Txema Arinas-
—Y el pincho ganador del concurso Intergaláctico de Pinchos de Autor 2023 es un conglomerado de sangre de «euskal txarri», que es como el «euskal txerri» pero más cochino y grasiento, mezclado con arroz «petardo» de la campiña bética traído a la península por legionarios romanos tras la derrota de Cartago en la Segunda Guerra Púnica, txintxortas o los residuos finales de la matanza de un cerdo en vísperas del Lugnasad o Lughnasadh («bodas de Lug», dios solar de la mitología céltica, una festividad gaélica celebrada el 1 de agosto, durante la época de maduración de la cosecha local de bayas. Al conglomerado se le añade una picadura de cebolla roja de Zalla, puerro de Eusko Label, sal de Añana, pimienta negra de una rama original traída por Vasco de Gama a Lisboa tras su segunda expedición a las Indias, pimentón de la Vera con el debido certificado de autenticidad del Consejo Regulador, orégano donde todo el monte es orgasmo, y otras especias cuya receta dejó escrita un fraile antepasado directo del famoso druida Panoramíx en la parte inferior del pergamino de un cartulario del monasterio de San Salvador de Oña fundado en 1011 por el conde de Castilla Sancho García, nieto del Conde Fernán González, para su hija Tigridia. Luego embotamos todo el conglomerado en la piel del intestino gordo del «txarri» tras dejarlo reposar debajo de nuestra cama de matrimonio durante una noche entera de pasión desaforada con intercambio de parejas con los vecinos del cuarto. Y ya para terminar, depositamos cada corte del especiado, sanguinolento y mantecoso embotado sobre un trozo de «baguette» transpirenaica y culminamos la realización del pincho añadiendo sobre la superficie del producto un trozo de piquillo navarro de Lodosa que ha sido asado previamente sobre sarmientos de cepas centenarias de uva garnacha que…
—Vamos, un pincho de morcilla con pimiento de toda la vida.
—Ya sí, pero si le quitas la gracia no te dan un premio en la vida…
—Será eso, sí.
© Txema Arinas. Septiembre 2023. Todos los derechos reservados.