DESVARIO AMOROSO

0
245

Este libro de Genazino es el segundo que comento del mismo autor en esta página. La verdad es que parece imposible no tener cariño al autor alemán. En esta novela aparece el mismo humor entre socarrón y tragicómico de «Una casa, una mujer y una novela«. Si en este libro se describía la llegada de un adolescente a la vida adulta, Desvarío amoroso trata de la vida cotidiana de un hombre maduro. Su vida está establecida en una rutina, una profesión, y dos amantes. Amantes que no saben nada una de la otra, ambas complementarias, contrapartidas del mismo carácter del protagonista, que se dedica al improbable oficio de conferenciante apocalíptico… Sí, sobre el apocalipsis que está por llegar.

Mientras nos cuenta lo cotidiano, lo normal, en una ciudad que suponemos mediana, con recursos culturales limitados, y nos describe acontecimientos que todos podríamos haber sufrido o presenciado, vemos una serie de personajes descabellados surcar la novela sin inmutar al protagonista y narrador. El mismo protagonista tiene un oficio imposible, y nos parece que ni es rico ni es guapo, no es un gran amante ni tiene la personalidad apabullante de un artista. Pero es capaz de tener dos amantes a la vez, mujeres cariñosas y comprensivas, cada una en su estilo. Es normal que resista a decidirse por una de las dos y terminar ese «desvarío amoroso» de las dos mujeres, por el cual hasta se decide a seguir una terapia también imposible.

Leer este libro es como pararse a mirar a las personas por la calle, a hablar en la cola del banco o de la entrada de los cines, a mirar y a comprobar que lo normal, lo que consideramos cotidiano, es en realidad rarísimo. El protagonista, y todos los humanos, somos en realidad voyeurs de la vida, pero si profundizamos en esa visión y reflexionamos, podemos descubrir el absurdo de las cosas normales. Sus comentarios de la vida social, de la cultura institucional, de la juventud, del amor, son agudos y certeros, y nos muestran una forma de afrontar la vida en un momento histórico y lugar geográfico tranquilo y protegido, la mimada Europa occidental.

El protagonista reconoce que no ha pasado hambre en su vida, que no ha vivido ninguna guerra, que no se ha peleado físicamente con nadie. ¿Qué le preocupa entonces? Que no tendrá una pensión de la seguridad social. ¿Seguimos teniendo necesidades, a pesar de todo? Genazino nos lo cuenta con genial maestría, a través de un hombre maduro, que ve declinar su salud y su sexualidad, pero no su capacidad de vivir y dar vida. Sencillamente genial. ¡Chapeau, don Wilhelm!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí