La bella entre las bellas, Nefertary, fue la favorita de Ramsés el Grande y una de las reinas más destacadas de Egipto. desempeñó un importante papel en la vida religiosa y política del país, y su tumba es una de las más hermosas en el Valle de las Reinas.
Nefertary Meryt-en-Mut, ‘Amada de Mut’ y ‘Por la que brilla el Sol’, llevó el título de gran esposa real de User-Maat-Ra Setep-en-Ra, conocido para el mundo como Ramsés II (ca. 1279-1213 a.C.), aunque no fue su única esposa pues este faraón tuvo numerosas mujeres y cientos de hijos. Pero Nefertary fue la madre del primogénito y heredero, Amon-Her-Jepesh-ef, aunque este nunca subió al trono pues murió antes que su padre. También dio a Ramsés cinco hijas: Meryt-Amon, Baket-Mut, Nebet-Tauy, Henut-Tauy y Nefertary II, todas desposadas con su propio padre según la costumbre del incesto real faraónico.
Nefertary, una ahmósida
No consta quiénes fueron los padres de Nefertary pero es posible, por evidencias en su tumba en el Valle de las Reinas, que fuera descendiente del rey Ay, quizá su biznieta. Una teoría sostiene que fue hija del faraón Sethy I (ca. 1294-1279 a.C.) y de la reina desconocida Ta-Nedyemy, ‘la que pertenece a la Dulce (Mut)’ . Sería por tanto medio hermana de su marido Ramsés II.
Según esta misma teoría sus abuelos podrían haber sido el rey Hor-em-Heb y la reina Mut-Nedyemet, la hermana de la famosa Nefert-Ity.
En cuaquier caso su presunta madre, la desconocida Ta-Nedyemy, llevó el título de hija real y fue coronada como soberana del Alto y el Bajo Egipto; en una representación aparece con el típico tocado de las mujeres reales descendientes de la gran reina Ahmosis Nefertary, la diosa Mut en forma de buitre con las alas desplegadas. Por tanto Nefertary sería la transmisora de la sangre real ahmósida, cosa que también parece indicar su propio nombre, Nefertary, pues las descendientes de esta mítica reina lo daban a conocer de esta forma.
Aunque algunos egiptólogos sostienen que los ramésidas no sintieron la necesidad de vincularse a los ahmósidas para legitimarse en el trono pues procedían del ejército y tenían el poder fáctico, lo cierto es que sí se vincularían a ellos a través de sus esposas. Pero, desgraciadamente para nosotros que nos quedamos sin conocer la verdad, los ramésidas practicaron el borrado sistemático de la memoria conforme a la historia oficial que ellos decretaron: no existió ningún rey entre Amen-Hotep III y Hor-em-Heb, incluida Hatshepsut. Los orígenes de sus reinas también fueron suprimidos, como si sus esposas carecieran de procedencia, pero como hemos indicado lo más probable es que fueran de origen ahmósida.
Nefertary en la religión y la política
En virtud del milagro de la Teogamia el dios Amón se habría unido físicamente con la reina Nefertary para engendrar al príncipe Amon-Her-Jepesh-ef. Recuperaba por tanto esta reina la función religiosa de esposa del dios que habían poseído sus antepasadas y que fue exhibida por la reina en sus monumentos y representaciones, tanto en templo de Luxor como en el Ramesseum. También se la llamó Mut-Nefert, ‘La Bella Mut’, identificándola con la diosa esposa de Amón, característica de las mujeres amóhsidas, y se asimiló a la diosa Hat-Hor, según aparece en el templo de Abu-Simbel.
Si esta reina alcanzó gran importancia religiosa también la tuvo en política, pues desempeñó un destaco papel en el tratado de paz con los hititas, tras la batalla de Kadesh ella mantuvo correspondencia con Pudu-Hepa, la gran esposa de Hattusili III, el rey hitita, otra mujer con mando en plaza.
Pero a partir del año veinticuatro del reinado de Ramsés II, Nefertary desaparece, ¿había fallecido? Esto es lo más probable. Debía estar entonces entorno a los cuarenta y tantos. En el año 26 surge la figura de su hija Meryt-Amon como gran esposa real de Ramses II, indicativo de que Nefertary ya estaba muerta en esta fecha. Fue enterrada en la necrópolis destinada a las esposas e hijos reales de los ramésidas, Ta Set Neferu, hoy Biban el Harim o el Valle de las Reinas.
Nefertary y su rival Isis-Nofret
Ramsés II además de casarse con las hijas habidas de Nefertary también lo hizo con las hijas de su otra gran esposa real, Isis-Nofret, Isis la Bella, rival de Nefertary, que también desempeñó importantes cargos políticos y religiosos: soberana del Sur y del Norte, señora de las dos tierras y esposa del dios. Una reina de origen desconocido pero es muy probable que fuera a su vez descendiente del rey Hor-em-Heb, y que al igual que Nefertary llevaría por línea femenina sangre ahmósida, en vista de sus títulos. Aunque para otros egitólogos era una mujer de origen extranjero.
El incesto real debía nutrir doblemente de la sangre sagrada a los descendientes de Ramsés II. Y cumplió su papel porque las dinastías que sucedieron a la XIX en el gobierno de Egipto siempre buscaron dar respaldo al trono con estas mujeres, pero por otro lado también dio lugar a turbulencias políticas, usurpaciones y revueltas gestadas en el harén real, habida cuenta de los cientos de descendientes que tuvo Ramsés II y muchos de ellos con aspiraciones al trono. Aunque fue el hijo de Isis-Nofret, Mer-en-Path, el sucesor de Ramsés II así como su nieto Sethy II (ca. 1213-1203 a.C.).
Imágenes
A partir del óleo de William Clarke Wontner (1857-1930), Una belleza egipcia, colección privada.
A partir de una imagen de Nefertary en su tumba en el Valle de las Reinas.
Para saber más
Teresa Bedman, Reinas de Egipto: el secreto del poder, Madrid, Alianza Editorial, 2007.
© Ana Morilla. Noviembre 2023. Todos los derechos reservados.