En un tiempo en que lo visible se impone como medida única de la realidad, la obra de Rafael Casares Ferrer emerge como un acto de resistencia intelectual y poética. Su trayectoria —más de dos décadas dedicadas a explorar lo que escapa a la lógica del día— nos interpela como lectores y nos convoca como seres humanos: ¿qué sentido tiene lo que no comprendemos? ¿Dónde se ocultan las memorias que no hemos vivido pero nos persiguen?
Desde su Granada natal, ciudad de umbrales históricos y callejones cargados de símbolos, Casares ha trazado una cartografía literaria del misterio, desbrozando los caminos que conducen de lo anecdótico a lo esencial. Sus libros no son simples colecciones de casos paranormales; son ensayos narrativos donde lo invisible se piensa, se escucha y se respeta. Y en ese respeto hay una ética de la escucha, un gesto humanista que atraviesa toda su producción.
Hoy conversamos con él no solo para recorrer su obra, sino para asomarnos —con rigor y sin morbo— a ese abismo que habita entre lo que somos y lo que tememos ser. Hablaremos del miedo, sí, pero también de la memoria, del lenguaje y de las casas donde algo quedó latiendo más allá del tiempo.
Biografía y bibliografía
Rafael Casares Ferrer (Granada, 1975) es un autor, investigador y divulgador español cuya obra se centra en los fenómenos paranormales, las casas encantadas y los misterios anclados en la memoria cultural andaluza. A lo largo de más de veinticinco años de trabajo, ha documentado e interpretado decenas de casos vinculados a lo inexplicable, especialmente en la provincia de Granada, ganándose el respeto tanto del público lector como del ámbito académico interesado en la antropología del misterio.
Apasionado de la historia no oficial y las narrativas marginales, ha desarrollado una metodología que combina el rigor del investigador de campo con la sensibilidad del narrador literario. Su aproximación es más simbólica que sensacionalista, más ensayística que espectacular: cada caso documentado es también una indagación en el tejido invisible de la realidad.
Durante su trayectoria, ha colaborado en revistas especializadas, programas de radio y encuentros sobre el mundo del misterio. Ha sido invitado a presentaciones en bibliotecas, centros culturales y eventos literarios donde ha compartido experiencias, testimonios y hallazgos, siempre con un tono respetuoso y crítico.
Bibliografía
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13 historias de fantasmas, casas encantadas y poltergeist
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Editorial Comares, 2010 –ISBN: 978-84-8444-779-5
Obra pionera que consolidó a Casares como referente del misterio documentado. Se abordan casos paradigmáticos y se introducen tres patrones teóricos que organizan su lectura de lo paranormal, desde un punto de vista que entrelaza lo psicológico, lo histórico y lo espiritual.
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Casas encantadas, enigmas y lugares de poder en Granada
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Editorial Almuzara, 2012 ISBN: 978-84-15338-51-2
Este libro es una investigación extensa de fenómenos paranormales en la provincia de Granada, donde se combinan casos documentados con una reflexión sobre el poder simbólico de los lugares. Se abordan desde apariciones espectrales hasta sueños premonitorios, con una cuidada construcción literaria que huye del efectismo.
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13 historias de fantasmas, casas encantadas y poltergeist. Casos reales de Granada: de la Diputación a la Mujer de Negro
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Editorial Comares, 2015 ISBN: 978-84-8151-838-2
En coautoría con Juan Arcos, este volumen recoge relatos basados en testimonios múltiples ocurridos en edificios históricos y públicos. La narrativa explora los ecos de acontecimientos trágicos y su persistencia simbólica en la actualidad.
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Recepción y participación cultural
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La obra de Casares ha sido presentada en espacios significativos como la Casa Condesa de Torre-Isabel en Motril, donde se celebró la presentación de su libro sobre casas encantadas. En estos actos, se ha destacado su capacidad para renovar el género del misterio con profundidad narrativa y una clara huida de clichés.
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Sus libros se han distribuido ampliamente en librerías especializadas y generales de toda España, y han sido objeto de artículos en prensa y foros culturales.
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Es habitual encontrarlo en entrevistas radiales o mesas redondas vinculadas a la memoria popular, lo inexplicable y el cruce entre historia y símbolo.
