El suspense es una de las herramientas narrativas más poderosas y universales en la literatura. Todos sabemos reconocer una buena historia de suspense: es aquella que sabe mantenernos en vilo, que nos empuja a seguir pasando páginas hasta averiguar si finalmente sucede eso tan terrible que parece estar a punto de ocurrir, y si el protagonista logrará salir con vida. El suspense (y por extensión, el terror) no es tanto un género como una emoción, ya que no se define por sus argumentos, que pueden ir desde el asesino enloquecido hasta el drama familiar, pasando por el suceso fantástico o sobrenatural, sino por la manera de contarlos; es más un cómo, que un qué.
En el ámbito de la narrativa, el suspense se erige como una técnica que va más allá de los confines del género, impregnando historias de diversa índole para mantener al lector atrapado en una red de incertidumbre y tensión. Esta habilidad para crear un ambiente cargado de anticipación y peligro latente es lo que diferencia a los grandes narradores de los meramente buenos. La capacidad de manejar el suspense de manera efectiva puede convertir una trama sencilla en una experiencia inolvidable.
Si el tema de fondo del terror es siempre lo inevitable (el sufrimiento, la muerte, la pérdida), podríamos decir que su forma o técnica narrativa natural es el suspense, que se basa en transmitir al lector una sensación de inminencia a través de una atmósfera adecuada, una sugerente disposición de los indicios y un dominio del tiempo narrativo para postergar al máximo la resolución de la amenaza. La creación de suspense requiere de una comprensión profunda de los mecanismos psicológicos que mantienen al lector enganchado, así como de una destreza técnica que permita dosificar la información y manejar los tiempos narrativos con maestría.
En este artículo, exploraremos las claves para desarrollar una narrativa de suspense efectiva, desglosando sus elementos fundamentales y proporcionando ejemplos concretos de autores españoles que han destacado en este arte. Revisaremos la teoría del suspense desde el punto de vista de maestros y pondremos en práctica los mecanismos del género a partir de ejemplos de autores contemporáneos.
El objetivo será conocer un poco mejor los fundamentos del género y mejorar vuestras herramientas —afilar vuestros cuchillos, podríamos decir— para la creación de tensión, atmósfera y suspense narrativo, de modo que podáis aplicarlas en adelante al desarrollo de vuestras propias historias, independientemente del género al que pertenezcan, así como para aprender a reconocer los clichés y los recursos tópicos que a veces utilizamos sin darnos cuenta.
Exploraremos conceptos la sublimidad del momento crucial y la construcción de situaciones límite. También abordaremos la gramática del suspense: cómo mantener la tensión en cada capítulo, cada párrafo, cada frase, y cómo manejar la crisis, la incertidumbre y el vértigo en la narrativa. Comentaremos la importancia del estilo y la temperatura en el suspense y cómo el tiempo de incertidumbre afecta al lector.
A través de esta exploración, pretendemos no solo proporcionar una guía práctica para la creación de suspense, sino también ofrecer una reflexión profunda sobre por qué estas técnicas funcionan y cómo pueden ser adaptadas a diferentes contextos narrativos. Los ejemplos de autores españoles servirán para ilustrar cómo estas técnicas han sido implementadas con éxito en nuestra literatura, ofreciendo modelos a seguir y fuentes de inspiración para todos aquellos que deseen adentrarse en el apasionante mundo del suspense narrativo.
Veamos algunos ejemplos
Elementos clave del suspense
Atmósfera Adecuada: La atmósfera es fundamental en una historia de suspense. Debe ser opresiva, misteriosa y crear una sensación de inminencia. Los escenarios deben ser detallados de manera que transmitan inseguridad y temor.
- Ejemplo: En la obra «La sombra del viento» de Carlos Ruiz Zafón, la atmósfera del Cementerio de los Libros Olvidados y las calles de una Barcelona posguerra envuelven al lector en un ambiente de misterio y oscuridad. Cada rincón de la ciudad parece esconder secretos y peligros, creando una sensación constante de inquietud.
