En esta nueva entrega de Voces de Ayer, rescatamos la figura de una autora que, a pesar de la sencillez de sus versos, logró trascender el tiempo y convertirse en un faro de la poesía española del siglo XX: Gloria Fuertes. Con su voz única, tan cercana como contundente, Gloria nos recordó que la poesía no necesita de ropajes complejos para ser profunda; basta con la honestidad de un verso que nace del corazón y de la experiencia vivida.
Con su lenguaje directo y despojado de artificios, Gloria Fuertes nos enseñó a mirar la vida desde la ternura, la ironía y, sobre todo, desde la verdad. A menudo relegada al ámbito infantil, su poesía adulta guarda un caudal de sabiduría y dolor que todavía hoy resuena en aquellos que buscan, entre sus páginas, una manera de entender la soledad, el amor y la justicia social.
Nacida en el Madrid popular de Lavapiés, vivió y sintió las grietas de una sociedad dividida por la guerra y la posguerra, pero nunca dejó que el desencanto le arrebatara el impulso de escribir. La suya es una voz que, aunque apagada por el tiempo, sigue dialogando con nosotros, recordándonos que la poesía es también un acto de resistencia. En este número, queremos invitaros a redescubrir a una poeta que no teme llamar a las cosas por su nombre, que hace de la sencillez un arte y de la vida un poema. Una voz de ayer que, hoy más que nunca, nos hace falta escuchar.
BIOGRAFÍA REAL
- Biografía y contexto histórico
Gloria Fuertes nació en el barrio de Lavapiés, en Madrid, en una familia humilde. Su madre, costurera, y su padre, bedel, no disponían de grandes recursos, pero Gloria creció en un entorno donde las historias cotidianas y el habla popular influyeron profundamente en su sensibilidad poética. Empezó a escribir desde muy joven, y su amor por la poesía fue una constante a lo largo de su vida.
Vivió la Guerra Civil Española, un conflicto que marcaría no solo a su generación, sino también su obra. La guerra, la posguerra y el hambre hicieron que su poesía tuviera siempre un cariz social y una clara empatía hacia los más desfavorecidos. Su poesía era un refugio, un grito de denuncia y, al mismo tiempo, una manera de buscar consuelo en el lenguaje sencillo y directo.
Aunque es conocida sobre todo por su obra destinada a la infancia, Gloria Fuertes también desarrolló una poesía adulta de gran profundidad. Su figura alcanzó notoriedad en la década de 1970, especialmente por su participación en programas de televisión dirigidos a niños, lo que la convirtió en un rostro familiar y querido para varias generaciones de españoles.
- Obra poética y estilo
Gloria Fuertes es, ante todo, una poeta de la cotidianidad, de la sinceridad, de la ternura y del dolor. Su poesía adulta es cruda y directa, alejada de todo artificio, y aborda temas como la soledad, la injusticia, la muerte y el amor. La poeta nunca dejó de lado la frescura de su voz y un lenguaje accesible, lo que a menudo la situó fuera de las corrientes literarias predominantes de su época. Sin embargo, esta característica es la que ha permitido que su obra continúe resonando en el tiempo.
Entre sus obras más conocidas destacan Poeta de guardia (1968), Cómo atar los bigotes del tigre (1969) y Historia de Gloria (1983), que recorre toda su trayectoria vital y literaria. En el ámbito de la literatura infantil, destacan títulos como Cangura para todo (1972) y Don Pato y Don Pito (1961).
- Temática y recursos literarios
La poesía de Gloria Fuertes se caracteriza por un uso abundante del humor, la ironía y el juego de palabras. Esta combinación la convierte en una autora singular, capaz de transmitir mensajes profundos de forma sencilla. En su obra se encuentran con frecuencia reflexiones sobre la desigualdad social, la necesidad de amar y la urgencia de vivir cada instante.
Los niños y la infancia son temas recurrentes, no solo como destinatarios de su obra, sino también como un estado de pureza y de imaginación que ella defendía fervientemente. Su poesía infantil no infantiliza, sino que trata a los niños como lectores inteligentes capaces de comprender la vida con sus luces y sombras.
- Legado y reconocimiento
Gloria Fuertes fue una de las voces más personales y genuinas de la poesía española del siglo XX. Aunque a menudo fue relegada a un segundo plano por la crítica, con el tiempo se ha revalorizado su obra, especialmente en el ámbito de la poesía adulta. Su obra ha sido redescubierta por nuevas generaciones, que aprecian en ella la honestidad de su voz y la capacidad de conectar con lo esencial de la experiencia humana.
La Fundación Gloria Fuertes, creada tras su fallecimiento, trabaja por mantener vivo su legado, promoviendo la lectura de su obra y el conocimiento de su figura tanto dentro como fuera de España.
FICCIÓN
Entrevista ficticia con Gloria Fuertes
La entrevista tiene lugar en un rincón imaginado de Madrid, en un café de barrio. Fuertes, con su voz grave y su inconfundible cigarrillo en mano, responde con la misma franqueza con la que escribía.
Hojas Sueltas: Buenas tardes, Gloria. Es un placer imaginar esta conversación con usted. ¿Crees que la poesía sigue siendo un refugio para los que sufren?
Gloria Fuertes: En primer lugar preferiría que olvidaras el usted. ¡Claro que sí, hombre! La poesía es una especie de vendaje, una tirita para las heridas del alma. A mí me salvó de la tristeza muchas veces. La poesía es la manera de gritar sin asustar a nadie, de llorar sin mojar el papel. Y cuando las cosas van mal, no hay nada mejor que escribir lo que no te atreves a decir en voz alta.