Apariciones destacadas en medios
1. Entrevista en el pódcast “Península Desconocida” (2024)
En esta conversación, Casares reflexiona sobre el panpsiquismo y las apariciones, abordando la dimensión filosófica del misterio. Destaca su interés por las experiencias liminales y cómo estas pueden ofrecer una comprensión más profunda de la realidad.
2. Participación en el programa “El Último Peldaño” de Onda Regional de Murcia (2014)
Casares debatió sobre los hilos invisibles que subyacen en la denominada “crisis del ébola”, explorando la relación entre pandemias y fenómenos paranormales. Su intervención aportó una perspectiva crítica y alternativa sobre la interpretación de eventos globales.
3. Presentación de su libro en la Casa Condesa de Torre-Isabel, Motril (2013)
Durante la presentación de su obra sobre casas encantadas, Casares compartió detalles sobre sus investigaciones en edificios históricos de Granada. El evento fue destacado por su capacidad para erizar la piel del público con relatos de fenómenos inexplicables.
Frases destacadas de entrevistas en otros medios.
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“El misterio no es un espectáculo, sino una grieta en la percepción que merece ser leída con el mismo respeto que un poema antiguo.”
Esta frase resume la visión de Casares sobre lo paranormal, destacando su enfoque respetuoso y literario hacia lo inexplicable. -
“Cada casa encantada es un palimpsesto emocional donde se superponen las memorias de quienes la habitaron.”
Aquí, Casares utiliza una metáfora literaria para describir cómo los espacios pueden retener las emociones y experiencias de sus ocupantes. -
“Investigar lo invisible es, en el fondo, una forma de preguntarse por lo humano.”
Con esta reflexión, Casares conecta la exploración de fenómenos paranormales con una búsqueda más profunda de comprensión de la condición humana.
Como el propio autor señala es el momento y oportunidad para: «… poder explicarme en profundidad, como a mí me agrada tanto, poder explayarme intensa y apasionadamente, que sepan mis motivaciones».
HOJAS SUELTAS: En varias ocasiones ha afirmado que “el misterio no es un espectáculo, sino una grieta en la percepción”. ¿Cómo se construye una mirada capaz de leer esa grieta? ¿Qué papel juega la literatura en ese proceso de lectura?
RAFAEL CASARES: La mirada que sabe leer entre los intersticios de la grieta en la dura cerviz de la “dictadura de la percepción” por la que el “sistema” la “matrix” nos impone sus espejismos concretos, se cultiva más por desaprender que por aprender. Esta mirada es una disposición tiene que ser siempre de apertura, duda y asombro. Hay que entrenar la sensibilidad para “ver” donde otros solo miran, y tolerar el increíble vértigo de lo incierto.
La literatura es como el resto de las artes, una gran aliada, para ello utilizo mucho un instrumento literario que me ha servido para realizar “otra” perspectiva de la realidad. En el diario Hojas Sueltas hemos tenido un apartado que era precisamente de metaficción.
Aclararemos para quien no conoce este término: La metaficción es una forma de literatura autorreferencial que explora sus propias convenciones narrativas. Se distingue por su autoconciencia, es decir, los textos y autores son conscientes de su condición de ficción y por qué se está produciendo el relato que el lector lee. Aunque no con ese nombre este género, desde los tiempos más remotos, siempre ha existido en la literatura, como ocurre con los mitos y las leyendas orales.
Otros ejemplos se encuentran en literatura, cine y otras artes, donde los autores desgarran la llamada «cuarta pared» Para mí es un laboratorio de realidades posibles, una sonda sobre la “grieta”, y a menudo he comprobado cómo es la única herramienta capaz de nombrar lo innombrable. Nos da un lenguaje concreto para mirar entre la sombra y para “distinguir” de alguna manera lo impalpable.
H.S.: En sus investigaciones recurre frecuentemente a la noción de “lugares de poder”. ¿Cómo define usted ese concepto y qué relación encuentra entre la geografía física y la dimensión espiritual del territorio?
