Conectar con Alexis Ravelo era muy fácil, emitía una vibración de alta frecuencia, de felicidad, positivismo y buen rollo que te resultaba imposible huir de esa señal satélite, te atrapaba inmediatamente. Su amigabilidad y simpatía te hacían suyo en un abrir y cerrar de ojos, en un pestañeo. Hablar con él de literatura era una gozada; Cernuda, Camus, Malraux, Montalbán, Pavese, Sontag, Foucault, Galdós… te quedabas con ganas de más. Su novela era una denuncia a las situaciones indignas de la sociedad civilizada. Los personajes creados por una mente leída, inquieta y tenaz hacen digresiones sin por ello romper con el hilo argumental de la historia. Eran profundos, como él. Personajes que tal vez hablaban lo que el autor pensaba, imágenes de una realidad que no le gustaba.
Seguro y firme nos obligaba a meditar sobre las injusticias sociales. En el año 2000 publicó un libro de cuentos, gustó, pero no se quedó conforme con el resultado y siguió trabajando dejándonos un gran legado. En 2014, después de recibir el premio Hammett por la novela La estrategia del pequinés (Ed. Alrevés) recordaba con cariño a Josep Forment, fallecido poco antes con tal solo 51 años: «Estas cosas no salen solas, los autores somos responsables de los libros pero no somos los únicos responsables. Y en este caso, fue muy importante que la Editorial Alrevés, una editorial de Barcelona, apostara por un tío que se llama Alexis Ravelo, que vive en el culo del mundo, frente a Senegal y a quién no conocía nadie en la península y ha sido una apuesta muy fuerte. Y aparte de hacer esa apuesta muy fuerte Gregori Dolz y Josep Forment fueron de los que echaron un vistazo a la obra. Forment me dio mucha caña, me ayudó a que el libro mejorara. Los editores son los que hacen que los borradores, los manuscritos se conviertan en libros de verdad. Y en ese sentido no puedo dejar de acordarme de Josep Forment que nos acaba de dejar, además lo suyo me parece una absoluta desgracia, ha sido así, de repente, cuando tenía muchos proyectos. Me había hablado el año pasado de un libro de ensayo que estaba escribiendo y estábamos todos detrás de él «escribe, escribe», no puedo dejar de acordarme de él…».
Así era Alexis de buena gente y humilde. Tu querido Malraux decía que «En un universo bastante absurdo, hay algo que no lo es: lo que podemos hacer por los demás». Has hecho mucho. Ahora todos te lloramos, tu familia, amigos, lectores, tu querida tierra, Las Palmas de Gran Canaria, de la que dijiste que preferías no progresar antes que abandonar. Queda un hueco que nadie podrá ocupar en el Vegueta o la cafetería del Campus del Obelisco. Saluda a Monterroso y a Onetti de mi parte. Ahora disfrutarás de charlar y reír con todos aquellos que se marcharon antes que tú, algunos hace poco, otros hace ya mucho. Mientras, aquí, nos conformaremos manteniendo vivo tu espíritu a través de toda la obra que nos has dejado. Gracias y hasta siempre querido Alexis Ravelo.
© Kika Sureda (Lesa Literatura). Enero 2023 Todos los derechos reservados.