Hojas Sueltas: ¿Crees que el mensaje de su obra tendría eco en nuestra sociedad actual?
Gloria Fuertes: Creo que sí, o al menos eso espero. Hoy el mundo va deprisa, y la gente necesita algo que les haga sentir y reflexionar, aunque sea por un momento. Mis versos son simples, pero tocan la vida de la gente, las cosas de cada día, y eso no caduca. Hablo de la injusticia, de la soledad, de lo que duele y lo que hace reír. Y mientras sigamos siendo humanos, seguiremos necesitando que alguien nos hable de esas cosas, ¿no?
Hojas Sueltas: Tu poesía es muy directa, sin rodeos, pero también llena de ternura. ¿Te has sentido incomprendida por eso?
Gloria Fuertes: Muchísimo. No era la poeta que esperaban. Ya sabes, algunos prefieren una poesía que parezca muy seria, que hable de cosas grandiosas, y yo siempre he escrito desde la calle, desde lo que me dolía y lo que me hacía reír. Pero no me arrepiento de nada. Me gusta que la gente me entienda, que un niño o una señora mayor lean mis poemas y los sientan suyos. Porque la poesía no tiene que ser complicada, tiene que ser honesta.
Hojas Sueltas: ¿Crees que el humor es una herramienta eficaz en la literatura, especialmente cuando trata temas serios o controvertidos?
Gloria Fuertes: ¡Por supuesto que sí! El humor es un arma poderosa, y a mí siempre me ha gustado usarlo. Cuando te ríes de algo, lo haces más pequeño, menos terrible. Es una forma de rebajar la tragedia y de hacer que la gente escuche lo que de otra manera no querría escuchar. El humor abre puertas, acerca a la gente, y hasta en la oscuridad puede encender una lucecita. Yo he hablado de la guerra, de la muerte, de la pobreza… y el humor me ha ayudado a que esas palabras no pesen tanto, que no asusten tanto.
Hojas Sueltas: En nuestros días, los escritores a menudo aspiran a ganar premios literarios que no solo reconocen su talento, sino que también les reportan considerables beneficios económicos. Si pudieras presentar alguna de tus obras a un importante certamen literario de hoy, ¿cuál elegirías y por qué?
Gloria Fuertes: ¡Uy, qué pregunta más difícil! No sé si a los jurados les gustaría mucho mi estilo, pero creo que elegiría Poeta de guardia. Es un libro que me define bien, que recoge mi manera de entender la poesía como una herramienta de servicio, una forma de estar siempre alerta, de escribir desde lo que veo y lo que siento. En un certamen literario, me gustaría que alguien descubriera que la poesía no tiene que ser rimbombante para ser profunda. Así que sí, Poeta de guardia sería mi apuesta. ¡Y si no me dan el premio, al menos habré dicho lo que quería decir!
Hojas Sueltas: Hablando de los niños, fuiste un rostro muy conocido por tu trabajo en programas infantiles. ¿Qué encontrabas en el mundo de los niños que no había en el de los adultos?
Gloria Fuertes: Los niños no tienen filtros, no tienen prejuicios. Son ellos mismos, y a veces, los adultos, nos olvidamos de cómo es eso. Me encantaba hablarles, escribir para ellos. Ellos entienden la vida con más verdad que nosotros. Y no es que escribiera cosas tontas para ellos, ¡ni mucho menos! Les hablaba de todo, con rima, con juegos, pero de cosas serias también, porque ellos sienten la vida con una intensidad que los mayores hemos perdido.
Hojas Sueltas: ¿Hay algún poema tuyo que sientas como el más cercano, el que mejor te representa?
Gloria Fuertes: Ay, me lo sigues poniendo difícil. Depende del día, pero si tengo que elegir, me quedo con Nota biográfica. En pocas líneas digo quién soy y de dónde vengo. A veces, lo sencillo es lo más complicado de escribir.
Hojas Sueltas: No deseamos inquietarte más con nuestras preguntas, pero antes de concluir, nos gustaría saber, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a los lectores de Hojas Sueltas? Además, ¿estarías dispuesta a responder a las preguntas que, inspirados por esta entrevista, pudieran formular nuestros lectores?
Gloria Fuertes: A los lectores de Hojas Sueltas les diría que lean poesía, pero sobre todo que la vivan. Que no la vean como algo lejano, sino como un refugio, un sitio donde encontrarse con uno mismo. Y claro que respondería a sus preguntas, aunque ahora soy un poco difícil de localizar (risas). Me gusta pensar que, si mis versos siguen vivos, también sigo yo de alguna manera, así que aquí estaré, en cada poema, esperando a que alguien quiera charlar conmigo a través de las palabras.
Desde Hojas Sueltas, queremos agradecer de corazón a Gloria Fuertes por haber compartido con nosotros, una vez más, su voz y su esencia. Aunque esta conversación ha sido imaginada, nos ha permitido sentir de nuevo su risa franca, su compromiso con la verdad y su inconfundible manera de mirar el mundo.
Gracias, Gloria, por recordarnos que la poesía puede ser sencilla y a la vez infinita, que en el juego de las palabras caben la risa y el llanto, y que incluso en los momentos más oscuros, un verso puede encender una pequeña luz.
Tus palabras seguirán resonando en cada página de este rincón cultural, inspirando a todos aquellos que se acerquen a tus versos buscando un refugio, un consuelo o una carcajada. Porque en esta conversación que nos ha unido, hemos sentido que, como tú decías, “escribiendo se entiende la gente”.
Equipo de Redacción