RELOJ CÓSMICO
Por Maria del Mar García
Un día tiene 24 horas.
1.440 minutos.
86.400 segundos.
Esta es la parte objetiva, que todos conocemos, pero hay esa extraña ambivalencia, en la cual, nunca 2 personas van a vivir esos 1.440 minutos de la misma manera.
El tiempo representa esta parte tangible y exacta, de la cual no podemos escapar, y esa otra parte intangible, sutil, que representa nuestra propia, única vivencia de este.
Los 60 minutos de 1 hora, no se perciben igual, si estoy haciendo algo que me gusta, o si estoy con una persona amada, o, por el contrario, estoy en una actividad, o con una persona, que detesto.
El tiempo es una percepción personal y a la vez un dictamen biológico: nadie escapa a sus marcas, sus surcos, su envejecimiento.
A la par que vivimos este reloj cósmico de una manera única e individual, hay algo sutil que no se puede controlar; y nosotros, siempre intentando controlarlo todo, que todo vaya más rápido, tener las respuestas a mis preguntas al instante, hacer mis procesos personales rápidos e indoloros, no nos damos cuenta, de que todo esto se hace a fuego lento, con un reloj interno, que marca sus propias horas, y que nada tiene que ver con cómo lo queremos, sino cómo tiene que ser.
Si quieres hacer una verdadera revolución, aprende a ir despacio, a no forzar, a permitir que la vida fluya por tus células sin que tú marques el camino.
© Maria del Mar García. Marzo 2023