Por D. Egia
Vogel y Noble investigaron el origen del patriarcado y estudiaron la religiosidad patriarcal creando la baraja Motherpeace ya en el 95. El año pasado una universidad de Reino Unido anunciaba un grado en magia y ciencias ocultas.
Las artes adivinatorias han formado parte de todas las sociedades. La peculiaridad del tarot es que no viene del mundo clásico, sino del Medievo. Puede definirse como un vocabulario visual de las emociones humanas representadas en setenta y ocho naipes. Al consistir principalmente en imágenes plasmadas en cartas es, en esencia, una mezcla de arte y juego. Como producto medieval, suele decirse que el tarot carga con un gran componente pesimista en comparación con otros saberes tradicionalmente predictivos, como la astrología. Esto es así por la gran cantidad de cartas que simbolizan la visión de la vida como valle de lágrimas propia de la sociedad feudal. En su lado positivo, contiene arquetipos femeninos como la papisa y las reinas de los diferentes palos, pero aparecen ausentes figuras del disciplinamiento moderno, como la ama de casa o la madre abnegada. No existen cartas que representen mujeres dentro de la familia burguesa. Aunque mucha gente cree que sirve para leer el futuro, en la actualidad, su uso tiene más que ver con una reflexión sobre el presente o la proximidad inmediata. Como en la antigüedad, son un instrumento privilegiado de socialización para grupos excluidos del positivismo europeo.
Generar algún tipo de discurso autorizado a través del tarot puede haber sonado a broma absurda hasta hace poco, pero en octubre de 2023 supimos que la Universidad de Exeter, en Reino Unido, ofrece desde este año un grado en magia y ciencias ocultas en el curso 24/25. La directora del departamento a cargo de este grado, la profesora Emily Selove, justifica la puesta en marcha del programa ante el creciente interés por la magia, así como la imperante necesidad de descolonizar, explorar epistemologías alternativas e integrar el feminismo y el antirracismo en los temarios universitarios. El tarot es un producto europeo premoderno. Es de los pocos elementos de la tradición occidental anterior al estallido del capitalismo blanco depredador que han sobrevivido. Como tal, ha sido perseguido. Fue parte de la llamada hechicería castigada por la Inquisición durante la caza de brujas histórica. Con la Ilustración, fue relegado a estulticia, superstición y saber que no merecía un puesto de valor en la sociedad. Sin embargo, su esencia como conocimiento divergente se articula básicamente igual desde la Edad Media hasta hoy: son cuatro palos que representan cuatro elementos (bastos/creatividad, espadas/intelecto, copas/emociones y oros/bienestar material). Se articulan en dos formas: arcanos mayores (energías ancestrales) y arcanos menores (momentos de rito de paso). Sus combinaciones e interpretaciones son infinitas.