CAFÉ CORTADO PARA TARDE DE NOVELA GRÁFICA Y UNAMUNO
Comienza la tarde con el club de lectura. «Café cortado» de José Francisco Alonso. La gastronomía tiene un peso importante en su obra. Como buen vasco reconoce que prácticamente toda nuestra vida gira en torno a la comida. La filosofía por un lado y la gastronomía por otro hacen una mezcla perfecta en la pluma de Alonso.
«Las mejores ideas se me han ocurrido en el proceso de amasado»
Un pene aparece cercenado en un apartamento de Bilbao. La jueza Anne Campuzano inicia la investigación contando con el profesor Loizaga, su amigo del alma que se hace pasar por su pareja. El club de lectura, casi todo mujeres, disfrutaron preguntando y charlando con el autor. El encuentro estuvo dirigido por Almuneda, Técnico de la Biblioteca del Luzzy. Las asistentes preguntaron por el tema de la madre que aparece en la obra y desearían que saliera más. Alguna asistente le preguntó para cuando un recetario a lo que el autor contestó que no le da la vida para tanto. Ahora mismo está sumergido en la próxima novela y debe cumplir con plazos editoriales. La cercanía y simpatía de José Francisco hizo del encuentro algo intenso. Nos faltó la mesa camilla, ya teníamos el Café cortado y fuera se había hecho otoño de repente. La lluvia y el viento golpeaban los cristales. Se quedó una tarde estupenda.
Después del café nos fuimos a que se nos cortara el cuerpo un poco con el siguiente cortometraje finalista: «Cuentas divinas»
MESA REDONDA: NOVELA GRÁFICA NEGRA
«YO, ASESINO» Y «DESTROZADOS»
La novela gráfica negra ha sido otra de las novedades de este año en Cartagena Negra. A pesar de ser novela más para adultos, entre el público había padres con sus hijos. Sé que puede parecer un poco locura pero los niños de hoy ya no tienen la mentalidad que teníamos nosotros a su edad. Lo digo por propia experiencia de madre. Mi hijo quiere ser dibujante de cómic, ya tasa sus obras en miles de euros…
Cristóbal Terrer nos presentó a los dibujantes y escritores: Isabel Ferrando y Jorge Castro, autores de «Destrozados». Me hizo gracia las diferencias de opiniones entre ellos. Esa es la magia de la literatura. Ella le mandaba la historia por un lado y por otro los diálogos y Jorge, después de leer varias veces el material, lo apartaba y comenzaba a dibujar a lo loco, lo que le venía a la mente. Después mandaba todo su trabajo a Isabel y ésta, sobre el trabajo de Jorge reconstruía la historia. Me parece fascinante este tipo de trabajo artísitico intelectual. El caso sobre el que trata «Destrozados» es un caso real. De hecho Isabel reconoció que durante muchos años ha sido periodista de sucesos y que aquello no le gustaba demasiado. Nunca entendió el morbo que despertaba que un vecino cualquiera cometiera un asesinato. La típica frase: «Siempre saludaba» o «Era una persona educada».
En el otro bando, Antonio Altarriba y Keko con «Yo, asesino». El veterano Altarriba es un libro de sabiduría. Junto a Keko han formado el tándem perfecto para traer a la mirada de los lectores un tipo de novela negra vista de otra forma. Keko admitía que las nuevas tecnologías han ayudado a ello, ya que las editoriales cada vez exigen más páginas y que aquellas horas de trabajo donde te equivocabas en una viñeta y tenías que repetirla entera, incluso recortarla para insertar o pegar la nueva, ya quedó atrás. Ahora con los programas para dibujo y otras muchas más cosas se agiliza el trabajo del dibujante. Algo que admiro, yo soy de las que hace una figura humana con cuatro palos y un círculo como cabeza, el resto son garabatos, rayas, y ojos por todo el folio. ¿Saben una cosa? Se vendieron todos los ejemplares de novela gráfica negra del stand. Ya saben, si no han experimentado este género igual deberían pensar en hacerlo.
UNAMUNO VUELVE A MI VIDA
Cartagena Negra tiene muchas cosas buenas. Entre ellas conocer a nuevos autores que no sabía de su existencia, rompiendo así mi ignorancia. Supongo que a ustedes les pasaría igual. No creo que nadie conozca a todos los autores, eso es imposible. Soy una descubridora de nuevas plumas y letras, de las que viajan y en cuanto veo a alguien con un libro en la mano, allí estoy intentando quedarme con el título, portada y autor para luego hacerme con esa obra. Aquí no hace falta tanta tarea, solo hay que sentarse y disfrutar, los irresponsables de Cartagena Negra se encargan de curar nuestra ignorancia.
Mi sorpresa mayor ha sido en el ecuador de estas jornadas. En la vida nos pasan cosas, conocemos gente, aprendemos… a veces algún impertinente nos pregunta que para qué sirve esto o aquello, que jamás usaremos nuestros conocimientos. Hace ya unos cuantos años, en mis múltiples facetas en el mundo literario, uno de los trabajos que me encargaron fue la transcripción de correspondencia de Unamuno. Aquel trabajo me llenó de satisfacción, me quitó el sueño e hizo que me enamorara de ese personaje. Mirar en su vida privada me fascinó. Pasaron los años y un día me topé en un canal de televisión privado con una película sobre él. Lloré. Don Miguel de Unamuno era generoso, luchador, justiciero, una persona insobornable con grandes valores. Y podría seguir y seguir hablando sobre él, al que conocí a través de sus cartas y de todas aquellas que recibía: petición de ayuda para que un hijo estudiara Derecho, un preso le hacía saber las condiciones infrahumanas en las que se encontraban en una cárcel de Barcelona, un escritor novel insistía una y otra vez en pedirle que le hiciera el prólogo de su obra, muchas mujeres le escribían. Apasionante. Y es en Cartagena Negra donde tengo que volver a encontrarme con Don Miguel. El cierre de la jornada se daba de la mano de Luis García Jambrina con su obra «El primer caso de Unamuno». Donde lo pone a investigar un asesinato. Hubiera sido algo muy típico de él. Jambrina nos contó que uno de su primeros trabajos fue en el Museo de Unamuno. Allí pasó seis meses catalogando notas, cartas y documentos de este gentil personaje. Además de su curiosidad por otras autoridades como Fernando de Rojas o Miguel Espinosa, entre otros, es un escritor y estudioso intelectual. Fue un placer escuchar a una persona tan profunda que parece haber venido de otro siglo. Estoy convencida que en otra vida departió con Unamuno. Ya nos ha dejado el aviso de que esta obra es el principio de una serie de casos que transcurriran a uno por década. Por tanto, vayan adquiriendo la novela y preparen la mente para la siguiente.
Raúl Gómez fue el encargado de presentarnos a Luis García Jambrina. Raúl reconoció no ser lector de novela negra y que ya ha se ha contagiado de esta enfermedad que nos ha tocado a tantos. Una vez que te pica el bicho estás perdido.
TEXTO E IMÁGENES © Kika Sureda. Lesa Literatura