Un universo entre Varsovia y Nueva York: la memoria fracturada en Un amigo de Kafka y otros relatos
Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura en 1978, es uno de los más reconocidos narradores del siglo XX y, sin duda, el más emblemático dentro de la literatura yidis. Un amigo de Kafka y otros relatos compendia veintiún cuentos que nos sumergen en un mundo en desaparición: la vida tradicional de las comunidades judías centroeuropeas enfrentadas a las fuerzas ineludibles del exilio, la asimilación cultural y la modernidad. Esta antología, editada originalmente en inglés y luego traducida al castellano, funciona como un tapiz que entreteje lo real y lo fantástico, lo íntimo y lo colectivo, lo religioso y lo secular, en una prosa tan sutil como penetrante.
Sinopsis de la obra
Un amigo de Kafka reúne veintiún relatos en torno al tema más característico de Singer: la vida tradicional de las comunidades judías de Centroeuropa en la primera mitad del siglo xx y su paulatina disgregación por obra del progreso y del cambio de las costumbres. El arte del escritor, Premio Nobel de Literatura en 1978, se mueve siempre de un modo muy sutil y matizado entre la ironía y la emoción, y consigue universalizar unos problemas que en principio pueden parecer exclusivamente judíos. Al igual que el propio autor, los inolvidables protagonistas de estas historias viven entre Varsovia y Nueva York, siendo estas ciudades personajes centrales de toda la obra.
«Hace cuarenta años elegí como inspirador a Knut Hamsun; si tuviese hoy que volver a empezar, tomaría como inspiración a Singer. Todo lo que hace es perfecto». Henry Miller.
Singer es un retratista consumado del alma humana. Sus personajes, lejos de ser estereotipos, son seres complejos, contradictorios, a menudo impulsados por pasiones irracionales o dilemas morales irresolubles. En «Un amigo de Kafka», el protagonista —Jacobo, también conocido como el Loco de los Cafés— encarna el drama de la incomprensión: un hombre que ha quedado fuera de su tiempo, habitado por una lucidez incómoda.
La prosa de Singer es deliberadamente sencilla, pero está cargada de una intensidad expresiva que la emparenta con la gran tradición oral. La voz narrativa, generalmente en primera persona, establece una cercanía inmediata con el lector, como si los relatos fueran confidencias susurradas en una cocina del viejo shtetl o en una cafetería del Lower East Side.
El autor combina un tono entre melancólico y humorístico, utilizando con destreza la ironía y el absurdo. El realismo de base no impide la irrupción de elementos sobrenaturales —demonios, dybbuks, apariciones— que nunca desentonan, pues obedecen a una lógica interna del universo narrativo judío. Esta convivencia entre lo cotidiano y lo fantástico remite a la tradición jasídica, pero también al Kafka más heterodoxo.
Singer escribió desde el exilio, pero su literatura nunca abandonó las raíces del yidis ni el humus cultural de la Europa oriental. Aunque se trasladó a Estados Unidos en 1935, su imaginario permaneció anclado en un mundo que la Shoá se encargaría de destruir definitivamente. Esa condición de testigo de un tiempo en ruinas otorga a sus relatos un aura elegíaca, pero no exenta de vigor narrativo.
En su obra resuenan ecos de Chéjov, de Dostoievski e incluso de Gógol, aunque su influencia más explícita —según sus propias palabras— fue Knut Hamsun. A su vez, el realismo espiritual de Singer lo aproxima a escritores españoles como Pío Baroja o, en el ámbito contemporáneo, al Stefan Zweig más sombrío. En cuanto a su lugar en la literatura judía, su obra dialoga con la de Bernard Malamud o Saul Bellow, pero desde una fidelidad mucho más radical a la tradición religiosa.
Un amigo de Kafka y otros relatos es una obra imprescindible tanto por su calidad literaria como por su valor testimonial. Singer logra algo excepcional: transformar lo particular —la vida judía en Europa oriental— en algo universal, profundamente humano. Su mirada es a la vez ética y estética; nunca complaciente, siempre compasiva.
El autor
Isaac Bashevis Singer nació en 1902 en Leoncin, Polonia, y emigró a Estados Unidos en 1935. Escribió en yidis, aunque buena parte de su obra fue traducida al inglés bajo su supervisión. Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1978. Entre sus libros más conocidos se encuentran La familia Moskat, El esclavo y Sombras sobre el Hudson. Su literatura está atravesada por la memoria de un mundo desaparecido y la paradoja de una identidad en constante negociación.
Redacción.