HA DEBIDO SUICIDARSE
por Anxo do Rego
No era la primera vez que Laura acudía a urgencias. Normalmente antes de ser atendida por los médicos, debía entregar su tarjeta sanitaria y comentar detalles del motivo que la llevaban allí. Tras ser atendida y diagnosticada, al alta médica la acompañaba un informe y recetas para calmar los dolores e inflamaciones provocados por los golpes propinados por Marcos, su marido. Maltratos iniciados dos meses después de casarse. Llevaban mas de seis años casados.
En más de una ocasión sus vecinas y amigos la recomendaron llamar al teléfono 016, que al parecer no dejaba rastro de la llamada, pero no disponía de teléfono móvil, su marido le retiró cuantos pudo comprar. La mantenía encerrada en el baño mientras revisaba y requisaba cuanto se le antojaba. Antes de pegarla solía decir: Esto me dolerá más a mí que a ti, pero no tengo más remedio.
Aquel día sus dos ojos morados, una herida sangrante en el abdomen y dos tajos en la parte izquierda de la cara demostraron a la recepcionista de urgencias en el hospital, que aquello no eran encontronazos fortuitos con cuchillos o puños. Debe ir a la policía a denunciarlo —señaló tajante e imperativa, o lo haré yo, es mi obligación—. Laura rogó repetidamente que hacerlo sería su sentencia de muerte —yo lo arreglaré, dijo sin apenas fuerzas—. Se contentó con regresar a su casa.
Se acercó hasta la estación de metro más cercana. Esperó en el andén la entrada del convoy que llegaría en cuatro minutos. Comenzó a caminar, le gustaba situarse en el tercer vagón por la cola, la dejaba cerca de la salida en su estación De repente le vió charlando animadamente con una mujer joven. Se ocultó tras unos viajeros más altos que ella, situados a pocos centímetros de su espalda. Le escuchó hablar con la joven frases despectivas, procaces y muy molestas dirigidas a ella, su esposa.
El convoy fue acercándose, las luces en el túnel lo indicaban, unos segundos y entraría reduciendo la velocidad para ocupar el andén completo. De repente hizo entrada lanzado. En ese preciso instante un brazo salió entre los tres viajeros, lo situó sobre los riñones de Marcos y dijo mientras empujaba, esto me dolerá más a mi que a ti, pero no tengo más remedio.
El convoy no pudo frenar, lo arrolló, murió en el acto. Laura preguntó a los viajeros que la ocultaban ¿Qué ha ocurrido? Uno de ellos respondió: Un viajero ha caído a las vías, ha debido suicidarse.
© Anxo do Rego. Marzo 2023. Todos los derechos reservados.