En mi departamento no pasa

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Texto: Mujeres con ciencia

Los hombres cis blancos dominan la mayoría de los campos STEM y, en particular, están sobrerrepresentados en puestos con cierto poder e influencia, lo que los posiciona como un colectivo demográfico potencialmente eficaz para implementar cambios. A pesar de su proclamada indignación e interés en abordar la inequidad de género, con frecuencia mantienen patrones de creencias, discursos e inacción que, en última instancia, apoyan los privilegios de su grupo en oposición a sus intenciones.

En el estudio de Melissa Dancy y Apriel K. Hodari se entrevistó a varios físicos y se mostró que mantenían normas sexistas que invalidaban sus discursos a favor de la igualdad. En la investigación se puso de manifiesto que las personas privilegiadas con un alto nivel educativo mantienen inercias con sus posturas evitativas: negaron que la inequidad estuviera físicamente cerca de ellos, localizaron las causas del sexismo en grandes sistemas sociales sobre los que decían no poder hacer nada y justificaron su inacción con varios argumentos.

Hay muchos hombres que se preocupan profundamente, hombres que están dispuestos a dedicar su tiempo a aprender y actuar para abordar la injusticia que ven alrededor y muchos se sienten impotentes para generar impactos positivos. Dominan numéricamente la física (y la mayoría de los campos STEM) en todos los niveles y su sobrerrepresentación aumenta en puestos de poder. Históricamente, han sido los que elaboraron la cultura y las estructuras en el mundo de la ciencia y, a pesar de mucha retórica para el cambio, continúan marcando la línea del éxito profesional.

Son muy pocos los que protegen sus intereses y sus privilegios de forma consciente, a través de mecanismos de opresión. En una encuesta realizada en 2020 a 1023 profesores de química, matemáticas y física en Estados Unidos, la mayoría de los profesores, 86 por ciento, apoyaban el esfuerzo para promover la diversidad en su campo, mientras que menos del 2 por ciento clasificó ese esfuerzo como “perjudicial”. El 91 por ciento de los seleccionados estuvo de acuerdo o totalmente de acuerdo con esta afirmación: “Tengo la responsabilidad personal de tomar medidas para abordar la desigualdad en (mi campo)”. Por lo tanto, la mayoría de los hombres que estudian y trabajan en ciencia reconoce que existe inequidad, desean un cambio y están dispuestos a realizar un esfuerzo personal para lograr ese fin. Sin embargo, pese a todos los gastos de tiempo y recursos durante los últimos 25 años, el porcentaje de mujeres que obtienen un doctorado en física ha aumentado solo marginalmente. Estos números son casi cero cuando aparecen intersecciones: de 59 894 doctorados otorgados en física en Estados Unidos entre 1972 y 2017, solo 90 (0,15 por ciento) fueron para mujeres negras.  SEGUIR LEYENDO

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