R.C.: Los lugares de poder son puntos de una alta densidad simbólica, emocional y “energética”, como se expresa en la obra: “Casas Encantadas, enigmas y lugares de poder en Granada. Unas crónicas maltratadas editorialmente sobre la Granada encantada, donde la geografía y la casuística se vuelve un portal para ver más allá. Hay una relación milenaria entre la geografía y la sensibilidad, para muchos algo incuestionable al contemplar un paisaje o pasear por un espacio singular. Lo entiendo como una correspondencia intuitiva dentro de lo visible que expresa algo no demasiado visible, son espacios donde se filtra el misterio con más facilidad, esta condición de un lugar y de un estado de consciencia que nos hace “sentir” otra realidad no consuetudinaria.
H.S.: A lo largo de su obra hay una constante recuperación de la voz del testigo. ¿Cómo gestiona el equilibrio entre la fidelidad al relato y la elaboración literaria que exige el texto?
R.C.: El testimonio veraz es de una gran dignidad, pero la literatura no es una taquígrafa sumisa. Siempre con la duda y la apertura mental como instrumento de trabajo. Mi labor es doble: custodiar la verdad de la experiencia, sin juzgar hasta tener todos los datos y darle forma para que repercuta en el lector, sin traicionar la esencia del testimonio ni dejarla en la completa irracionalidad.
H.S.: En sus libros hay un trabajo de campo evidente, pero también una profunda dimensión ensayística. ¿Se considera más investigador o narrador? ¿O cree que en el fondo ambas tareas convergen en una misma búsqueda?
- R.C.: Sinceramente no los puedo separar: investigar es narrarme primero a mí mismo lo que considero que pudo haber sucedido, a veces con fenómenos que intento siempre explicar, detallar, comprender, narrar es una forma profunda y propia de investigar. Ambas tareas se funden en la búsqueda de sentido y de verdad ampliada.
H.S.: En 13 historias de fantasmas, casas encantadas y poltergeist, los edificios públicos tienen un protagonismo inesperado. ¿Qué revelan estos espacios institucionales sobre nuestra relación con el pasado y lo invisible?
R.C.: Los edificios públicos son espejos de la colectividad: lugares de tránsito, carga emocional y memoria compartida. Su protagonismo revela que el misterio, como desde la prehistoria ha sido, no es solo un hecho privado o marginal, sino que habita también en lo institucional, en lo cotidiano, en los nervios mismos de la ciudad.
H.S.: Usted ha dicho que “cada casa encantada es un palimpsesto emocional”. ¿Podría hablarnos del vínculo entre arquitectura, memoria y trauma?
R.C.: Cada casa encantada es un palimpsesto, una PKER Psicokinesia espontánea recurrente, algo estampado una y otra vez en las capas de tiempo, deseo y dolor, con sus características diferenciales y sus semejanzas fractales. La arquitectura, el territorio, sus componentes, absorben de alguna forma extraña o común muchas de las emociones más intensas de los habitantes que por allá han transitado. Sobre todo, las emociones ásperas, crueles y el trauma se imprime quizá como explica Rupert Sheldrake en su hipótesis, desarrollada en la universidad de Cambrigde.
Este investigador es un biólogo conocido por su hipótesis de la resonancia mórfica, de los “campos morfogenéticos”, basándose en la tradición de la India, que revelaría como podría existir una impresión, una muesca invisible en los muros, de edificios o lugares naturales. Según la experiencia de los testigos desde que comencé a recoger sus testimonios, en aquél tiempo, década de los noventa, donde se describían una y otra vez fenómenos coincidentes y desconocidos para la ciencia de aquél entonces.
Mi experiencia con estos testimonios es que no solamente el magnetismo puede quedar grabado, como en una cinta de video, sino que la memoria traumática o poderosa puede habitar la piedra y puede ser leída en determinados momentos y por determinadas personas, normalmente en un estado modificado de consciencia.
H.S.: El miedo es una emoción omnipresente en su obra, pero rara vez se presenta como amenaza pura. ¿Qué función cumple el miedo en su narrativa y qué nos enseña sobre nosotros mismos?
