Free jazz. La música más negra del mundo (Mariano Peyrou)

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En 1841, Adolphe Sax presentó en Bruselas uno de los tantos instrumentos que llegó a crear, y que acabaría llevando por nombre su propio apellido: el saxofón. Al parecer, su invención se debió a un accidente, ya que la intención del belga no era la de concebir un nuevo artefacto, sino la de mejorar el diseño del clarinete. De ahí surgió su curiosa hibridación: en el saxofón, el cuerpo es de metal –como en la trompeta y el trombón–, pero, como el clarinete, se considera un instrumento de madera porque el sonido lo produce una caña de este material.

Su sonido distintivo, a menudo considerado estridente, le generó numerosos detractores y dificultó su entrada en la orquesta. Sin embargo, Sax era un hombre de negocios y encontró una oportunidad para sacar rendimiento de su instrumento en el campo militar. En 1845, ante la preocupación expresada por el general Rumigny ante el desuso de la música militar en Francia, Sax se dirigió al entonces ministro de guerra para proponerle una reforma del género militar que incluía el uso de sus instrumentos. Tras una competición pública, se resolvió a favor de la reforma de Sax, lo que asociaría durante muchos años el saxofón a la marcha militar. No fue hasta más tarde, hasta los años veinte, que el instrumento encontraría su espacio en la música popular como protagonista de las bandas de jazz, llegando a convertirse en la voz de la cultura afroamericana. No en vano, el músico Ornette Coleman afirmó que «las mejores declaraciones sobre lo que es el alma negra» se habían hecho a través de un saxo tenor.

¿Cómo un instrumento tan ligado a la cultura blanca europea, inventado por un hombre belga justo antes de que su país comenzara a ser un imperio colonial, y que además fue usado con fines militares en sus inicios, terminó siendo el emblema de la cultura negra en Estados Unidos?

La paradoja que envuelve al saxofón está presente también en la propia historia del jazz y de la cultura afroamericana en general, como destaca Mariano Peyrou en Free jazz. La música más negra del mundo, el ensayo que el escritor argentino le dedica a este subgénero del jazz, una práctica que supuso un cambio disruptivo con la tradición musical y cultural del siglo XX.

A partir del análisis del contexto sociocultural que facilitó el surgimiento del free jazz y del análisis musical de sus principales obras y artistas (el mismo Coleman, Bill Dixon, Sun Ra, Pharoah Sanders, etc.), Peyrou traza una afilada investigación sobre un estilo que, más de setenta años después de su surgimiento, continúa sonando increíblemente rompedor e indescifrable. Como señala el propio autor: «El free jazz es un enfoque musical, más que una serie de rasgos estilísticos (aunque haya resultados compartidos); un enfoque que todavía hoy resulta demasiado radical para la inmensa mayoría de los oyentes. Combina dos estéticas a las que el público no está acostumbrado: la de las vanguardias y la de las culturas africanas».

Surgido en una época especialmente convulsa y relevante en materia de derechos civiles, en la que confluyeron Malcolm X, Martin Luther King y el surgimiento de los Panteras Negras, el free jazz supuso, sobre todo, una reivindicación de la libertad creativa y de la cultura afroamericana, en un momento en que el jazz había vivido una asimilación por parte de la cultura blanca occidental: «El free jazz no acepta musicalmente la posición en que se había colocado el jazz, por decirlo así, señala el conflicto, fija en él la mirada y proporciona un sonido en el que están África, el encuentro sangriento entre lo blanco y lo negro, el sufrimiento, la desesperanza, la esperanza, la autoafirmación, la frustración, la rabia y el odio».

Un subgénero que, rescatando las raíces africanas y explotando su polirritmia y su concepto de creación colectiva, conectó con las vanguardias artísticas de la época y supuso una nueva idea radical de hacia dónde llevar la música y crear, en definitiva, el sonido de la libertad.

Una introducción al free jazz: el jazz más libre, negro, experimental y radical.

En 1959 tres álbumes fundamentales de Miles Davis, John Coltrane y Ornette Coleman llevaron a sus últimas posibilidades el jazz de su época, frente al que surgiría el free jazz.

Este nuevo estilo musical exacerbaba la negritud, rescataba las raíces africanas, explotaba la ancestral polirritmia y al mismo tiempo conectaba con las vanguardias artísticas de su tiempo, generando un tipo de improvisación nunca oído hasta entonces. Era un jazz más radical, tanto en lo musical como en lo político. Los músicos que lo abrazaron eran exploradores de nuevas sonoridades, que podían resultar ásperas y violentas. Era el sonido de la libertad.

Autor:

Mariano Peyrou (Buenos Aires, 1971) es narrador, ensayista y poeta. Es autor de poemarios como Niños enamorados, El año del cangrejo y Posibilidades en la sombra, del volumen de relatos La tristeza de las fiestas, las novelas De los otros, Los nombres de las cosas y Lo de dentro fuera y los ensayos Tensión y sentido y Oídos que no ven.

© Alianza Editorial

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