La obra póstuma de Juan Carlos Aragón se publicará en otoño.

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Cádiz y los aficionados al Carnaval recuerdan este 17 de mayo a Juan Carlos Aragón, el genio de La Laguna que se hizo eterno gracias a su inmensa obra carnavalesca y literaria. Justo el día en el que se cumplen cinco años de su adiós, su legión de seguidores ha podido conocer que en apenas unos meses podrán disfrutar de una última muestra de su afilada pluma gracias a la publicación, el próximo otoño, de su obra póstuma El Carnaval sin mí.

Juan Carlos Aragón escribió este ensayo, que completa la trilogía iniciada en 2009 con El Carnaval sin apellidos y continuada en 2012 con El Carnaval sin nombre, a pocos días de su fallecimiento. Es, por tanto, una obra “casi testamentaria, de cierre de etapa vital”, según Arcángel Bedmar, habitual corrector de sus trabajos literarios y encargado de que este último trabajo vea la luz, editado por ediciones KNIK.

El Carnaval sin mí completa la prolífica producción literaria del creador gaditano, autor también de los poemarios La risa que me escondes (2010) y Los últimos versos del Capitán Veneno (2015) y la novela El pasodoble interminable (2017). Bedmar ha anunciado la próxima publicación de El Carnaval sin mí en la web elcarnavalsinmi.com, con un texto que recuerda que “en vida Juan Carlos Aragón entregó su alma entera al Carnaval de Cádiz, al de las coplas y también al de la literatura. Ningún autor carnavalesco puede presumir de una producción bibliográfica tan inmensa: dos poemarios, una novela y tres ensayos”.

Bedmar incide en que “quien haya tenido la suerte de leer sus obras habrá observado que su calidad como escritor es extraordinaria. Poseía una capacidad mágica para ello, ya que su inteligencia funcionaba a una velocidad arrolladora, mucho más que la del teclado de cualquier ordenador. Tenía además el don de plasmar cualquier idea con ingenio y brillantez”.

“El ensayo es un género muy difícil, con el que pocos escritores se atreven. Sin embargo, Juan Carlos Aragón, debido a su capacidad analítica, crítica y dialéctica, se movía en él como pez en el agua, lo que nos ha permitido disfrutar en estos tres volúmenes del mejor estudio ensayístico del Carnaval gaditano que se ha escrito nunca”, reivindica el historiador cordobés.

Arcángel Bedmar explica que “El Carnaval sin mí se nos presenta como una obra casi testamentaria, de cierre de etapa vital. Y no sólo porque culmina una trilogía, sino también porque Juan Carlos redactó el tercio final del libro pensando en que podría ser lo último que hiciera en Carnaval —y no se equivocó—. Quizás por este motivo en sus hojas se desatan magistralmente su pluma hábil y su espíritu crítico, pues llevan su sello inconfundible”.

“Cualquiera que lea este ensayo ignorando el nombre del autor, pero conociendo con anterioridad su obra y sus recursos literarios, sabrá que lo ha redactado él. Juan Carlos usaba un estilo muy original y definido, incisivo e inteligente, utilizaba algunos términos o conceptos parecidos en sus libros, conjugaba con soltura el lenguaje popular y el culto, sabía encontrar matices variados al vocabulario y manejaba la lírica, la ironía y el doble sentido con una capacidad asombrosa, propia de un gran autor y escritor”, señala.

Según describe Bedmar en su publicación en esta web, “en El Carnaval sin mí se realiza una crítica del Carnaval gaditano poniendo los puntos sobre las íes y dejando pocos títeres con cabeza. En un tono escéptico y con frecuencia pesimista, pero siempre vital y reflexivo, Juan Carlos aborda el Concurso, el jurado, la dejadez municipal, los medios de comunicación, las redes sociales, el Carnaval de la calle, la mediocridad de los repertorios, el papel de los autores y de los grupos, la actitud del público dividido entre la chusma selecta (ilustrada) y la chusma profunda (iletrada), el chovinismo gaditano, las vanidades, el Museo del Carnaval y un largo etcétera de temáticas”.

Finalmente, el historiador y habitual colaborador del autor gaditano asegura que “a pesar de que Juan Carlos escribió este libro hace más de un lustro, su mensaje está vigente como el primer día, ya que su pluma se muestra imperecedera y su pensamiento también. De hecho, para los que defienden que las letras de Juan Carlos son inmortales, en El Carnaval sin mí encontrarán muchos motivos, dulces y amargos, para darse cuenta de que están en lo cierto. Al leer sus páginas, verán que Juan Carlos aparece tan vivo como siempre entre sus palabras divinas y humanas”.

Cinco años después de su adiós, como sólo saben hacer los genios, Juan Carlos Aragón sigue dando sorpresas a los admiradores de su inmensa obra.

© Redacción

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