El plagio o la apropiación de material humorístico no es un fenómeno nuevo. Hacer reír exige talento y dedicación, un esfuerzo que, a lo largo del tiempo, ha sido aprovechado por otros, incluso mucho antes del auge de las redes sociales. Por ejemplo, el reconocido cómico Robin Williams enfrentó acusaciones de plagio en sus inicios como monologuista, y más recientemente, el presentador estadounidense Conan O’Brien tuvo que compensar económicamente a un bloguero de San Diego que lo acusó a él y a su equipo de utilizar chistes extraídos de su página web.
Frente a estos casos, surge una cuestión fundamental: ¿pueden el humor, desde un simple chiste hasta formatos más complejos como los monólogos, estar protegidos por los derechos de autor?
¿La Ley de Propiedad Intelectual protege los chistes?
Alberto Aduriz, abogado de Visual Inlaw, explica que «para la ley de propiedad intelectual es indistinto que las obras sean monólogos o chistes para ser considerados obras protegidas por los derechos de autor. Lo único que se requiere es que la obra sea original, y que haya sido creada por un ser humano. Este último punto cobra cierta relevancia ahora con la inteligencia artificial», añade.
Aunque la obra estará protegida «por el solo hecho de su creación», para evitar conflictos se recomienda registrar la obra, en cuyo caso «tendrá que estar fijada en un soporte», señala este abogado. Y advierte: «Este registro es declarativo, es decir, funciona a efectos probatorios, lo cual es de vital importancia a la hora de poder probar que se es autor de una determinada obra. En especial, si hablamos de ‘chistes’, que lo más habitual es que circulen de boca en boca sin citar a su autor.»
Internet y las redes sociales han contribuido a la difusión descontrolada de material protegido de manera casi imposible de rastrear. El cómico Agustín Jiménez es uno de los precursores del stand-up o comedia en vivo en España, una fórmula con la que lleva trabajando más de 20 años, desde que este formato comenzara a popularizarse con programas como El Club de la Comedia y Paramount Comedy. «Yo he tenido bastantes plagios. Normalmente busco en Internet y aparece alguien haciendo mi monólogo en un local. O lo último: gente que usa trozos de tus textos en sus redes sociales, con tu propia voz, y que los interpreta en playback. Y si les adviertes, dicen que es un homenaje. Es casi imposible de perseguir», lamenta. SEGUIR LEYENDO
—Safe Creative—