A partir de unas memorias póstumas que Gerald Durrell comenzó a escribir antes de enfermar gravemente, de un libro de impresiones inédito sobre un viaje a Australia realizado en 1969 para conocer la Gran Barrera de Coral y de otros escritos en los que relata sus viajes en distintos lugares y su lucha por la protección de las especies en peligro de extinción, Gerald Durrell desgrana su vida con el ingenio, la fina ironía y el humor irreverente propios del gran novelista que fue.
Sobre el autor:
Gerald Durrell (1925-1995) se mudó con su familia desde Inglaterra a la isla griega de Corfú cuando tenía ocho años. Pasó gran parte de su tiempo estudiando la vida silvestre isleña y sorprendiendo a propios y extraños por la enorme cantidad de mascotas que logró reunir, algunas poco domesticables, y que cobijaba en lugares inesperados. Con los años su afición por los animales se convirtió en su pasión y en su oficio, y llegó a convertirse en un naturalista y ecologista de fama mundial. Durrell dedicó su vida a la preservación de la vida silvestre, en particular de las especies menos glamurosas, a las que llamaba «pequeñas labores marrones». Con el fin de estudiar la diversidad de la flora y la fauna, dirigió expediciones a lugares exóticos entre los que destacan Sierra Leona, Assam o Madagascar. Gracias a sus esfuerzos, criaturas como la paloma rosada de Mauricio y el ferreret o sapo partero mallorquín, entre muchos otros, han evitado su desaparición. En 1959, fundó el zoológico de isla de Jersey, en el canal de la Mancha, como centro para la conservación de especies en peligro de extinción. A lo largo de su vida presentó numerosos programas de televisión y escribió más de treinta libros, entre ellos «Mi familia y otros animales» y sus dos secuelas, «Bichos y demás parientes» y «El jardín de los dioses», que forman la llamada Trilogía de Corfú.
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