Bajo el título El comendador de las letras, el investigador José Antonio Ramos Rubio explora en su sexta novela histórica la vida de Tirso de Molina, un fraile mercedario que dedicó su existencia, sus sueños, su fe y su alma tanto a la literatura como al amor a Dios. Entre 1626 y 1629, Tirso de Molina, cuyo nombre real era Gabriel Téllez, desempeñó el cargo de comendador del convento mercedario de Trujillo.
Gabriel Téllez, más conocido como Tirso de Molina, fue un teólogo profundo, un predicador elocuente y un hombre sensato y prudente, dotado de virtudes admirables, según describe el autor. Sin embargo, además de estas cualidades, se destacó como un dramaturgo excepcional, cuya obra ha dejado una huella imborrable en la historia de la literatura.
Una de sus piezas más notables, El condenado por desconfiado, lo sitúa entre los autores dramáticos más ilustres, gracias a la profundidad de su argumento. Según José Antonio Ramos Rubio, solo un teólogo tan admirable como Tirso de Molina podría resolver el complejo conflicto entre la predestinación y el libre albedrío con tal maestría. Su fama trascendió fronteras, llegando incluso a Londres mientras aún vivía.
Reconocido universalmente como una de las figuras más destacadas de la literatura española, Tirso de Molina comparte, junto a Lope de Vega y Calderón de la Barca, un lugar de honor en el teatro de la época áurea. Su rica y variada trayectoria como fraile, poeta, dramaturgo y novelista merecía una novela histórica como la que José Antonio Ramos ha presentado recientemente en Trujillo.
El libro, publicado por Tau Editores, cuenta con una portada diseñada por Alberto Cortés, que complementa esta obra dedicada a una de las grandes figuras de la literatura española.
Redacción