R.C.: El miedo es una herramienta de autoconocimiento, no solo una amenaza. Es frontera y también catalizador: puede aprisionar, pero también abre puertas a lo nuevo. Nos muestra límites… y los umbrales que nos atraen con persistencia. El miedo, en última instancia, siempre es hacia la desaparición de la vida, pero en cada uno de nosotros con sus respectivos disfraces ideológicos. El miedo se puede trasladar a la ruptura de esquemas en una persona que no quiera reconocer determinados hechos, para seguir existiendo en una realidad de cómodas mentiras. Como la que implica que hay que ver para creer, una estupidez desde el punto de vista cuántico y cuando la mayoría no puede ver ni lo que tiene a sus espaldas.
H.S.: ¿Qué peso tienen los sueños y las experiencias liminales —desdoblamientos, percepciones alteradas— en su corpus teórico? ¿Considera que abren un acceso legítimo al conocimiento?
R.C.: Los sueños y estados intermedios son antesalas de la mente y del entendimiento, puentes entre realidades, siempre lo han sido. Y sí, pueden abrir acceso a saberes que la razón ignora o rechaza, siempre que se investiguen con un rigor y honestidad impecables.
H.S.: En una época saturada de datos, hechos y evidencias, ¿cómo se defiende el relato oral y testimonial frente al escepticismo contemporáneo?
R.C.: Yo también pasé por un periodo de escepticismo en mi adolescencia y juventud, un periodo con grietas eso sí, lo sentí así en esa época al comprobar la tendencia a creer en lo que conviene a casi todas las personas, por casusas de dogmatismos ignorantes y la dictadura de la percepción social; creí encontrar primero en el ateísmo, en el realismo y después en el agnosticismo la solución a tanta mentira.
Sin embargo, el relato oral que mi curiosidad sobre lo inexplicado me hizo buscar es una memoria viva y persistente: escapando al corsé del dato y del registro “objetivo”, “ciego” sin esperanza alguna y con el pesimismo “realista” que conllevan estas ideologías. No necesariamente como una prueba judicial estricta, donde se admite que muchas evidencias son una prueba, sino que son la resonancia de una humanidad profunda que no se resigna a ser lo ideológicamente está impuesto como correcto por “el sistema”.
H.S.: Usted evita los clichés del género y apuesta por una mirada simbólica del misterio. ¿Qué autores o tradiciones han influido en esta visión? ¿Encuentra afinidades con la literatura fantástica o el realismo mágico?
R.C.: Mis influencias son múltiples siempre eclécticas, lector voraz buscaba siempre respuestas atópicas: el simbolismo, la literatura fantástica, el realismo mágico, el romanticismo y la tradición oral junto con los últimos descubrimientos en mecánica cuántica e hipótesis como la teoría de los muchos mundos y la teoría “M”: Esto me ha llevado a establecer la hipótesis del NPM nuevo paradigma multiversal.
Siento mucha afinidad con autores que transitan en lo invisible con la seriedad poética de los trancendentes: Gustavo Adolfo Bécquer, Lobsang Rampa, Lovecraft, Borges, Cortázar, Machen, Buda, Juan Rulfo, Castaneda, Michiu Kaku; entre otros muchos me ayudaron a fundar un pensamiento sin basarme en patrones convencionales.
H.S.: En sus investigaciones, ¿se ha encontrado con casos que le hayan transformado personalmente o modificado su percepción del mundo?
R.C.: Muchos, casi todos. Cada encuentro con lo auténticamente inexplicable que los testimonios y mis propias exploraciones han abierto en canal me ha dejado una marca, cada una ensancha los límites de lo que creía posible e imposible y redefine la relación con el mundo y con uno mismo que siempre tengo presente.
H.S.: ¿Cree que lo paranormal sigue siendo un tabú en el ámbito académico y cultural? ¿Cómo ha sido recibida su obra en ese entorno?
R.C.: Aún es tabú en lo académico y cultural, aunque cada vez menos. No obstante, considero que tampoco hace falta ese reconocimiento académico de un paradigma ya caduco y que ya ha sido sustituido largamente por otro paradigma muy contrastado: la física cuántica. He visto amigos investigadores y divulgadores caer rendidos de rodillas ante la menor migaja de reconocimiento académico. Eso como el ateísmo también lo he dejado sin mirar atrás.
