CUL DE SAC – NEREA ARRIEN

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«Nos despedimos de Betty y de su tristeza americana por un día. Por si acaso, la meto en el enorme maletero del jeep, sólo ahí puede caber un personaje gigantesco como ella. Dos mujeres que ha salido del laberinto del casco viejo y acaban de vencer a una bestia de os mares para están desnortadas y sus manos firmes no necesitan de cigarrillos para esconder la inestabilidad. Muevo las marchas, sujeto el volante, me arreglo la melena, hago de todo menos fumar. Élodie abre la ventana y saca la mano emulando una ola. Tararea una canción de moda: Quédate que la noche sin ti dueleee. Quiero pensar que me la dedica. Dejamos atrás el pueblo y corzos, zorros, gatos que se unen a nuestra gesta por la carretera A63, una fauna de felicidad nos acompaña de vuelta a Atererrizar. Antes de llegar al cruce, los elefantes pesados se han sentado en las pestañas de Élodie. El peso de la tranquilidad cae en sus ojos. Hacía mucho que no la veía dormir. La arropo con la mantita de croché que mamá me hizo antes de nacer. Me doy cuenta de que nunca lo había hecho hasta ahora.” CUL-DE-SAC —Nerea Arrien—

Reseña:

Cul-de-sac (Alberdania, 2025) es la primera novela escrita en castellano de Nerea Arrien (Lekeitio, Bizkaia, 1976), una escritora que ya ha acreditado en lengua vasca y con creces, no sólo un oficio, sino, sobre todo, un estilo propio que hace de ella una de las voces más interesantes de la literatura en los idiomas con los que trabaja. Y cuando digo con creces me refiero a que atesora a su todavía tierna edad, lo de tierno siquiera ya sólo porque una escritora como Nerea parece ser siempre una revelación en cada uno de sus libros, una buena recua de premios y además en diferentes géneros. En literatura infantil y para jóvenes fue premiada por Atrapa Eguna (Premio Farolillos de Papel, 2018), en narrativa corta por los cuentos Kaxarranka y Matrioska recibió los premios Julene Azpeitia y Gabriel Aresti respectivamente, y en poesía se alzó con el prestigioso Premio de poesía Xabier Lete VI por su penúltimo trabajo, Zoonomia, 2022. Y como no hay escritor de raza que si precie sin su cuenta pendiente con los laureles, yo me atrevo a opinar que también debería haber sido premiada en su momento por su libro de relatos Jende Likidoa, 2021, una verdadera joya narrativa, tanto por lo original de su planteamiento con el mar, siquiera ya sólo ese olor a kresala (salitre) de fondo que distingue los pueblos costeros como escenarios aparte de cualquier otra realidad, como un personaje más de cada una de las narraciones, como porque significó la consagración definitiva de una voz única en la literatura vasca; nadie escribe en euskera como lo hace Nerea Arrien y además de lo que escribe, verso suelto donde los haya.

De modo que, cómo será de buena escritora —¿he metido ya lo “de raza”?—, que ahora va la lekeitiarra y nos obsequia en castellano con un ejercicio literario en toda regla. Algo así como refrendando que, por lo menos para ella, la lengua no deja de ser una herramienta que maneja a su gusto para lo que le venga en gana. Arrien quería escribir la historia de la difícil relación de una madre y su hija en castellano, cada una a un lado de los dos extremos en los que parece dividirse biológicamente la existencia femenina, la hija con su primera menstruación y la madre con un pie en la premenopausia, un antagonismo generacional donde el dolor es siempre una alegoría del paso de tiempo, eso si es que en realidad no hablamos del mismo personaje enfrentado a sí mismo en épocas diferentes, vamos como si la hija fuera poco más que la réplica del personaje maduro, como si en realidad no lo fueran los hijos por definición, y lo ha hecho demostrando que su estilo tan personal, tan lírico, libre e introspectivo, supera con creces cualquiera de esas barreras que algunos suelen pontificar que existen entre una lengua y otra, máxime si se trata de una lengua en apariencia tan distante del castellano como puede ser el euskera.

Cul de sac es una maravillosa exhibición de talento literario desde la primera a la última página, un verdadero y continuo tour de force de la autora para dejar la impronta de su talento literario, tan a rebosar de metáforas e imágenes dejan al lector siempre una sonrisa y puede que mucha envidia a cualquiera con pujos de escritor. Tal es así que cada uno de los capítulos breves en los que se divide el libro podrían leerse por separados como si fueran poemas en prosa. Y puede que ahí esté también otras de las claves de este libro; el goce literario y estético que la autora asegura al lector en cada uno de sus capítulos. Y no es para menos porque todo el libro rebosa de guiños humorísticos y referencias tanto a lo cotidiano como a la cultura popular de nuestros días, casi que hasta a Netflix y los protagonistas de Mad Men sin ir más lejos, verdadera mitología actualizada de los Ulises y las Penélopes de nuestra época. Todo esto como constancia de una escritura tan libre y desacomplejada, pero nunca desnortada y todavía menos obvia a tenor de lo que suele ser lo habitual en eso que algunos han dado en llamar literatura femenina cuando dicho género no existe del mismo que no existe su contrario, todo es Literatura y apuntar lo contrario un muy mucho de sectarismo interesado o por el estilo, a la que no queda otra que rendirse a poco que ames la extraordinaria capacidad la buena literatura para contar con tanta sutileza como desparpajo una historia en apariencia normal, cotidiana, en puridad mucho más que las incompatibilidades, cuando no la hostilidad pura y dura, entre una hija y su madre a partir de cierta edad en la que unas se creen más mayores de lo que son y otras se resisten a aceptar que no son tan jóvenes y desobligadas como las primeras.

Dicho lo cual, y tal como parece ser la norma en este tipo de reseñas, ahora tocaría buscar o ya sólo mencionar algún referente literario con el comparar este Cul-de-sac de Nerea Arrien, y, aunque estoy seguro de que cualquiera podría encontrar muchos más autores de fuste que yo con los que equiparar, o ya sólo relacionar, la prosa esencialmente lírica, desinhibida, deliciosas subjetividades a granel y sobre todo divertida de la lekeitiarra, voy a ser muy sincero y por eso confesaré que en cuanto empecé con el libro lo primero que me vino a la cabeza fue la prosa de uno de mis escritores de cabecera, Antonio Lobo Antunes. Pero no sólo porque se trata en mi opinión del máximo exponente de la prosa lírica, alegórica y por supuesto que desacomplejada, nadie como Lobo Antunes nos ha hablado de Portugal y los portugueses con un estilo tan único, inconfundible e inimitable, ni más ni menos que lo que ya es el de Nerea Arrien en cualquiera de los dos idiomas en los que se expresa, sino también cuando afirma cosas como: “Escribir es escuchar con más fuerza las voces que te hablan. Solamente tienes que traducirlas y organizarlas. La escritura, si la ves mejor, es un delirio organizado”.

© Txema Arinas – Todos los derechos reservados.  Oviedo, 01/04/25

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