- Ejemplo: «El príncipe de la niebla» de Carlos Ruiz Zafón también es un excelente ejemplo de cómo la atmósfera puede contribuir al suspense. La vieja casa junto al mar y los extraños acontecimientos que suceden a su alrededor generan un ambiente cargado de tensión y misterio.
- Ejemplo: En «El alquimista impaciente» de Lorenzo Silva, la atmósfera de la investigación policial en un entorno rural y cerrado contribuye a crear una sensación de claustrofobia y peligro inminente, aumentando la tensión narrativa.
- Ejemplo: En «Rebecca» de Daphne du Maurier, la atmósfera de la mansión Manderley y los recuerdos del pasado envuelven al lector en una sensación de misterio y opresión. La presencia fantasmagórica de Rebecca en cada rincón de la casa contribuye a mantener la tensión constante.
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Ejemplo: «Misery» de Stephen King presenta una atmósfera claustrofóbica y aterradora dentro de la casa aislada de Annie Wilkes, donde el protagonista está prisionero. La opresiva sensación de aislamiento y peligro inminente mantiene al lector en vilo.
- Ejemplo: En «El silencio de los corderos» de Thomas Harris, la atmósfera de las escenas en la prisión con Hannibal Lecter y las investigaciones de Clarice Starling contribuyen a crear un ambiente de tensión y peligro constante.
Disposición de los indicios: Los indicios deben ser colocados estratégicamente a lo largo de la narración para mantener al lector en vilo. Estos indicios pueden ser pistas, presagios o pequeñas revelaciones que aumentan la tensión.
- Ejemplo : En «Los renglones torcidos de Dios» de Torcuato Luca de Tena, los indicios sobre la verdadera identidad y motivaciones de la protagonista se van revelando poco a poco, manteniendo la intriga sobre su cordura y sus intenciones. Las pistas dispersas en los testimonios y comportamientos de los personajes secundarios añaden capas de misterio.
- Ejemplo : «El guardián invisible» de Dolores Redondo utiliza la disposición de indicios para mantener al lector en suspense. Las pistas sobre el asesino se introducen gradualmente, creando una sensación de inminente revelación que mantiene al lector atento.
- Ejemplo : En «La trilogía del Baztán» también de Dolores Redondo, cada libro presenta indicios que se acumulan a lo largo de la serie, creando una red de pistas que se entrelazan y mantienen la tensión hasta el final.
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Ejemplo : En «El nombre de la rosa» de Umberto Eco, los indicios y pistas se introducen de manera gradual mientras el protagonista investiga los asesinatos en la abadía, manteniendo el suspense y la intriga.
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Ejemplo : «Gone Girl» de Gillian Flynn utiliza la disposición de indicios a través de diarios y recuerdos (flashbacks – anglicismo) para crear una narrativa llena de giros y revelaciones inesperadas, manteniendo al lector constantemente intrigado.
- Ejemplo : En «The Girl with the Dragon Tattoo» de Stieg Larsson, las pistas sobre la desaparición de Harriet Vanger se desvelan poco a poco, manteniendo la tensión y el suspense a lo largo de la investigación.
Dominio del tiempo narrativo: El manejo del tiempo es crucial para mantener el suspense. La narración debe postergar la resolución de la amenaza, aumentando gradualmente la tensión.
- Ejemplo : En «La piel fría» de Albert Sánchez Piñol, la narración se desarrolla en un tiempo casi detenido, donde cada día en la isla desierta y cada encuentro con los seres extraños incrementa la sensación de peligro y claustrofobia. La sensación de que el tiempo se alarga y los días se hacen interminables contribuye a la tensión.
- Ejemplo : «La verdad sobre el caso Savolta» de Eduardo Mendoza maneja el tiempo narrativo con maestría, saltando entre diferentes momentos temporales y perspectivas para mantener al lector en un estado constante de alerta e incertidumbre.
- Ejemplo : En «El asesino de la regañá» de Julio Muñoz Gijón, el manejo del tiempo narrativo, intercalando capítulos del pasado y el presente, permite mantener la tensión mientras el lector trata de unir las piezas del rompecabezas.
