Diferencias entre «novela negra» y «novela policial»

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Muchas personas tienen una gran duda al respecto de las diferencias entre la novela negra y la novela policial ya que estas suelen tener un gran número de similitudes, pues bien, en este artículo trataré de desglosar este tema de la forma más sencilla, para que el lector pueda distinguir las novelas de estos géneros y clasificarlas fácilmente.

Géneros y subgéneros, la diferencia entre novela negra y novela policial.

Bien, vamos a partir de lo más básico.  Existen cuatro géneros literarios: el género narrativo, el lírico, el dramático y el didáctico que estudia a los otros tres.  Dentro del género narrativo tenemos el cuento, la leyenda, la fábula, el relato y por supuesto la novela.

A su vez, dentro de la novela tenemos una suerte de subgéneros, conformados, entre otros, por la novela de aventuras, de ciencia ficción, romántica, gótica, distópica, fantástica y policial.

Dentro de la novela policial se encuentra la novela enigma, en la que en la trama se encuentra un fuerte juego intelectual, y cuyo origen se suele datar en el siglo XIX, asociándose a la publicación de los relatos de Edgar Allan Poe titulados Los crímenes de la calle Morgue (1841), El misterio de Marie Roget (1842), El escarabajo de oro (1844), y La carta robada (1844). Posteriormente, también en el siglo XIX, el británico Wilkie Collins escribiría la que se considera las primeras novelas policiacas: La piedra lunar (1868). Tanto los relatos de Poe como las novelas de Collins se encuentran dentro de esa clasificación del relato enigma, en el sentido de que hay un misterios y un fuerte componente lógico y analítico por parte de los personajes encargados de resolver los misterios.

Sin duda estos dos precursores asentaron las bases de un género que comenzó a popularizarse muy pronto, siendo a comienzos del siglo XX cuando surge uno de los personajes más icónicos de este tipo de historias: el famoso Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle, y con posterioridad, el también famoso detective Hércules Poirot de Agatha Christie.

Como una variante del relato enigma, tenemos la investigación criminal, en la que definitivamente los policías y detectives son los protagonistas, como profesionales, vinculados con un trabajo estable y respetando todas las formas habituales de investigación para llegar a descubrir a un criminal.

También podemos clasificar aquí la novela de suspenso en la que la «victima» es quien narra la historia y que supone una situación de inmenso peligro, maquinación o complot en la que se ve envuelta, creando una gran tensión dramática, expectativa y precipitación hasta llegar al desenlace, teniendo un ascenso en los acontecimientos de forma febril hasta el desenlace.

En este subgénero también encontramos el thriller, en el que se suelen incluir a las novelas policíacas de suspense o de espionaje, con tramas complejas y estructuradas en las que suele haber cierto grado de acción.

Por último, llegamos al subgénero de la novela negra, en la que el protagonista suele ser un detective de procedimientos audaces, un poco al margen de la ley, que por lo general tiene algún vicio, o un trauma generado por la misma situación laboral, social o personal que ha tenido que vivir.

En la novela negra se suele mostrar la corrupción política y en ella el detective está fuera del sistema, se ha retirado de él para poder resolver los crímenes de formas, acaso, no demasiado convencionales. En este subgénero también suelen estar presentes los gánsteres y la violencia forma parte de la narración de un modo explícito.

Así pues, la primera y gran diferencia entre la novela negra y la novela policial es que la primera suele considerarse una parte o subconjunto de la novela policial.

Otras diferencias entre la novela policíaca y el micro género de la novela negra.

Realmente el término «micro género» es más una clasificación, pero no quiere decir que la novela negra tenga pocos autores o novelas. Por el contrario, es uno de los géneros favoritos de quienes siguen las novelas de detectives, pero que tienen una mayor cercanía a la realidad.

De hecho, otra de las diferencias entre la novela negra y la novela policial es que la primera es de un estilo más realista y contiene en su trama el reflejo de una sociedad, el estado social del país o ciudad en donde se desarrolla, exponiendo generalmente una organización corrupta, que puede estar en la policía, o que puede ser representada por un gobierno corrupto, un sistema legislativo permeado por los criminales o por las organizaciones criminales en sí, lo que da un amplio campo de acción para los escritores, pues no se limita a resolver un enigma, sino que hay una concepción más profunda y crítica de la sociedad en que se desarrolla.

En general en la novela policíaca, el detective y toda la organización que lo respalda es legal, casi perfecta, y al final el misterio es desvelado y el protagonista de la novela siempre triunfa. En la novela negra no siempre es así.

En la novela negra, es factible que triunfe el estado corrupto, que los criminales se salgan con la suya, o que el detective protagonista termine malparado, o en una situación comprometida. No es inusual que el protagonista tenga que recurrir a la violencia e incluso asesinar al enemigo y luego huir. Incluso tal vez llegue a cometer más de un homicidio para llegar al final a un resultado positivo, así que la novela negra se sale de los esquemas convencionales y permite mayores giros, sabiendo que, al final el resultado puede ser sorprendente.

La novela negra se toma muy en serio la sociedad de la que habla, y muestra gran parte de ella en su narrativa, entremezclando la realidad y la ficción, pero causando una reflexión directa del lector, al descubrir el marco histórico en el que la novela se sitúa.

La novela policial no tiene esta característica, aquí el protagonista absoluto es el detective, y la trama se dirige a encontrar la solución al caso e, indefectiblemente, hallar al culpable del crimen, que casi siempre acabará castigado, mientras que, en la novela negra, el antagonista puede ser toda una institución conformada por muchas personas corruptas y puede que tenga un final feliz o que incluya matices bastante negativos.

De hecho, la novela negra debe su nombre a lo explícito de la violencia en ella, ya sea en la narración del crimen en sí o de la escena del crimen, de la investigación misma y de cómo la sociedad tiene fallas en el sistema, ya sea judicial, o policial.

En múltiples ocasiones los autores de las novelas negras son periodistas que investigaron cierto crimen, pero que no pueden contarlo abiertamente al público por su seguridad, así que, crean estas historias en las que la realidad y la ficción se entremezclan.

En la novela policial la base especial es el análisis. En la novela negra actual puede que no se encuentre un crimen contra una persona determinada, sino, por ejemplo, la investigación de un de un secuestro, pero siempre con la característica de partir de la realidad de una sociedad.

© Jaime Molina. 2023. Todos los derechos reservados.

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