Tanto los mensajes institucionales como el runrún van en la misma línea: “Quédate en casa con los tuyos”. Las familias nucleares se han agrupado para vivir juntas el confinamiento y proteger así a las más vulnerables del maldito coronavirus. Durante los primeros días de la cuarentena se sucedían los comentarios sobre el posible baby boom que viviríamos nueve meses después de la pandemia, pero, con el paso del tiempo, las preocupaciones eran otras: ¿Cómo superar las crisis de pareja durante el confinamiento? ¿Cómo encontrar espacios propios mientras sobrevives a la familia? Veremos qué pasa con el baby boom y veremos qué pasa con los divorcios, pero, en cualquier caso, el modelo de familia tradicional ha tomado un protagonismo indiscutible en la crisis contra la Covid-19.
La familia y el hogar nos salvarán del contagio. Qué suerte tienen algunas. Las imágenes de familias heterosexuales con sus criaturas en los balcones y parejitas dándose la mano con guantes han copado telediarios, pero ¿qué pasa con las personas que se relacionan emocional y sexualmente de otra manera? ¿Cómo están viviendo el confinamiento personas que viven relaciones poliamorosas? ¿Y las amantes de toda la vida? ¿Cómo es ser la otra cuando la oficial está todo el día con tu compañero?
Gestionar las historias que se enfrentan a gran estigma social siempre es complicado. Lo evidencia que, prácticamente todas las personas que se han ofrecido a contar su historia para este reportaje me han pedido que utilice nombres ficticios para preservar su anonimato.
Teresa tiene una relación con Marta y Marta tiene una relación con Sonia. Todas conocen de la existencia de todas. La gestión de las emociones siempre es complicada, pero la apuesta es evidente: hay otras formas de amar. Marta y Teresa tenían planeado para pasar un fin de semana en Madrid, pero el Gobierno decretó el estado de alarma y Marta, en el último momento, decidió no usar el billete de avión que tenía comprado. Teresa se quedó un poco descompuesta y sin novia en Madrid. La situación sociosanitaria cada vez parecía más complicada: “La cuarentena ha aportado mucha más incertidumbre a las relaciones no convencionales. Supongo que esto le ha pasado a todo el mundo de alguna manera, pero en relaciones que no son monógamas, que se dan en contextos más difíciles, genera bastante tensión porque crece la necesidad de gestionar las emociones de todas las partes”, asegura Teresa. Su novia está pasando la cuarentena con su otra compañera y eso dificulta la relación entre ambas porque una “relación ha determinado, de alguna manera, la otra y, además, te tienes que cuidar, tienes que cuidar de todos los vínculos y cuidarte a ti misma. Es difícil cuidar las necesidades de dos personas que pueden estar enfrentadas”. En su caso, se han planteado decenas de posibilidades para encontrarse, pero no han logrado llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes…SEGUIR LEYENDO
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