El gobernante que consolidó las fronteras de Roma y transformó su administración para la posteridad.
La ascensión al poder del emperador Adriano (76-138 d. C.) supuso el inicio de un cambio esencial para el Imperio romano. Con él, el territorio conquistado por Roma alcanzó su máxima extensión, pero también bajo su reinado se redujeron notablemente las campañas bélicas y se establecieron fronteras concretas para limitar la expansión militar. Adriano, emperador viajero, también realizó una extraordinaria reforma administrativa que estabilizó todos los niveles de gobierno y dejó una huella indeleble en el devenir histórico de todo el imperio.
La biografía de Anthony Birley, la más completa y exhaustiva que se ha escrito hasta el momento, hace justicia a la figura de Adriano, no solo por su importante dimensión política e histórica, sino también por lograr un retrato personal e íntimo de un hombre odiado en el momento de su muerte y enormemente respetado con el paso del tiempo.
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