Marianne Wiggins definió en una ocasión las nueve vidas de una novela:
- Te visita. Inspiración.
- Cobra forma en tu mente.
- Adquiere personajes.
- No te dejará en paz.
- Te equivocas.
- Te equivocas mejor.
- Es una maldición.
- Es una bendición.
- Se marcha y vive entre desconocidos.
La autora estadounidense conoce mejor que nadie la bendición y la maldición de la alquimia literaria, pues su última novela, Las propiedades de la sed, fue recibida como una de las mejores obras de ficción del año por la crítica estadounidense, y lo hizo tras completarla seis años después de haber sufrido un grave ictus en 2016. «El proceso de terminar la novela pasó de ser una carga imposible a ser lo que nos ayudó a sanar. Y así fue como lo hicimos. Despacio y sabiamente. Palabra por palabra», explica su hija Lara Porzak, que la acompañó durante su difícil recuperación.
Las propiedades de la sed es una épica historia de amor ambientada en California durante la segunda guerra mundial: la historia de amor de una familia por un paisaje amenazado y la de un hombre por una mujer asombrosa.
Ambientada en dos oscuros episodios del pasado reciente de la historia de Estados Unidos: la construcción de campos de internamiento para ciudadanos de origen japonés durante la segunda guerra mundial y las guerras del agua en California, uno de los primeros conflictos ecológicos del siglo XX. Las propiedades de la sed cuenta una historia universal e íntima, cuyos ecos resuenan especialmente hoy en día, sobre la celebración de los vínculos amorosos y familiares que sobreviven a pesar de las dificultades. Ecos de Thoreau y Whitman se entremezclan en la poderosa y poética voz narrativa de Wiggins, finalista del National Book Award y del Premio Pulitzer.
Una de las grandes novelas americanas de los últimos años, una obra destinada a convertirse en un clásico, tan cruda como llena de esperanza. Las propiedades de la sed es una de estas rara avis que permanecen en nuestra memoria durante mucho tiempo.
Sinopsis:
Rocky Rhodes lleva años protegiendo con uñas y dientes su rancho de California frente al Departamento de Aguas de Los Ángeles que está drenando sus acuíferos. Es en ese rancho del valle de Owens donde su mujer y él criaron a sus hijos gemelos, Sunny y Stryker, y donde Rocky ha llorado a su esposa desde su muerte. Cuando Estados Unidos entra en la segunda guerra mundial, el gobierno decide construir en el valle uno de los campos de internamiento en los que confinará a los más de cien mil ciudadanos de origen japonés que viven en los estados de la costa del Pacífico. El director del campo, un chico judío de Chicago, quedará fascinado por la familia Rhodes, especialmente por la joven Sunny.
Las propiedades de la sed es una inolvidable novela sobre uno de los episodios más oscuros del pasado estadounidense, pero también es una historia de amor: el de una familia por un paisaje amenazado y el de un hombre por una mujer asombrosa. Una historia universal e íntima, cuyos ecos resuenan especialmente hoy en día, sobre la celebración de los vínculos amorosos y familiares que sobreviven a pesar de las dificultades. Sin duda, una de las grandes novelas americanas de los últimos años. Una novela destinada a convertirse en un clásico.
Autora:
Marianne Wiggins (1947, Lancaster, Pensilvania, Estados Unidos) es autora de nueve novelas, entre las que destacan John Dollar (1989), Evidence of Things Unseen (2003), finalista del premio Pulitzer de ficción y del National Book Award, y Las propiedades de la sed (2022; Libros del Asteroide, 2024). Ha sido merecedora del Whiting Award, de una beca del Fondo Nacional de las Artes, del premio Heidinger Kafka y ha sido finalista del Women’s Prize for Fiction. Vive en Venice, California.
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