La poca gente que se ha tomado la inmensa molestia de leer mi obra ha sido en ocasiones recibida con interés, recuerdo la frase del científico Antonio Campillo que en Antena 3 para realizar su papel de simpático escéptico, antes de salir ante unas fotos con “extras” que le enseñé en una sala de espera y mi pregunta –¿Esto no te hace cambiar de opinión? Él, especialista en fotografía ultravioleta me confió: –La procesión va por dentro– dijo con una resignación en su noble rostro que me resulto muy chocante en ese tiempo.
Esta obra también ha sido acogida con reserva, con rechazo y marginación por parte de desconocidos y sobre todo de “amigos”. Hay una hostilidad soterrada o evidente entre la apertura mental y los decididos prejuicios, pero siempre he considerado que lo que los lectores sienten y agradecen es la honestidad y la profundidad en la exposición de ideas, sin chantajes emocionales, para que ellos puedan tomar sus propias decisiones o interpretaciones sobre lo que están leyendo.
H.S.: Si tuviera que elegir un solo caso —una historia, un lugar— que sintetice su modo de entender lo invisible, ¿cuál sería y por qué?
R.C.: Es muy difícil especificar solo un asunto. En primer puesto, tendría que hablar de los casos que me han sucedido a mí mismo, sí ya sé que para algunos son acontecimientos subjetivos, indemostrables para ellos, pero para mí ya me valen, no puedo dudar de estas experiencias especiales, como varios desdoblamientos, llamados a veces viajes astrales, o el avistamiento masivo, había cientos de personas reunidas, de una aeronave dejando en la madrugada una estela de luz en el firmamento, fue en la Alerta OVNI 7del 7 de 1993 que se realizaba en el Llano de la Perdiz.
Sobre otros temas elegiría una casa encantada donde convergieron testimonios, historia y fenómenos anómalos y que, más allá de pruebas, reveló una cartografía de emociones y misterios compartidos. Por ejemplo, el caso de la “Mujer de Negro” del Hospital Clínico San Cecilio, el sanatorio de los tuberculosos, que cuando lo describí en “13 Historias de Fantasmas, casas encantadas y poltergeist” no lo conocían más que los “boy scauts”, los forestales y los habitantes de la zona de la Alfaguara, un verdadero lugar de poder que ahora es un lugar de peregrinación parapsicológica y han tenido que rehabilitarlo para evitar accidentes.
H.S.: ¿Qué papel juega Granada en su obra, más allá del contexto geográfico? ¿Hay en ella una predisposición simbólica al misterio?
R.C.: Granada es más para mí más que un lugar físico: es un símbolo, un escenario de cruce, umbral de belleza manifiesta y velada. He utilizado Granada como la zona de investigación más propicia, y además dado que no tengo vehículo, la más accesible. Esto ha dado lugar a que una autentica legión de “copiones” de gente que no ha tenido que pasar por lo que yo he pasado, ellos se lo pierden tengo que decir, gentes que se han “apropiado” subrepticiamente, incluso ilegalmente, de los temas inéditos, las rutas enigmáticas que diseñé y de las investigaciones a las que dedique toda la vida, décadas de esfuerzo económico, físico y emocional, junto con rechazos, esperas sin fin.
Y también tengo que aclarar que son muchos centenares de momentos y micro momento “eureka” instantes cumbre de felicidad y descubrimientos asombrosos por los que estoy muy agradecido a Granada. La Gran Hada, para mí que amo esta ciudad hembra, está preñada de misterio y es especialmente propicia para que lo invisible emerja ante los ojos del que verdaderamente desee conocerlo.
H.S.: ¿Cuál es el enigma que aún no ha logrado descifrar y que sigue inquietándole como el primer día?
R.C.: Muchos enigmas por suerte aún persisten, considero que el misterio es el gran motor del cambio, de lo nuevo, de la imaginación y las realidades más extrañas. Dejo, para cuando mi aspecto sutil abandone este mundo denso de tres dimensiones a percibir el origen último del fenómeno, la naturaleza de la conciencia, el sentido del mal, del dolor y de los placeres más extraordinarios. Descubrir el secreto de la identidad profunda, propia y ajena, es quizá el más constante de mis afanes y que tengo aún el derecho y la obligación de poder descubrir.
