La novela negra y la realidad
Desde los inicios del siglo XX en Estados Unidos, surgió un subgénero de la narrativa policial, éste es La novela negra, que recibe su nombre por la Serie Noire, publicada por Marcel Duhamel, en 1945. A partir de allí este género literario ha dado origen a innumerables best-sellers que incluso han servido como base tanto a películas como a series de gran éxito a nivel mundial.
¿Cómo surgió la novela Negra?
Para entender el surgimiento de este género literario debemos ubicarnos en el marco histórico de la Gran Depresión, un periodo verdaderamente oscuro de la historia norteamericana en el que existieron grandes dificultades económicas para la población. Dicho periodo coincidió, además, con ley seca, que prohibía el consumo y comercialización de bebidas alcohólicas.
Quienes comercializaban bebidas alcohólicas, principalmente el whisky, eran perseguidos con ahínco por las autoridades, lo que generó mucho descontento social y una atmósfera enrarecida en la que la violencia, los asesinatos por venganza y los enfrentamientos de los gangsters con la policía dejaban nefastas consecuencias en las ciudades, con una ola de sangrientos crímenes nunca antes vista.
Es entonces cuando esta cruel realidad comienza a interesar a los escritores y editores, pues, la población en general se encontraba ávida de recibir información al respecto. Basándose en los crímenes que rodeaban a estas bandas de gánsteres, para evitar represalias de cualquiera de los bandos, os escritores adornaban la información con un matiz literario, lo que convertía la situación narrada en una novela en la que la realidad y la ficción se mezclaban, pero, debido a su contenido esencialmente violento dio lugar a lo que con posterioridad se vino a llamar novela negra.
El resultado fue tan exitoso que lanzó directamente a la fama a autores como Carroll John Daly, Raymond Chandler, James M. Cain, o Dashiell Hammet, considerados como los padres de la novela negra.
La novela negra, de la mano con la realidad
Uno de los puntos más interesantes de la novela negra como género literario es que parte de la realidad para llegar a integrar con ella una macabra danza en la que el amor, la pasión, la sensualidad, la violencia y el crimen van tocando fabulosos acordes llevando al lector por un verdadero laberinto en el que se ve forzado a hacer deducciones, hasta encontrar al verdadero culpable.
La verdad es que la sociedad en todo el mundo provee de un gran material para este tipo de historias, pues en todos los países han existido criminales que han llegado a horrorizarnos por su terrible perversidad, y, además, teniendo en cuenta que la novela negra se caracteriza por las historias marcadas por un fuerte contenido sexual y violencia explícita, solo se necesita de una buena base de investigación, una gran imaginación, la capacidad de hilar el entramado de una mente criminal y una fluidez verbal impactante para lograr una novela negra exitosa, pues hay muchos seguidores de este género en todo el mundo.
Las características de la novela negra son muy interesantes
Si bien es cierto que la novela negra es un relato que gira en torno a uno o varios crímenes y un detective que los investiga, se aleja de la historia policial clásica, ya que, en este caso, el detective no es el eje principal de la narración, sino que en su lugar se privilegia a los personajes marginados y a los delincuentes, dando más bien a conocer al mundo su situación, utilizando un argot callejero o coloquial para expresarse. De la misma forma, si existe un personaje o varios de estratos sociales altos, estos emplean un lenguaje acorde a su situación económica, con lo que se resalta una clara oposición entre ellos, nada alejada de la realidad.
En este caso, el detective se mueve entre ambos mundos, y generalmente es un personaje rudo, que posee ciertos vicios, y no teme ensuciarse las manos si llega a requerir métodos poco ortodoxos para resolver un crimen, y, aunque cumple con su trabajo, en general su imagen es la de un perdedor, el tipo de profesional venido a menos, que ya no tiene nada que perder, pues su reputación se encuentra desgastada, y puede incluso llegar a morir en el intento de resolver el crimen.
Entre los personajes secundarios de la novela negra, siempre deberán existir colaboradores, testigos, expertos en criminalística, testigos y confidentes del detective, además, por supuesto del o los delincuentes a quienes se les da cacería.
En general siempre habrá una gran presencia de diálogos, reflejando la forma de hablar de la ciudad en dónde se desarrolla la historia, pues se debe tener en cuenta que en la novela negra la base central no es la descripción, sino que se centra en los hechos y las conversaciones.
Aquí el lector no debe tener ventajas sobre el detective. Uno está tan cerca del otro, que ambos deben ir desenmarañando las pistas una a una, y, en general, estas no son demasiado concluyentes, pues solo hacia el final de la historia es cuando todas se unen como un perfecto engranaje para la conclusión final
Aunque no suele haber una intriga amorosa, si pueden existir escenas pasionales, pues pueden dar origen o ser complemento de los crímenes, que suelen ser por motivos muy personales, y, en general en la narrativa prevalecen los espacios cerrado y oscuros llenos de una atmósfera asfixiante y misteriosa en la que prevalecen como escenario las calles de las grandes ciudades, mostrando así su lado más sórdido.
El crimen, el terror, los vicios, la corrupción y la crisis económica y social degradan a los personajes de la novela negra, que suelen tener una personalidad sumamente compleja. Reflejar en ella el crimen organizado, la mafia y el terror que estas provocan no es sencillo, así que integrar la realidad y la ficción exige un gran trabajo de parte del autor, de allí que, el éxito de los autores prevalece dentro de la literatura en general como una muestra de su enorme capacidad literaria.
Si quieres darte un recorrido por los mejores libros del género de la novela negra, te recomendamos A fuego lento, de Paula Hawkins, La desaparición de Adéle Bedeau por Graeme Macrae, La novia gitana, de Carmen Mola, El Juego del alma de Javier Castillo, El gabinete de los Ocultistas de Armin Öhri y toda la serie de Agatha Cristie, para empezar, seguro quedarás atrapado desde el primer capítulo.
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