; se había suicidado.