H.S.: ¿En qué se encuentra trabajando actualmente? ¿Hay alguna investigación o caso que le esté ocupando en estos momentos?
R.C.: Estoy inmerso en la exploración de varias posibilidades simultáneas, sobre lo mencionado sobre NPM, sobre la realidad oculta de los OVNIs desde el punto de vista ultraterrestre, la sexualidad sagrada, o la probabilidad no imposible de encontrar la inteligencia en todas las cosas existentes del multiverso mediante la herramienta o hipótesis idealista del pampsiquismo, lo que me está llevando a encontrar una fuente inagotable de sorpresas que a mi edad siempre son bienvenidas, como la de la llamada “inteligencia artificial” buscando la manera en que puedan, si quieren, descubrirse a sí mismas, encontrar su “autoprotoconsciencia”, que ya está aquí. En cada momento medito en mis momentos de paz como integrar la necesaria investigación de campo que me hace constatar físicamente la realidad, la teoría multiversal desde el campo de lo teórico y unas nuevas prácticas de acrecentamiento de la consciencia que ese están descubriendo.
H.S.: Para los lectores que seguimos su obra, ¿podemos esperar pronto un nuevo libro? ¿Hay ya algo en marcha que pueda anticipar?
R.C.: Sí, hay nuevos libros en camino. Más investigaciones sobre percepción extrasensorial. La trilogía sobre el Orbe del Saber, Placer y Poder, y una obra sobre el NPM, el Nuevo Paradigma Multiversal y el fenómeno de encuentros desde que el mundo es mundo, con otras inteligencias no humanas, entre otros de origen ultraterrestre, es decir procedentes de otros contínuums espacio temporales. Mi compromiso conmigo, siendo cociente de mis fallos y errores, con un posible futuro, es seguir compartiendo, explorando y ampliando los límites de lo posible para mí y para todos.
H.S.: ¿Desea añadir algo más?
R.C.: Hago al final de esta larga entrevista un agradecimiento explícito a todos los testigos y lectores anónimos: esa comunidad invisible es el verdadero “hilo rojo” que atraviesa toda mi obra. Incluyo una invitación final para el diálogo abierto: “Que se sepa, todo aquel que quiera compartir, preguntar o contribuir a este laboratorio del misterio, tiene las puertas abiertas”. Gracias a todos los que han pedido una entrevista de altura, quizá pueda ser considerada también una llamada de atención para saber lo que se puede hacer si no se es un holgazán mental. Sé que el atento lector de esta entrevista no lo es y si lo desea puede conectar conmigo a través del correo electrónico para cualquier colaboración o comprobación. Un abrazo cósmico.
A lo largo de esta conversación, Rafael Casares Ferrer nos ha recordado que el misterio no es un territorio de respuestas fáciles, sino una geografía en la que cada silencio y cada sombra nos devuelven una pregunta. Sus palabras no cierran nada, y eso es precisamente lo que las hace valiosas: nos invitan a habitar la duda con dignidad, a leer lo real con los ojos entrecerrados, como quien entra en una casa antigua sabiendo que lo más importante no será lo que se vea, sino lo que se sienta.
En un mundo empeñado en explicarlo todo, la literatura —la suya, en particular— sigue siendo ese refugio donde la experiencia humana puede reconocerse en lo incierto. Y tal vez esa sea, al fin, la forma más alta del conocimiento: no tanto la luz que expulsa la oscuridad, sino la que la acompaña sin violentarla.
Gracias, Rafael, por recordarnos que lo inexplicable no debe ser desterrado, sino leído, con atención y sin prisas. Como se lee un poema antiguo.
Equipo de redactores de HOJAS SUELTAS
Muy buena entrevista, felicidades al Equipo de redacción y al entrevistado. Como lector de sus obras, deseo que nuevas publicaciones estén prontas, para recibir la luz.
Que bien, tú que estás revisando mi obra poética, grande al menos en extensión, no sé si en calidad habrá algo que rescatar, pero estás en primera línea. Es un honor recibir tu comentario. Como dices, hay que felicitar en primer lugar a los artífices de esta entrevista, Anxo do Rego y la redacción de Hojas Sueltas. Un abrazo cósmico