Una de las denuncias más salvajes contra el racismo y que me hicieron comprender a los 15 años que la cuestión era más universal de lo que creía, fue un libro de Tom Sharpe, llamado Reunión Tumultuosa. Curiosamente fue el primer libro escrito por Sharpe y el primero que leí del autor británico. La segunda parte, Exhibición Impúdica, me confirmó cual sería mi género literario de referencia.
He sido viajero precoz y algo que me llamaba la atención era la crueldad con la que se me acusaba siendo un niño, de racista por ser simplemente español, circunstancia compleja ya que un niño que acusa a otro de racismo por su simple origen, denota que el primero tiene más prejuicios que el segundo.
Probablemente, sólo un británico es capaz de ser tan descarnadamente mordaz, cínico e irreverente, e irresistiblemente flemático asumiendo el racismo colonial. Reunión Tumultuosa se escribió en 1971 y por tanto a la gilipollez del “políticamente correcto” le faltaban dos décadas para que irrumpiese grosera, castrante y autoritariamente en nuestras vidas. A España llegó en los 80 casi como curiosidad excéntrica, no podía ser de otra forma, pero su lectura me reconfortó.
Sin traumas y con perseverancia el asunto me ayudó para asumir que la discriminación formaba parte inherente de ser humano. Como historiador, historiador del arte y experto en comunicación, he comprobado lo útil que es la discriminación.
Llamarse Jorge Llopis es un lastre. No creí que compartir nombre me hubiese avocado a un determinismo estilístico ya que me siento cómodo con la sátira y mordacidad, como el otro Jorge Llopis. Tengo un amigo mejicano, criollo y de buena familia, que se llama Tahutemoc Zaopoethec que me reconoció que en realidad se llamaba Hernán Cortés y que detesta el tequila. Ya ven.
Es inevitable. Cuando me pongo frente al papel recurro al Sharpe irreverente y flemático y a otros muchos más a los que me inició la lectura del inglés de Llafranch y que me recuerdan que soy heredero de lo Políticamente Incorrecto y orgullosamente discriminable por ello.
Jorge Llopis PLANAS