Como apoyarse en pensadores

0
180

En demasiadas ocasiones he leído citas tales como: Hay enfermedades del alma más perniciosas que las del cuerpo. Frase atribuida a Cicerón advirtiendo que los daños emocionales recibidos pueden ser muy perjudiciales para nosotros mismos. La utilización de esta u otras frases, siempre sirvió para apoyar el desarrollo de alguna conversación, artículo, charla, conferencia u otra fórmula en el quehacer diario, o actividad profesional, y desde luego para intentar refrendar cierto bagaje cultural del utilizador, frente a quienes lo leemos o escuchamos, creyendo le proporciona un disimulado empaque a la espera de recibir alguna distinción como individuo cualificado intelectualmente.

Actualmente existe ese tipo de individuos, como también la de muchos arribistas. Personajes, por otro lado, que no son bien aceptados en sus círculos sociales y profesionales. Este grupo se balancea entre la autocomplacencia y la hipocresía, cubre su desconocimiento con el ornato que suministran las citas de filósofos y pensadores tanto actuales como de otras épocas, en un pobre intento de ser aceptado por el resto de los grupos en la sociedad.

Mantengo un similar criterio al demostrado por otros seres tan irracionales como yo. Lamentablemente la sociedad actual ofrece tales especímenes a diario, basta con leer o escuchar las diatribas de la pléyade que conforman la élite política actual, que poco o nada ayudan para alcanzar un mayor nivel cultural.

Diría que no es aceptable la fórmula. No obstante, son bien recibidas las frases iniciales o finales de esos individuos: «Como bien dijo el filósofo o pensador…». Quiero creer que mínimamente debió molestarse en localizar, tal vez aprender, esa frase, que como cimiento o techo, utilizará en su discurso. Quizás sea consciente directa o indirectamente, de la existencia del amplio grupo de intelectuales nacidos en la vieja Europa que forjaron las mayores civilizaciones de todos los tiempos.

Voy a permitirme, querido y desconocido lector, apuntar otra muestra de mi crítica a los incapaces. Mal que me pese, acepto lo señalado en el párrafo anterior, sin embargo, niego con absoluta y rotunda fuerza, utilizar como apoyo en disquisiciones, artículos, charlas y demás actividades, la absurda aplicación de disciplinas desprendidas de la filosofía.

Sí. Está confirmado. Entre nosotros viven unos seres que confunden el amor por la sabiduría, con algo similar a: «No leo un libro, esperaré a que hagan la película». Han sustituido a Platón, Aristóteles, Averroes, Descartes, John Locke, Kant, Hegel, Nietzsche, etcétera, por directores de películas made in Hollywood. Muy respetables tanto personal como profesionalmente dentro de su arte. Pero, y ahora aparece mi disconformidad, no acepto a título personal la supuesta seudo filosofía que imprimen en presentaciones, entrevistas o las simples «así se hizo». Su mérito radica bien en un texto adaptado de alguna obra literaria; a veces acoplándola a su particular visión y niveles de comercialización mundial; o el resultado del esfuerzo creativo de un guionista.

No acepto el apoyo que una lamentable mayoría, resalta sobre tal o cual película, como si se tratara de conocimientos y reflexiones de especial trascendencia para el resto de los individuos. Escucho y leo en multitud de ocasiones, diálogos y referencias tales como: «tal y como dijo (tal actor o actriz) en la película X», como si pudieran influir positivamente en algún ámbito del conocimiento humano.

La utilización desmesurada de citas de similar trascendencia, a veces conlleva a un desgaste intelectual, a una pérdida de identidad social y cultural para caer en los brazos de un guionista o director, que poco o nada tienen que ver con la sociedad cultural donde vivimos, deseando e intentando su necesaria evolución.

Tal vez sea incierta mi próxima aventura literaria en esta revista, pero estaré seguro de mi intento por despertar alguna reflexión en ti como lector.

© Sacha Yedkiy. Enero 2023

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí