Cuando Roberto Carlos cantaba aquello de «yo quiero tener un millón de amigos», todavía no existían los grupos de Whatsapp y no atisbaba a ver la difícil gestión de una vida social de tal calibre.
La amistad requiere tiempo, esfuerzo por ambas partes y, por qué no decirlo, también algo de química, pero todos gozamos de ella a lo largo de la vida. Como decía Aristóteles: «Sin amigos nadie querría vivir, aunque tuviera todos los otros bienes».
Desde los filósofos griegos, la amistad ha sido objeto de atención de la literatura. Amistad: un ensayo compartido, escrito al alimón por el escritor Jacobo Bergareche y el neurocientífico Mariano Sigman, y coeditado junto a la editorial Debate, explora, desde la ciencia y la filosofía, la naturaleza de este vínculo.
¿Cómo se hace un amigo? ¿Por qué algunas personas nos caen bien al instante? ¿Puede una relación sobrevivir en la distancia? ¿Se aprende? ¿Es cultural? ¿Ha de ser recíproca? ¿Puede darse entre padres e hijos? ¿Cuándo y por qué se acaba? ¿Qué pasa cuando se mezcla con el deseo? Sigman y Bergareche, amigos desde hace años, se preguntan en este libro sobre estas grandes cuestiones.
Lo novedoso es su aproximación. Ambos autores plantean y reivindican un retorno al banquete platónico: una sobremesa, una copa de vino y una pregunta que dé aliento a la conversación y al pensamiento, pues es en el encuentro con el otro donde se alumbra el conocimiento. Para ello, Bergareche y Sigman convocaron a más de medio centenar de personas de todo tipo y condición con las que debatieron de forma íntima sobre qué significaba para cada una de ellas la amistad.
Entre todos ellos componen un fresco inmenso de aquello que llamamos «amistad», ese estar y «marchar juntos». Esperamos que os guste.
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