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Ejemplo : En «El resplandor» de Stephen King, el tiempo narrativo se alarga mientras la locura de Jack Torrance se intensifica, y los días en el hotel Overlook se vuelven cada vez más terroríficos, creando una escalada de suspense.
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Ejemplo : «The Turn of the Screw» de Henry James maneja el tiempo narrativo de manera que cada aparición fantasmal y cada revelación sobre los niños aumenta la tensión y el misterio de la historia.
- Ejemplo : En «Big Little Lies» de Liane Moriarty, el tiempo narrativo alterna entre el presente y los eventos pasados, desvelando lentamente los secretos y las tensiones entre los personajes hasta culminar en un clímax de suspense.
Desarrollo de personajes: Los personajes en una narrativa de suspense deben ser complejos y tener secretos. El lector debe preocuparse por ellos y sentir empatía, lo que aumenta la tensión cuando están en peligro.
- Ejemplo : En «El secreto de la modelo extraviada» de Eduardo Mendoza, el detective protagonista es un personaje lleno de matices, cuya personalidad excéntrica y métodos poco ortodoxos añaden capas de suspense a la trama. Su complejidad y sus secretos personales mantienen al lector interesado y preocupado por su destino.
- Ejemplo : «Los pacientes del doctor García» de Almudena Grandes presenta personajes complejos y multifacéticos, cuyas vidas están llenas de secretos y peligros, creando un entramado de suspense que se despliega a lo largo de la novela.
- Ejemplo : En «El hombre de la máscara de espejos» de Vicente Garrido y Nieves Abarca, los personajes principales, tanto el detective como el asesino, están desarrollados de manera que sus complejidades y secretos personales incrementan la tensión y el interés del lector.
- Ejemplo : En «The Girl on the Train» de Paula Hawkins, los personajes principales son profundamente complejos y llenos de secretos, lo que mantiene al lector en un constante estado de incertidumbre y suspense.
- Ejemplo : «Sharp Objects» de Gillian Flynn presenta personajes con traumas y secretos oscuros que se revelan gradualmente, aumentando la tensión y el suspense a lo largo de la novela.
- Ejemplo : En «The Silent Patient» de Alex Michaelides, el desarrollo del personaje de Alicia Berenson, que guarda un misterioso silencio tras el asesinato de su marido, y del psicoterapeuta que intenta descubrir la verdad, crea una narrativa llena de suspense y giros inesperados.
Uso del punto de vista: El punto de vista puede controlar lo que el lector sabe y no sabe, creando así una fuente constante de suspense. La narración en primera persona o el narrador omnisciente limitado son herramientas efectivas.
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Ejemplo : «El silencio de la ciudad blanca» de Eva García Sáenz de Urturi utiliza un narrador omnisciente limitado para ofrecer al lector solo una parte de la información, manteniendo así el suspense hasta el final.
- Ejemplo : En «Reina Roja» de Juan Gómez-Jurado, el uso del punto de vista múltiple permite explorar diferentes ángulos de la historia, ofreciendo al lector fragmentos de información que se combinan para mantener el suspense.
- Ejemplo : En «La verdad sobre el caso Harry Quebert» de Joël Dicker, el uso del punto de vista en primera persona del protagonista que investiga el caso mantiene al lector en constante incertidumbre sobre la verdad detrás del misterio.
- Ejemplo : En «The Catcher in the Rye» de J.D. Salinger, aunque no es una novela de suspense per se, el uso del punto de vista en primera persona de Holden Caulfield mantiene al lector intrigado por su estado mental y las razones detrás de sus acciones.
- Ejemplo : «Before I Go to Sleep» de S.J. Watson utiliza el punto de vista en primera persona de una mujer con amnesia, creando un constante estado de suspense mientras intenta descubrir la verdad sobre su vida.
- Ejemplo : En «The Shining» de Stephen King, el uso del punto de vista de múltiples personajes, incluido el de Danny Torrance con su habilidad sobrenatural, crea una narrativa rica en suspense y tensión.
La próxima semana seguiremos con el apartado: Técnicas narrativas específicas
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