Este escultor murciano del siglo XVIII es considerado uno de los mayores exponentes del barroco español. Su obra, caracterizada por su realismo y delicadeza, revolucionó la imaginería religiosa de su época. Destacan sus famosas procesiones de Semana Santa, especialmente los pasos de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno en Murcia. Entre sus piezas más emblemáticas está el grupo escultórico de «La Última Cena», donde cada figura parece cobrar vida con expresiones llenas de humanidad. Su legado sigue siendo un referente del arte sacro, visitado por miles de personas cada año.
Redacción