En una sala de mando de los dioses – Capítulo 12 de «El otro nombre»

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            Caminan hasta la sala de mando. Al llegar, el general pide a uno de sus oficiales ponerse frente al mostrador repleto de monitores. Una voz surge diciendo.

Aquí el comandante en jefe de la flotilla Nuevo Mundo. Respondan por favor.

            La frase se repite insistentemente.

¿Puedo responder? —pregunta el General dirigiéndose a Zark, quien mira pidiendo respuesta a Kenie.

Adelante, pero insisto, mida bien sus palabras.

Aquí base. Responda, Nuevo Mundo.

¡Por fin! ¿Con quién hablamos?

Con el comandante de la base, General Adams. Señale su posición por favor.

Estamos a una hora y solicitamos autorización para aterrizar.

Aquí base. Están autorizados, procedan en cuanto cubran la perpendicular. ¿Cuántas naves forman la flotilla?

Quince, comandante.

Bien, adelante, sigan las siguientes instrucciones a través de la boya láser.

De acuerdo comandante. En una hora aterrizaremos, el viaje ha sido largo y estamos deseando pisar tierra.

Perfecto. Buen aterrizaje.

¿Qué ocurre Zark? —pregunta Kenie.

Quince naves se acercan a este punto.

Bien. Despejemos la zona. Pongamos a nuestros guerreros custodiándola. Al menor indicio de peligro daré orden de disparar.

De acuerdo, pasaré las órdenes.

Ahora salgamos con el general a esperarlos.

            La tensión va en aumento. Tanto los miembros del Consejo como los oficiales y el General Adams se mantienen expectantes observándose mutuamente. Pronto una serie de puntos brillantes van agrandándose hasta hacerse cada vez más visibles. Una composición en forma de flecha se acerca sobre ellos hasta posarse en la zona prevista. Unos minutos después las puertas de las naves se abren y un grupo de oficiales avanza hasta presentarse ante el grupo que espera. El general avanza con sus oficiales mientras los guerreros con sus armas guardan ambos flancos en prevención. Entre ellos, Zark, Pasak y Kenie.

            El primer oficial recién llegado, comandante de la flotilla, se acerca ceremoniosamente, saluda militarmente y dice.

Mi general, me alegra saludarle y estar en casa.

¿Cómo? —responde.

Si mi general, que ya estamos de regreso.

No entiendo. ¿Cuándo tiempo han estado viajando?

Veinte años mi General.

¿Tuvieron algún problema en el viaje?

Los normales.

¿Siguieron al pie de la letra las instrucciones entregadas por mi predecesor?

Sí señor. Durante el viaje me hice cargo de la flota cuando el anterior comandante murió. Apliqué las órdenes sin modificación alguna.

Entonces ¿entraron en la Espiral Dúrbal?

Sí señor.

Perfecto mi enhorabuena, puede dar orden de desembarcar a todos los viajeros. Por favor, las armas deben dejarlas en las naves. Los soldados permanecerán a la derecha y los viajeros a la izquierda.

A sus órdenes General.

            Media hora más tarde todas las naves quedan vacías. Los tripulantes, soldados y viajeros se sitúan del modo sugerido por el General. De inmediato son rodeados por los guerreros de Kenie. Más tarde comienzan a inspeccionar visualmente a los viajeros. Todos miran sorprendidos al comprobar que tanto los guerreros como sus dirigentes, llevan ropajes desconocidos. Entre ellos comienzan a murmuran inquietos. Kenie avanza hacia el primer grupo.

Soy Kenie, comisionado junto a Pasak por el Consejo de Tribus. Acabáis de llegar a nuestro planeta, ser bienvenidos. Mientras tanto aguardar hasta que el Consejo decida donde debemos acoplaros.

            Un silencio tenso se adueña del grupo de viajeros mientras un destacamento de guerreros se dispone junto a ellos separándolos de los tripulantes. Se avisa al Consejo. Mientras tanto, el General Adams no soporta más la tensión, dirige unas palabras a sus oficiales y de inmediato todos se sientan en el suelo cubriendo con sus manos sus rostros atribulados. Kenie sorprendido, pregunta a Zark.

