La charca es un libro salvaje. En realidad es la voz libre de un ser humano que se considera a sí mismo como un animal. En plena pandemia decide vivir solo en el campo y construir una charca donde embarrarse. Esa desnudez, ese contacto del cuerpo con el agua, la tierra, el sol o la lluvia, esa forma de vivirse como un animal más, actúa como una especie de sortilegio, una limpieza de la falsa cultura que termina por castrar.
La belleza de las plantas se mezcla con el fango y los bichos. No es necesario pensar en una distopía futura. La distopía ya está aquí. El personaje de La charca está dispuesto a verlo todo tal cual es, a no disfrazar las causas del fin de nuestra especie en cambios climáticos por un mal uso de los recursos. Las causas están en los sentimientos de cada humano, en el odio, en la avaricia o en la lujuria
La charca es el fin de lo bucólico pero también el fin de la distopía. La mirada de alguien que ya no tiene nada que perder sobre cada ser vivo y el recuerdo de la cultura que ha quedado atrás.
Un libro que ha revolucionado la crítica literaria portuguesa.
El envejecimiento de la población, la baja tasa de natalidad, las ciudades abandonadas, el regreso de los animales salvajes y los ríos que se limpian tras la decadencia hacen de Portugal la punta de lanza del fin.
– Manuel Bivar. Revista Punkto
Autor:
Manuel Bivar nació en Lisboa en 1985. Durante 10 años estudió los bosques de Guinea-Bissau, en África occidental. Ha escrito dos novelas: A Charca y Os Mamíferos, as Aves e os Peixes. Actualmente trabaja como periodista en la revista portuguesa Divergente preparando un reportaje y un podcast sobre pirómanos forestales.
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