Acaece en 1517 la visita a la villa de Valladolid de un joven de 17 años junto a su hermana Leonor, para conocer a su hermano Fernando. Era el futuro emperador Carlos V, proclamado Rey de Castilla en 1518.
En tan importante acontecimiento sucede la novela “El Hereje”, cuyo protagonista nace en paralelo a ese contexto histórico. A la vez, un monje alemán se reveló y fue excomulgado, era Lutero, que fue un problema para el emperador hasta sus últimos días y marcaría el destino de nuestro protagonista Cipriano.
Su autor, Miguel Delibes, nace en Valladolid en 1920. Tiene una extensa obra, como El camino, Las ratas, Los santos inocentes… entre otras. Fue galardonado con el premio Nadal 1947, Premio Nacional de letras 1955, Premio a la crítica, Premio Cervantes 1993.
En sus obras son temas de interés el amor por la naturaleza, la denuncia del éxodo rural, los campos de Castilla y su cielo, descripciones del paisaje y sus gentes que poseen sencillez, precisión y armonía. Cabe destacar también su solidaridad con humillados y ofendidos, así como su perspectiva resaltando la dignidad de los personajes. Tiene la caza menor como afición.
La personalidad de Delibes es compleja, así como sus dualidades, hombre melancólico, pero no pesimista, poco deseable de conversar, como él mismo dijo: “No me gusta conversar con la gente a codazos”.
En su discurso de ingreso en la Real Academia Española en 1973 pidió que los países industrializados adoptaran medidas para frenar la contaminación.
Para Delibes, el olvido forma parte del aprendizaje. Escribir es una aventura y desconocer a dónde nos dirigimos garantiza que el texto sea fructífero, es un diálogo interior que clarifica nuestras impresiones y recuerdos.
La muerte de Ángeles Castro, su esposa, lo hizo más huraño. Dejó de dar conferencias y no daba tiempo para visitas de desconocidos. Como anécdota, contar que para firmar sus libros había que dejarlos con el nombre de la persona y recogerlos otro día.
Muere en el 2010. En el 2020 se conmemoró su centenario.
En la novela “El Hereje”, publicada en 1998 por Editorial Destino, está dividida en un preámbulo y tres libros. Su principio no es del todo claro con el resto de la obra. Cipriano, el protagonista, hijo único, se queda huérfano de madre al nacer, en una época en la que la mujer era tratada como un recambio que se puede sustituir.
Es criado por una nodriza llamada Minervina, nombre procedente de la diosa romana Minerva que representa la sabiduría y la protección. Nos define a este personaje que será el refugio para la vida del protagonista, que sufre el rechazo de Bernardo su padre, hombre frío sin escrúpulos por las circunstancias dadas. Esto provocó que la infancia de Cipriano fuera atormentada, llena de miedos, retraído e inseguro.
Su vida da un giro inesperado tras tomar su padre la decisión de ingresarlo con Los Niños Expósitos, intermediando su tío Ignacio.
Su nueva familia son los niños del orfanato. El autor usa motes para darnos información sobre sus personalidades: Corcel, que representa el mando y Tito Alba, que es el protegido por Cipriano. Sus años adolescentes son duros, corre la epidemia de la peste.
Cipriano sufre una transformación y se convierte en un hábil hombre de gran dureza, buscando el calor familiar que fue negado en su infancia.
Conoce a la reina del Páramo, Teodomira, con la que se casa. En ella busca seguridad y aceptación. La infertilidad de los varones de su familia se hace patente y los problemas conyugales traen consecuencias. Cipriano conoce el verdadero amor ya tarde y con una diferencia de edad importante, siendo este otro tema destacable de los que se tratan en la novela.
El autor nos va adentrando en cada uno de los personajes. Es muy rico en descripciones de la época, de la inquisición y del proceso de lucha contra las ideas del protestantismo.
Narrado en tercera persona, lo hace con un profundo rigor en los paisajes, los pensamientos de los personajes, los gestos, acciones, el sentido de la justicia y estilo de vida, así como de sus ropajes. Los personajes secundarios enriquecen la obra.
La novela te transporta a escenarios donde trascurre la trama, manteniendo vivo el interés y está escrita en un estilo que se amolda a la época.
La obra nos muestra la complicada situación de la Iglesia en la que se perdían fieles y no dudaban en llevarse la vida sin escrúpulos de quien fuera, obligando a practicar la idolatría.
Nuestro club de lectura da distintas opiniones sobre la novela. En cuanto al lenguaje rural está muy bien explicado, mezcla realidad y ficción. Pudo ser real la historia. Los personajes secundarios, sus tíos Ignacio y Gabriela tienen gran importancia.
Parece que habla en la actualidad sobre la empresa y sus socios, así como de los beneficios, eso refleja la modernización de Valladolid, así como la influencia de los viajes a Europa.
Hay una evolución psicológica del personaje protagonista, personalidad valiente, ya que no delata a nadie. Se describen los Autos de Fe como si la hoguera fuera una fiesta.
La obra es un canto a la libertad de pensamiento y creencias. La historia refleja intolerancia, pasión y odio. Pone de manifiesto las religiones e ideologías que han hecho mucho daño.
Hay anécdotas divertidas, comentarios que se salen de la época, que no tienen nada que ver con la obra.
Es una historia de historias donde recrea la parafernalia de la vida rural, el negocio de los zamarros y el protagonismo de los caballos que con sus nombres (como relámpago, chispas). En fin, innumerables detalles que con su lectura se descubren.
Carlos V fallece en Yuste. Deja testamento a su hijo Felipe para que castigue a los herejes sin excepción ni respeto.
Para terminar acorde a los acontecimientos actuales a la muerte del Papa Francisco, hacer una mención a la reflexión de Juan Pablo II en 1994: ¿Cómo callar tantas formas de violencia perpetradas también en nombre de la fe?
Novela histórica idónea para disfrutar de buena literatura y gran historia, que hace investigar en las distintas etapas, así como en su vocabulario.
Carmen Giles Lopez. (Grupo de Lectura de Albolote).