El desencanto del espejo retrovisor: Cuando nos revelan la magia

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Recuerdo aquellos tiempos en que la televisión era una ventana mágica a mundos desconocidos, repletos de héroes y villanos, de historias que nos hacían soñar y de personajes que parecían más grandes que la vida misma. Era una época en la que los trucos de cine se mantenían en secreto, y los artistas, deportistas y presentadores vivían en un aura de misterio que alimentaba nuestras fantasías. Hoy, sin embargo, parece que nos hemos obsesionado con revelar los secretos detrás de esa magia, destruyendo, sin querer, los recuerdos que alguna vez nos hicieron vibrar.

Es como si, de repente, nos hubieran invitado a dar un paseo por el detrás de cámaras, y en lugar de quedar deslumbrados por la maquinaria del cine, solo viéramos cables, pantallas verdes y efectos especiales a medio hacer. No es solo que nos muestren “cómo se hace” una película, es que nos muestran a los actores antes de maquillarse, a los directores antes de ensayar, y de alguna manera, nos arrancan esa ilusión que tanto nos había costado construir.

Pero más allá del cine, también están esas constantes comparaciones de “antes y después” de nuestros ídolos. Fotografías del pasado, arrugadas y amarillentas, colocadas al lado de imágenes actuales que nos muestran la implacable huella del tiempo. Artistas que en nuestra mente permanecen jóvenes y vibrantes, son ahora expuestos con el mismo rigor que un documental de National Geographic sobre el envejecimiento de las especies. Nos dicen que el tiempo ha pasado, que lo que antes era una gloria ahora no es más que un reflejo desvaído.

Es el equivalente a asistir a un espectáculo de magia solo para que, al final, te muestren con frialdad cómo se hacen los trucos. Desaparece el asombro, se rompe el hechizo, y lo que queda es solo una realidad desnuda que, en vez de acercarnos a esos momentos de gloria, los destruye de forma irreparable. Lo que antes era un recuerdo cálido de juventud y maravilla, se convierte en una decepción, como si todo lo que admirábamos hubiera sido una mentira.

Entiendo, claro, que los tiempos han cambiado, que la transparencia y la verdad son valores importantes, pero me pregunto: ¿realmente necesitamos saberlo todo? ¿No es acaso parte de la magia la posibilidad de mantener la ilusión, de creer, aunque sea por un momento, que esas imágenes de nuestra juventud permanecen intactas? ¿Por qué necesitamos ver a nuestros héroes desmoronarse, cuando podrían seguir existiendo en ese rincón de nuestra memoria donde nunca envejecen, donde siempre son tan maravillosos como los recordamos?

A veces, al ver esos programas que nos muestran los entresijos del cine o al leer esas noticias que comparan el antes y el después de nuestros ídolos, siento que se nos está privando de algo valioso: la capacidad de soñar y recordar sin que nos lo destruyan. No se trata de negar la realidad, sino de preservar esos pequeños oasis de fantasía y nostalgia que nos ayudaban a creer en lo extraordinario.

Quizá es hora de mirar hacia otro lado, de no caer en la trampa de la curiosidad morbosa que nos vende la “verdad” detrás de la magia. Porque, al final del día, necesitamos esos momentos de asombro, necesitamos a esos héroes, deportistas y artistas tal como los recordamos, porque son una parte fundamental de quienes fuimos y de quienes somos. La verdadera magia no está en cómo se hace el truco, sino en lo que nos hace sentir. Y eso, espero, nunca lo puedan revelar.

© Anxo do Rego. Todos los derechos reservados.

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Narrador. Fundador, Director y Editor de la extinta editorial PG Ediciones. Actualmente Asesor y colaborador en Editorial Skytale y Aldo Ediciones, del Grupo Editorial Regina Exlibris. Director y Redactor del diario cultural Hojas Sueltas. Fundador de una de las primeras revistas digitales de novela negra «Solo Novela Negra» en la actualidad incorporada a la sección LEYENDO en el diario cultural HOJAS SUELTAS que dirige. Partícipa en numerosas instituciones culturales. Su narrativa se sustenta principalmente en la novela policíaca con dieciseis títulos del comisario del CNP, Roberto H.C. como protagonistal. Mantiene su creatividad literaria con relatos, artículos y reseñas en algunas revistas digitales culturales. Redactor del diario cultural Hojas Sueltas.

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