¿Que sucede?

Lo peor que podría haber ocurrido —transmite de labios del General.

Explíquese por favor.

Lo haré, pero dentro de la nave principal de la flotilla y en compañía del comandante que acaba de llegar. Ellos, ustedes y nosotros debemos escuchar la explicación que nos dará.

De acuerdo. Nuestro Consejo también estará presente.

Como deseen.

Comandante—pide el General nada más entrar en la nave— extraiga el cuaderno de bitácora y preséntese de nuevo.

Sí señor.

            A su regreso y siempre acompañado por guerreros, se presenta en la sala de control de la nave, frente al General. El resto de los oficiales, guerreros y miembros del Consejo de Tribus, permanecen expectantes. Unos minutos de silencio y Kenie da la orden de inicio al general.

Antes de nada, debo prevenirles de la dificultad para entender cuanto voy a decir.

No importa, Zark tratará de traducir de la mejor manera posible. Adelante.

            El general visiona durante unos minutos el cuaderno de bitácora entregado por el comandante. Espera unos segundos, suspira y comienza a decir.

Mantuvimos una teoría, modificada posteriormente, mediante la cual existe una relación espacio-tiempo, pero nunca hasta ahora pudo demostrarse. Solo era una fórmula matemática. Sin embargo, al presentarla no tuvieron en cuenta una circunstancia, y es precisamente la que ahora se ha dado. Me explicaré lo mejor que pueda. Hace días comenté al dirigente Kenie, que nuestro planeta se encontraba materialmente destruido. Sin entrar en otro tipo de disquisiciones, solo comenté que carecíamos de alimentos y energía. Éramos un planeta con hambruna y paralizado. Bien, nuestros dirigentes decidieron en el año 2080 que debíamos salir en busca de ambos y lo hicimos. Viajamos por el espacio durante mucho tiempo hasta encontrarnos con la Espiral Dúrbal. Cuando salimos de ella dimos con este planeta, similar en características al nuestro de hace cientos de años. Aterrizamos y el resto hasta hoy ya lo conocen. Hace tiempo se dio orden de regresar a nuestro planeta una flotilla con viajeros de este mundo, jóvenes de sus tribus, alimentos y material suficiente para surtir de energía a nuestro planeta. Se facilitó nuestra posición espacial a fin de que, al atravesar la Espiral Dúrbal pudieran llegar a nuestro planeta con posibilidad de regresar a éste y reiniciar el traslado o realizar cualquier otra acción decidida por parte de nuestras autoridades. Sin embargo, la flotilla ha sufrido un trastorno. Mientras en nuestro viaje inicial nosotros cubrimos en cinco años la distancia hasta la Espiral, ellos lo han hecho en un año. No obstante, y esto es lo especialmente extraño, han permanecido dentro de dicha Espiral veinte años viajando y han encontrado la misma paradoja. Como una bola, han rebotado y regresado de nuevo al punto de partida, es decir a este planeta.

¿Y eso que significa?

Significa que nosotros al aterrizar, lo hicimos en un planeta similar al nuestro, y en efecto así fue, a no ser que…

El desenlace seguirá en el último capitulo la semana que viene

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Narrador. Fundador, director y editor de la extinta editorial PG Ediciones. Actualmente asesora y colabora en las editoriales: Editorial Skytale y Aldo Ediciones, del Grupo Editorial Regina Exlibris. Director y redactor del diario cultural Hojas Sueltas. Fundador en 2014 de una de las primeras revistas digitales del género negro y policial «Solo Novela Negra». Participa en numerosas instituciones culturales. Su narrativa se sustenta principalmente en la novela policíaca con dieciséis títulos del comisario del CNP, Roberto H.C. como protagonista, aunque realiza incursiones en otros géneros literarios, tales como la ficción histórica, ciencia ficción, suspense y sentimentales. Mantiene su creatividad literaria con novelas, relatos, artículos, reseñas literarias y ensayos.

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