Paul Auster, el aclamado novelista estadounidense, ha dejado un legado literario profundo tras su fallecimiento a los 77 años debido a un cáncer de pulmón. Nacido en Newark en 1947 dentro de una familia judía de ascendencia austríaca, Auster convirtió a Brooklyn en más que su hogar; lo hizo el escenario viviente de muchas de sus historias, especialmente notorio durante las décadas de 1980 y 1990. Su estilo distintivo se caracteriza por entrelazar ficción, realidad y elementos autobiográficos, creando complejos laberintos narrativos que recuerdan a las matrioskas rusas, atrayendo a millones de lectores alrededor del mundo.
“La invención de la soledad” (1982) fue su debut literario, una obra introspectiva que explora su relación con su padre tras su muerte repentina. Aquí, Auster comienza a experimentar con la autobiografía, un tema recurrente en su obra posterior.
“Trilogía de Nueva York” está compuesta por “Ciudad de cristal” (1985), “Fantasmas” (1986) y “La habitación cerrada” (1987). Estas novelas son consideradas fundamentales dentro del género del post-modernismo y exploran temas de identidad, espacio y aislamiento en el contexto urbano de Nueva York. Cada libro, aunque conectado temáticamente, presenta historias distintas que desafían las convenciones narrativas tradicionales y juegan con la idea de lo que significa ser un detective en un mundo cada vez más abstracto y surrealista.
“Brooklyn Follies” (2005), otra de sus obras destacadas, narra la historia de Nathan y Tom, familiares reencontrados que buscan redención y sentido en un Brooklyn idealizado. La novela es un tapiz de historias interconectadas que celebran la serendipia y las pequeñas victorias personales frente a las adversidades de la vida.
En sus últimos años, Auster publicó “Baumgartner” (2023), una reflexión sobre el azar y la memoria a través de la vida de un profesor de Filosofía marcado por la tragedia personal. La novela se adentra en el dolor, el amor y la pérdida con la profundidad emocional y estructural característica de Auster.
Su vida personal también estuvo marcada por momentos de gran dolor, como la muerte de su hijo Daniel y la trágica pérdida de su nieta Ruby, sucesos que impactaron profundamente su vida y obra.
Paul Auster fue un escritor prolífico cuya obra incluye también poesía, ensayos, y guiones, traducidos a más de 40 idiomas y que le valieron reconocimientos internacionales, incluyendo el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006.
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