REPOSICIÓN.-
Para los intelectuales de la Edad Media, el universo era un símbolo de continuidad entre la antigüedad y su propio tiempo, donde la cultura y la cronología se unían en un relato ininterrumpido desde Roma hasta su presente.
Para los intelectuales de la Edad Media el mundo (de mundus: ‘en movimiento por todas partes’) era una bola cuyo interior estaba dividido como el de un huevo: la gota de grasa que hay en el centro de la yema era la Tierra, la yema era la región del aire cargada de vapores, la clara era el éter, y la cáscara del mundo era el cielo.
En la Edad Media la historia del mundo era una cronología sumaria que abarcaba los acontecimientos más célebres de los hebreos, egipcios, asirios, griegos y romanos. Colocaban a los reyes y emperadores occidentales medievales justo tras los emperadores romanos como si hasta Federico I hubiera continuado la historia sin interrupción, y su propio tiempo fuera una continuación de la Antigüedad. Y en ningún terreno era más evidente para ellos que ¡en la cultura intelectual!
Los estudiosos de la Edad Media dividían la historia en edades. La primera edad desde la caída de los ángeles hasta el fin del diluvio. La segunda edad desde el fin del diluvio hasta Abraham. La tercera edad desde Abraham hasta David, Codro, la caída de Troya y Evandro. La cuarta edad desde David hasta la cautividad de Babilonia, Alejandro Magno y Tarquino. La quinta edad desde la cautividad de Babilonia hasta Jesucristo y Octavio. Para los intelectuales medievales el mundo había durado hasta ese momento cuatro mil setecientos cincuenta y tres años, según la Biblia, o cinco mil doscientos veintiocho según los Setenta (el canon de la Biblia hecho en Alejandría por los judíos de lengua griega). Y por último creían que la sexta edad era era la que abarcaba desde Jesucristo y César Augusto hasta el presente (es decir hasta el medievo).
Para saber más
Etienne Gilson, La filosofía de la Edad Media, Madrid, Gredos, 1958.
Imagen
A partir del óleo de Velázquez, Vieja friendo huevos, ca. 1618, National Gallery, Edimburgo
© Ana Morilla. Mayo 2023. Todos los derechos reservados.