La poeta María Sánchez gana el Premio Nacional de Ensayo 2025 por una obra que recupera la voz rural desde la memoria, la ecología y el lenguaje
La poeta, veterinaria rural y escritora andaluza María Sánchez ha sido galardonada con el Premio Nacional de Ensayo 2025 por su obra La tierra quebrada, publicada el pasado otoño por la editorial Capitán Swing. El jurado ha destacado la potencia lírica y reflexiva de un texto que, sin abandonar el compromiso social, redefine el género ensayístico desde una voz femenina, campesina y profundamente ecológica.
El fallo, emitido el martes 15 de abril por el Ministerio de Cultura de España, subraya que La tierra quebrada “es una propuesta de alto valor intelectual que aúna la memoria biográfica, el pensamiento crítico y la mirada poética para dar voz a los territorios y sujetos tradicionalmente marginados por el discurso dominante”. Se trata de la primera vez en más de una década que este galardón recae sobre una obra escrita desde un enfoque rural y feminista.
Un ensayo que nace de la tierra
La tierra quebrada es una obra difícil de clasificar. Escrita a lo largo de cinco años en forma de cuaderno de campo, cartas íntimas y reflexiones fragmentarias, combina observaciones sobre el mundo agrícola con meditaciones sobre el lenguaje, el olvido y la violencia simbólica ejercida sobre la naturaleza y las mujeres del campo. No hay una estructura lineal: la autora avanza por asociaciones, ecos, silencios, como si tratara de reproducir en la forma del texto los ciclos y fracturas de la tierra a la que alude el título.
El libro arranca con una evocación de su abuela, trabajadora del campo, que le enseñó a reconocer el canto de los pájaros y a entender los nombres no escritos de las plantas. Desde ahí, María Sánchez traza un recorrido personal y político por los territorios del sur peninsular, denunciando el desarraigo rural, la crisis ecológica y la marginación de los saberes campesinos. “La tierra no está muda”, escribe. “Somos nosotros quienes hemos dejado de escucharla”.
Escritura de frontera: entre la ciencia y la poesía
Formada en Veterinaria y especializada en ganadería extensiva, Sánchez ya era conocida por su capacidad para entrelazar ciencia, activismo ecológico y literatura. Su primer ensayo, Tierra de mujeres (2019), fue considerado una de las obras fundacionales del ecofeminismo en el contexto hispano. Con La tierra quebrada, va un paso más allá, desdibujando los límites entre géneros literarios y estableciendo un diálogo continuo entre lo visible y lo velado.
En uno de los fragmentos más comentados del libro, Sánchez escribe:
“Me duele más una acequia cegada que una calle rota. Porque la acequia lleva dentro la memoria de quienes la cavaron con las manos”.
Este tipo de imágenes, cargadas de una belleza austera y una ética del cuidado, ha sido celebrada por la crítica como ejemplo de un nuevo ensayismo de raíz, donde la experiencia encarnada sustituye al discurso académico y la sensibilidad sustituye a la lógica argumentativa sin perder rigor.
El lenguaje como territorio en disputa
Una de las líneas de fuerza del ensayo es la crítica a la pérdida léxica en las comunidades rurales. Sánchez denuncia cómo la desaparición de palabras —para nombrar plantas, herramientas, procesos agrarios— va acompañada de un empobrecimiento del pensamiento. “Donde no hay palabras, tampoco hay respeto”, afirma. En ese sentido, el ensayo funciona como una arqueología del lenguaje: rescata términos en desuso, escucha hablas locales, reproduce dichos, cantares, incluso errores gramaticales que revelan una gramática del mundo distinta.
Algunos críticos han señalado paralelismos con autores como John Berger, Annie Ernaux o James Agee, aunque con una voz propia, profundamente andaluza y contemporánea. En su estilo, se alternan momentos de transparencia lírica con frases cortantes, casi sentenciosas, que recuerdan la estructura del aforismo.
Una voz imprescindible en el pensamiento contemporáneo
La concesión del Premio Nacional de Ensayo no solo consagra a María Sánchez como una de las autoras más relevantes de la escena actual, sino que también abre el campo del ensayo a nuevas formas de conocimiento y sensibilidad. En palabras del presidente del jurado, el filósofo Emilio Lledó, “es un premio a la tierra, a la memoria y a la palabra que regresa. No es un ensayo académico, sino una escritura con raíces que toca lo más hondo de lo humano”.
En las redes sociales y medios digitales, la noticia ha sido recibida con entusiasmo por escritoras, colectivos de defensa del mundo rural, asociaciones feministas y lectores habituales de su obra. La cuenta oficial del colectivo Alianza contra la España vaciada tuiteó:
“Hoy el campo tiene premio. Hoy la tierra habla. Gracias, María Sánchez”.
Por su parte, la autora ha manifestado en un comunicado que dedica el galardón “a todas las mujeres del campo que hablaron cuando nadie las escuchaba, y a las que siguen sembrando sin pedir permiso”. También anunció que donará parte del premio económico a proyectos de bibliotecas rurales autogestionadas en Andalucía y Extremadura.
Proyección internacional
Aunque la mayor parte de su recepción ha sido nacional, editoriales francesas, portuguesas e italianas ya han mostrado interés en traducir la obra. El diario Libération publicó un breve artículo titulado La voix du sud, donde destaca la dimensión poética y política del texto, mientras que la revista Internazionale ha calificado la obra de “ensayo-ritual de una Europa olvidada”.
La tierra quebrada se perfila, así, no solo como una obra de lectura imprescindible para comprender el presente de la cultura rural española, sino como una intervención literaria de alto calado en los debates sobre ecología, lenguaje y justicia cultural en Europa.
Equipo de redactores de HOJAS SUELTAS