La Biblioteca Apostólica Vaticana, fundada oficialmente en 1475 por el papa Sixto IV, es una de las instituciones bibliográficas más antiguas y prestigiosas del mundo. Sin embargo, sus orígenes se remontan al siglo IV, cuando comenzó a funcionar como el «Scrinium» de la Iglesia Romana, sirviendo como archivo y biblioteca. A lo largo de los siglos, ha acumulado una vasta colección de manuscritos, libros impresos, monedas, medallas, mapas y grabados.
Durante el papado de Nicolás V (1447-1455), la biblioteca experimentó una transformación significativa. El papa decidió hacer accesibles los manuscritos en latín, griego y hebreo a los eruditos, aumentando su número de 350 a aproximadamente 1.200. Este enfoque humanista sentó las bases para la apertura intelectual que caracteriza a la biblioteca hasta hoy.
Actualmente, la Biblioteca Apostólica Vaticana alberga alrededor de 150.000 manuscritos, 1.500.000 libros impresos, 300.000 monedas y medallas, y 100.000 mapas y grabados. Su sede, diseñada por el arquitecto Domenico Fontana en 1587 por encargo del papa Sixto V, sigue siendo utilizada en la actualidad.
El acceso a la biblioteca está restringido a investigadores calificados que deben solicitar permisos especiales. Esta exclusividad ha generado numerosas especulaciones y leyendas sobre los documentos secretos que podrían cambiar nuestra comprensión de la historia.
La Biblioteca Apostólica Vaticana no solo es un depósito de conocimiento, sino también un símbolo del compromiso de la Iglesia con la preservación y difusión del saber a lo largo de los siglos.
Redacción